Por Fidel Ramírez Guerra / @periodistafrg
Los aniversarios son de entusiasmo. Irapuato cumple en febrero entrante 475 años de su fundación. Es de los municipios con mayor desorden en el ordenamiento de su historia y esta celebración se presta para que un nuevo gobierno con Lorena Alfaro ponga atención.
Por lo pronto ya hay fecha para la ampliación de la mesa de historia que se convierte en el espacio para el cúmulo de aportaciones en el tiempo. La intención es que se sumen más actores de la sociedad civil con aportaciones serias, fundamentadas. Con fuentes, investigaciones serias.
El ideal es que participen investigadores del Archivo Histórico Municipal, el cronista de la ciudad y amantes de la historia. En Irapuato hay periodistas que a lo largo de su trayectoria han almacenado historias, fotografías. A estos esfuerzos hay que darles valor.
La cabeza del proyecto es el Instituto Municipal de Cultura y Arte de Irapuato. Por la importancia del tema, es necesario que también participe el área de comunicación social y la dirección de educación. Incluso, la de Turismo.
Y es que no se trata de un festejo de un simple día. En este caso, el 15 de febrero. Se trata de ir más allá. Se trata de poner a Irapuato frente al espejo para determinar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos.
Se trata de proyectar a la ciudad en una nueva era, con el esfuerzo inter institucional y de actores y de la sociedad civil organizada.
En un amplio programa de sociedad civil ya hay varias propuestas. Una de ellas inmensa: que se le otorgue al obispo Samuel Ruíz la presea Vasco de Quiroga post mortem.