Por la tarde de este lunes 30 de mayo se dio a conocer que “Balcón de Ana” del Callejón del Beso en Guanajuato Capital fue reabierto al público luego de que permaneciera cerrado desde la noche del sábado.
De acuerdo a Proceso, una bandera rojinegra colgó durante casi dos días en uno de los dos balcones que forman parte de la trágica leyenda que da nombre al Callejón del Beso, uno de los puntos más visitados por turistas de la ciudad de Guanajuato, debido a un conflicto entre negocios establecidos y fotógrafos de la zona.
El estrecho paso del Callejón del Beso tiene como escenarios los balcones de Ana y Carlos, personajes de la leyenda, uno frente al otro; ya sea desde el tercer escalón del angosto callejón o desde los balcones, miles de parejas suelen besarse y tomarse fotografías, en un desfile de visitantes que no cesa en el transcurso del año.
¿Por qué se cerró el balcón?
Fue el balcón de Ana el que se cerró por decisión de la propietaria del inmueble, Norma Gámez. Además se colgó una bandera rojinegra que decía: “Protesta a los abusos de los fotógrafos en Callejón del Beso”.
Norma Gámez denunció que ella y sus trabajadores han sido acosados y agredidos por un grupo de fotógrafos que desde hace años venden sus gráficas a los miles de turistas que acuden a este sitio y se han opuesto a que en este establecimiento también se vendan fotos a los visitantes.
Esta situación ha derivado en incidentes entre los fotógrafos, los empleados de su negocio y su propia familia, por los que se han interpuesto varias denuncias penales en el Ministerio Público por amenazas, agresiones e incluso intento de homicidio, de lo que responsabiliza al grupo de fotógrafos.
Señaló que ya se había firmado un acuerdo para que pudieran recibir a los turistas sin conflicto, sin embargo no fue cumplido por la contraparte, y por ello tomo la decisión de cerrar el “Balcón de Ana”.
Dijo tener hartazgo “ante la impunidad e injusticia, ya que a pesar de las denuncias penales existentes ante el ministerio público y las autoridades regulatorias nada ha cambiado”.
Mencionó que esta situación ha generado estragos físicos y mentales “debido a los ataques verbales y físicos, el estrés causado y las constantes incidencias que han afectado de manera continua el bienestar del personal”.
Desigualdad de oportunidades
Aseguró que en la zona del Callejón del Beso hay una desigualdad de oportunidades para ofertar los productos de los comercios y vendedores, “que nos ponen y generan en una desventaja económica muy grande”, y que se hostiga al turista.
Los fotógrafos dijeron que se trata de una “competencia desleal” porque ellos tienen ya muchos años trabajando en el Callejón del Beso y consideran que la dueña de “El Balcón de Ana” no tiene derecho a vender sus propias fotografías en el inmueble a su cargo, además de que afirmaron que las agresiones también han sido de su parte.
Fue así como entre la noche del sábado y hasta la mañana del lunes, los cientos de visitantes que acudieron al Callejón del Beso se encontraron con la bandera rojinegra colgando del emblemático balcón de doña Ana.
Este lunes, la bandera fue retirada ante el compromiso del gobierno municipal de llevar a cabo una mesa de trabajo con el propósito de resolver el conflicto, informó la propietaria de “El balcón de Ana”.
Leyenda del Callejón del Beso
Está situado en la manzana que se compone de veinticuatro casas, este callejón se encuentra entre la calle del Patrocinio y la calle Venado.
Es admirado por su rara estrechez que lo hace verdaderamente único, ya que no pueden caminar más de dos transeúntes (sin besarse); es por este motivo que es muy visitado por los turistas, además de que cuenta con dos faroles muy bellos a su entrada.
Los balcones de dos casas, uno frente al otro, separados por sólo 68cms, dan origen a la romántica y trágica leyenda: la única hija de un padre intransigente era cortejada por un muchacho, pero al ser descubierta la relación, el padre la encerró en una de las casas. El apasionado enamorado decidió comprar la casa de enfrente, sabiendo que asomado a su balcón podría tocar y hasta besar a su enamorada. Al parecer, el padre los descubrió y acabo matando a la muchacha. Sin embargo, la leyenda también afirma que las parejas que se besan en el tercer escalón de la escalera entre ambas casas tienen garantizados siete años de felicidad.
Otras versiones dicen que:
Un capitán de dragones, amigo de un alto funcionario e insigne benefactor de Guanajuato, conoció a una dama de dieciocho años, caracterizada por su belleza y su costumbre de usar trajes de los más costosos de esa época. Este capitán intentó seducirla construyendo una casa junto a la de su amada, y logró hablarle a través de la reja que separaba ambas construcciones. El padre de la joven, cuando se dio cuenta, mató a su hija y también al capitán. Desde entonces, parece que se besan las almas de los amantes.
Otra leyenda, y la más conocida, dice que antiguamente vivían dos enamorados, llamados Doña Ana y Don Carlos. Ella era una rica española cuya casa quedaba del lado izquierdo; él, un pobre minero, tenía su casa enfrente (lado derecho).
Una noche», el padre de Ana salió y los encontró besándose desde los dos balcones contiguos. Le dijo a su hija que si la volvía a ver en tales circunstancias iba a matarla. Pero Ana volvió al balcón para encontrarse con Don Carlos; el padre no le dijo nada, bajó a la recámara y tomó una daga, que enterró en la espalda de Doña Ana, quien estiró el brazo derecho dándole sobre el dorso de su amada el último beso. Don Carlos trabajó en la Mina de la Valenciana y posteriormente ahí se suicidó. Ahora, dice la leyenda, que las parejas que visiten este Callejón del Beso, si no se dan un beso en el tercer escalón, se llevarán siete años de mala suerte, y si se lo dan, quince años de buena suerte.
Con información de La Silla Rota Guanajuato, Proceso, Kiosco de la Historia.