Síntesis Obrera

Foto del día: El salario mínimo en México hila tres incrementos históricos: 2019 (16%), 2020 (20%) y 2021 (15%). En tres años, el piso mínimo salarial pasó de 88.36 a 141.70 pesos diarios. Ninguno de estos aumentos ha tenido un impacto directo en la inflación, expresó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami). En el 2020, el alza general de los precios en la economía fue de 3.15%, en los precios de la canasta básica de 3.43% y en los de la canasta de consumo mínimo 3.44%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Por su parte, el salario mínimo tuvo el año pasado un aumento de 20% y pasó de 102.68 a 123.22 pesos, es decir, incremento seis veces mayor que la inflación, destacó el organismo. (Vía El Economista)

Trabajadores de GM Silao piden inspección sorpresa del IMSS y pruebas de COVID-19

Zona Franca

León, Gto. El representante de la organización obrera Generando Movimiento, Israel Cervantes, sostuvo que se requiere una verdadera inspección sin cita previa, además de pruebas de COVID-19 a los trabajadores, para que realmente se pueda visibilizar lo que sucede en la planta de General Motors de Silao, donde estiman más de 30 casos positivos.

Luego de la visita que el IMSS realizó a la fábrica como respuesta a las demandas realizadas por los trabajadores, el portavoz de la agrupación de trabajadores de la armadora automotriz recordó que la propia institución se ha negado a certificar el riesgo laboral en colaboradores que presentan síntomas de infección por coronavirus.

Este fin de semana, el IMSS informó que su personal acudió a las instalaciones de la empresa, como apoyo para el seguimiento de protocolos de sanidad ante la emergencia sanitaria por COVID-19. Indicaron que el objetivo de la visita fue la aplicación de la cédula de acuerdo de los Lineamientos Técnicos Específicos para la Reapertura de las Actividades Económicas.

“Encontramos que la empresa cumple con lo normado”, dijo Teresa Adriana Díaz González, titular de la jefatura de Salud en el Trabajo, Prestaciones Económicas y Sociales, del IMSS en Guanajuato.

Israel Velázquez recalcó que no podría ser otro el resultado, si se trata de una visita donde únicamente se le dice a la gente que es lo que se tiene que hacer.

“Que les llame la atención. Primero, que hagan una visita anónima. Sin programar pero que vaya a gente que realmente vea la situación de todas las áreas, no una que otra; ahí en las fotos muestran el kit de limpieza y sanidad que le dan a los trabajadores un atomizador y un trapo”.

Recordó que parte de su demandas se enfocan en que los trabajadores que se infectan dentro de la empresa, los mandan como enfermedad general cuando el COVID-19, es una enfermedad del trabajo.

“Entonces por qué, si se presentan síntomas de COVID-19 el seguro social, no les realiza la prueba y los manda como riesgo de trabajo. Esa es una de las primeras inconformidades que hay con los compañeros que están padeciendo esta enfermedad. Dicen que todo está bien en una visita programada”, señaló.

El representante de Generando Movimiento señaló que aparte hay condiciones contradictorias que se tomaron como política interna, como el cierre del servicio de agua a excepción de la hora de la comida o bien, las condiciones insalubres de los baños.

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Unen créditos dos mil 356 trabajadores guanajuatenses para vivienda

El Sol de León

En el 2020 se otorgaron en el estado de Guanajuato dos mil 356 financiamientos del programa Unamos Créditos del Infonavit. La entidad cerró el año como una de las 10 que concentra 65 % de los créditos de este tipo a nivel nacional. Así lo dio a conocer la representación del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores.

De acuerdo con el Infonavit, las hipotecas fueron otorgadas a derechohabientes con ingresos menores a 8 mil 715 pesos mensuales. Unamos Créditos es un programa que permite a dos personas, sin necesidad de tener una relación jurídica, unir el saldo de sus Subcuenta de Vivienda para obtener un mayor monto de crédito.

A nivel nacional se otorgaron 39 mil 758 financiamientos, que significa la adquisición de 19 mil 879 viviendas con un valor promedio de 695 mil 806 pesos, generando una derrama económica de 11 mil 836 millones de pesos.

La meta planteada por el Instituto, a principios de 2020 de 14 mil hipotecas fue superada en 184%. 67% de las hipotecas que se ejercieron con este producto fueron otorgadas a derechohabientes con ingresos menores a 3.3 UMA, es decir, menos de 8 mil 715 pesos y 65% de los acreditados que optaron por Unamos Créditos se concentró en 10 estados, Quintana Roo, Nuevo León, Estado de México, Jalisco, Baja California, Guanajuato, Chihuahua, Coahuila, Querétaro y San Luis Potosí.

Los requisitos para tramitar una hipoteca de este tipo son los mismos que se solicitan para un crédito tradicional, debido a que cada uno de los acreditados es evaluado de forma individual y ambas personas deben cumplir con los criterios de elegibilidad: tener una relación laboral vigente y cumplir con los 116 puntos de precalificación. Unamos Créditos es un financiamiento en pesos, con una tasa de interés fija de 12% anual.

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Modificaciones a la ley del Sistema de Ahorro para el Retiro: conozca los beneficios que tendrá

El Economista

El 2020 fue un año en el que los efectos de la pandemia han dejado consecuencias negativas para algunos trabajadores, pero también se presentaron eventos que, en el largo plazo tendrán beneficios a su favor.

Tal es el caso de la reforma a la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), la cual fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 16 de diciembre pasado y que en este año algunas de sus modificaciones entrarán en vigor, para completarse de forma gradual.

Entre los principales cambios que habrá se encuentra la reducción de 1,250 a 750 semanas de cotización para alcanzar una pensión; otro cambio tienen que ver con las aportaciones obligatorias que incrementarán gradualmente hasta 15% del salario base, desde 6.5% actual, en la cual la aportación de los trabajadores no presentará cambios y se mantendrá en 1.125 por ciento.

Este medio ha documentado el proceso que ha tenido los cambios en ley, sin embargo, ¿cuál es la “letra chiquita” de esta reforma? Para ello es importante que conozca no sólo los cambios que se realizaron en el SAR, sino también aquellas situaciones que deberá considerar a largo plazo previo a su retiro laboral.

Comisiones, un claroscuro

Otra de las modificaciones que se establecieron dentro de la reforma y que desató un debate tiene que ver con las comisiones que las administradoras de fondos para el retiro (afores) cobran a los trabajadores por la administración e inversión de sus ahorros.

Actualmente, las 10 afores que conforman al sistema han reducido sus comisiones desde el 2008 en beneficio del trabajador, este año, la Junta de Gobierno de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) autorizó que el porcentaje promedio de comisión sea de 0.808%; en el 2020 la comisión promedio fue de 0.922%, una disminución 11.4 puntos base.

Para el caso de la reforma se plantea una reducción que llegue a niveles internacionales para alinearse a países como Estados Unidos, Colombia y Chile, sin embargo, existen algunas implicaciones en esta medida.

“Sí es importante una reducción acelerada con base en estándares internacionales, pero también encaminados a brindar mayores rendimientos a los trabajadores. Esta combinación es la que logra una administración de alta calidad con comisiones bajas en el tiempo. Al establecer precios únicos, lo que se logra es que ya no haya estos incentivos para conseguir mejores rendimientos en beneficio de los trabajadores”, dijo Leonor Quiroz Carrillo, experta en material laboral y seguridad social del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

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Incrementos del salario mínimo no han impactado la inflación hasta el momento

El Economista

El salario mínimo en México hila tres incrementos históricos: 2019 (16%), 2020 (20%) y 2021 (15%). En tres años, el piso mínimo salarial pasó de 88.36 a 141.70 pesos diarios. Ninguno de estos aumentos ha tenido un impacto directo en la inflación, expresó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).

En el 2020, el alza general de los precios en la economía fue de 3.15%, en los precios de la canasta básica de 3.43% y en los de la canasta de consumo mínimo 3.44%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Por su parte, el salario mínimo tuvo el año pasado un aumento de 20% y pasó de 102.68 a 123.22 pesos, es decir, incremento seis veces mayor que la inflación, destacó el organismo.

“Contrario al dogma de que el salario mínimo provoca un incremento en la inflación, los incrementos históricos de 2019 y 2020 no han conducido a un encarecimiento de los precios en la economía, sino que, por el contrario, han beneficiado el bolsillo de aquéllos que menos perciben”, expuso en un comunicado.

Sin embargo, pese a que la inflación general del 2020 se ubicó en 3.15%, el precio de los productos fue volátil y estuvo sujeto a la demanda y a las medidas de restricción por la pandemia. Las mascarillas y el gel antibacterial, por ejemplo, incrementaron su precio durante las primeras semanas de la emergencia sanitaria ocasionada por el virus SARS-Cov-2, dado el poco abasto que se tenía, pero conforme la oferta aumentó se retornó a los valores originales, se resalta en el análisis.

De igual forma, las restricciones en el consumo de bebidas alcohólicas en ciertas ciudades hicieron que algunos establecimientos incrementaran sus precios. Por otro lado, algunos precios disminuyeron ante choques externos, como la caída en la cotización del petróleo, pero también por las restricciones a la movilidad, como la venta de pasajes aéreos.

Con base en ello, la Conasami descarta que el alza de 15% para el 2021, que elevó el salario mínimo general de 123.22 a 141.70 pesos, tenga un impacto en la inflación. Por el contrario, argumentó el órganismo, se espera que ayude a mejorar la economía.

“Es importante mencionar que, durante los últimos tres años, el salario mínimo ha incrementado en 60.3%, mientras que los precios sólo lo han hecho en 6%, indicando que el salario mínimo ha recuperado su poder adquisitivo y que la excusa para no subirlos que argumentaba una catástrofe inflacionaria es incorrecta” destacó la Comisión Nacional de Salario Mínimos.

El gobierno actual, tiene como meta cerrar el sexenio con un salario mínimo general equivalente a 171 pesos por jornada, a través de incrementos graduales.

Inflación responde a otros factores

Especialistas consideran que la baja inflación ha estado sujeta a otros factores, como el poco crecimiento económico, la proporción de personas que percibe el salario mínimo y la creación de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).

“En el 2019 y en el 2020 cayó el Producto Interno Bruto (PIB), lo cual habla de una holgura económica. Generalmente, cuando hay holgura económica, no hay presiones inflacionarias, debido a que no se incrementa la demanda. Las presiones inflacionarias que llegan a presentarse son cambios en los patrones de consumo”, explica Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco BASE.

Por otra parte, agrega la especialista, los incrementos de doble dígito del piso mínimo salarial no se han visto reflejados en la inflación porque, antes de que iniciaran, pocas personas ganaban el salario mínimo.

“Desafortunadamente, esto no ha ido de la mano de un incremento en la productividad, por lo cual, sí se ve como un encarecimiento del empleo y paulatinamente terminará afectando el mercado laboral”, expone Siller Pagaza.

Impacto en otros factores

Por su parte, Iván Arias Gallegos, director de Estudios Económicos de Citibanamex, asegura que la baja inflación no significa que el incremento en los mínimos no tenga impacto, sólo que algunas circunstancias han ayudado a que el efecto no sea “uno a uno”.

“La respuesta histórica de la inflación al incremento de los salarios es de alrededor de dos puntos base de inflación por cada punto porcentual de incremento en el salario. Por ejemplo, un incremento del 15%, tomando en cuenta esta elasticidad histórica, te da un impacto de 30 puntos base en la inflación. Sin embargo, esta relación de dos a uno podría ser distinta en el contexto actual con una caída en la actividad y en particular, de la demanda”, subraya.

En ese sentido, el especialista resalta que las empresas no han reflejado los aumentos en los salarios en sus productos, porque “perderían más ventas”. Este contexto podría explicar el por qué los aumentos no han tenido un impacto tan directo en la inflación general.

“Hay otro componente. El hecho de que tal vez no se refleje totalmente en la inflación no significa que pueda tener otras repercusiones importantes, en particular, que pudiera tener un efecto en la recuperación del empleo porque en la medida que aumenta el costo de la mano de obra, las empresas tienen menos recursos para contratar personal”.

En 2016, el salario mínimo fue desindexado de disposiciones legales como base o medida de referencia, a partir de ese año, se implementó la Unidad de Medida y Actualización (UMA).

“La desindexación del 2016 fue lo que abrió la puerta para evitar que el aumento al salario mínimo condujera a la inflación, que era el argumento central en el pasado”, comenta Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores.

El especialista también considera que la inflación baja del año pasado estuvo motivada por la caída de la economía y, por lo tanto, no es una prueba contundente de que el incremento en el salario mínimo no haya tenido un impacto directo. “Hay otros factores que jugaron a favor de la baja inflación”.

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Empleos recuperados en México durante la pandemia son eventuales y mal pagados

Animal Político

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que por fin se detuvo la destrucción masiva de fuentes de trabajo a causa de la pandemia y que ya se han creado nuevos empleos formales.

Es “una lucecita que indica que vamos a salir del túnel”, ha dicho el mandatario.

Sin embargo, más del 80% de trabajos recuperados en el último tramo de la pandemia de COVID se ubica en el grupo de salarios bajos, y casi la mitad de nuevos empleos son eventuales, de acuerdo con un cotejo de cifras oficiales elaborado por Animal Político.

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En julio comenzó a haber registros de creación de fuentes de trabajo formal. De ese mes a noviembre -la cifra más recientes disponible en el portal del IMSS- se crearon 555 mil 600 nuevos empleos.

El 41% de esos puestos de trabajo -230 mil 351- son eventuales, y el restante 59% -325 mil 249- corresponde a empleos permanentes.

Esto significa que, prácticamente, 1 de cada 2 personas que se incorporaron al mercado laboral entre julio y noviembre tienen contratos con los que no generarán antigüedad, lo que perjudicará su jubilación, además de que no recibirían ninguna compensación por el término de la relación laboral.

Y si bien tienen acceso al seguro social, pierden otros derechos, como el pago de utilidades de las empresas donde laboran o la posibilidad de formar un sindicato para defenderse de abusos laborales.

El hecho de que el 41% de los trabajos creados durante esta pandemia sea por contrato eventual impone un récord. Por ejemplo, entre julio y noviembre de 2019, sólo el 28% de nuevos empleos fueron eventuales, mientras que, en el mismo periodo de 2018, la cifra fue aún menor: 22%.

Héctor de la Cueva, coordinador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), señala que hay una “ficción” en el discurso triunfalista de la creación de empleos, porque dichas fuentes de trabajo son precarias, benefician a los patrones y consolidan la inestabilidad laboral.

“Más que generarse empleos, se recuperaron. Pero hay mucho de ficción en eso, porque en realidad no se han recuperado los mejores empleos, es decir, los empleos que gozaban de mayor estabilidad o de mayores condiciones salariales o en prestaciones, no se han recuperado, se ha recuperado alguna parte. (La mayoría) son empleos marcados por la inestabilidad, la precariedad, la falta de contratación colectiva”, afirma en entrevista.

Señala que hay patrones que eluden basificar a sus trabajadores y en cambio les renuevan permanentemente los contratos temporales para abaratar costos.

“Los empleos que está generando el sector privado, y de alguna manera el sector público, son eventuales, pero no como los de antes, en los que (los trabajadores) tenían la esperanza de ser contratados como permanentes, sino que son permanentemente eventuales”, expone el especialista.

Afirma que, a la larga, estas contrataciones precarias no sólo perjudican la vida de los trabajadores y sus familias, sino que también tienen impactos negativos en la economía interna del país.

“No impulsan a la economía porque no están generándose empleos que puedan tener un efecto económico de crecimiento del consumo interno, del ahorro. Colocan a los trabajadores, a la gente que busca empleo, en una situación de precariedad, de resignación a solamente tener un ingreso, independientemente de cualquier expectativa de jubilación o de pensión digna”, indica.

Mal pagados

Ocho de cada 10 trabajadores incorporados al mercado laboral entre julio y noviembre percibe un sueldo bajo.

El 83% de las fuentes de trabajo recuperadas en ese periodo, equivalente a 461 mil 570 empleos, paga a los trabajadores de una a seis UMAS como salario diario.

Para ilustrar, el valor de la UMA vigente en 2020 fue de 86.88 pesos. Un trabajador que percibe el salario diario de una UMA gana al mes 2 mil 606 pesos. Por seis UMAS son 15 mil 638 pesos mensuales. Menos impuestos.

En el grupo de los sueldos bajos, el rango de quienes ganan un salario diario de tres UMAS es el más numeroso: 156 mil 544 trabajadores, el 28% del total, tienen un ingreso mensual de 7 mil 819 pesos, menos impuestos.

Les sigue el rango de quienes perciben cuatro UMAS diarias: 136 mil 906 personas, el 25% del total, ganan 10 mil 425 pesos mensuales, menos impuestos.

En contraste, son drásticamente menos los nuevos empleos ubicados en los grupos salariales mejor pagados.

Por ejemplo, entre julio y noviembre se crearon 57 mil 662 puestos de trabajo que perciben entre siete y 12 UMAS diarias (10% del total de empleos). En este grupo, los trabajadores ganan de 18 mil 244 a 31 mil 276 pesos mensuales.

En el rango de 13 a 19 UMAS se crearon 15 mil 044 empleos (3% del total). Se trata de sueldos que van de los 33 mil 883 a los 49 mil 521 pesos al mes.

Por último, en el rango salarial más alto, de 20 a 25 UMAS, se crearon 18 mil 612 puestos de trabajo (3%). A estos trabajadores se les paga de 52 mil 128 a 65 mil 160 pesos mensuales.

Para Héctor de la Cueva, es alarmante la creciente base laboral ubicada en el rango de los salarios bajos, debido a que contribuyen a la vulnerabilidad del total de los trabajadores y los ponen a merced de abusos patronales.

“Esto se traduce en debilidad incluso para los que tienen un mejor trabajo, porque, evidentemente, entre más trabajadores desempleados, subempleados, precarios o inestables hay, más es la presión para que los trabajadores que tienen un empleo acepten peores condiciones de trabajo. ¿Cómo pueden pelear mejores condiciones de trabajo, si hay millones de trabajadores que están buscando un empleo? Repercute en la precarización del conjunto del trabajo en México”, afirmó el coordinador del CILAS.

Agregó que el hecho de que sea tan menor la proporción de trabajadores ubicados en el rango de los mejores salarios es también un síntoma de que no se han aumentado de manera sustantiva los salarios profesionales, un problema que afecta principalmente a los trabajadores jóvenes.

“Los jóvenes están condenados a tener empleos precarios. Ya de por sí estaban condenados a estar de chambita en chambita, empleos precarios e inestables, sin la esperanza, como sus papás o sus abuelos, de efectivamente generar antigüedad y algún día poder jubilarse. La mayoría de la juventud conoce sólo el empleo precario e inestable; es una condena terrible para los jóvenes, no sólo para los jóvenes sin preparación, sino que una gran cantidad de jóvenes con estudios andan en estas chambitas. El chambismo, las chambitas inestables, se han estado convirtiendo en la norma”, refirió el especialista.

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