El príncipe Felipe, marido de la reina Isabel II, murió a los 99 años, anunció el Palacio de Buckingham este viernes.
“Con profundo dolor, su majestad la reina anuncia la muerte de su amado esposo, su alteza real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, afirmó un comunicado del Palacio de Buckingham.
“Su alteza real ha fallecido en paz esta mañana en el Castillo de Windsor”, precisó.
Los funcionarios del Palacio de Buckingham se están preparando para un funeral ceremonial real en el Castillo de Windsor en Berkshire de acuerdo con el pedido del Duque de Edimburgo previo a su muerte. También se espera una procesión militar en Londres, si las restricciones de la pandemia lo permiten.
El ataúd con el cuerpo del duque de Edimburgo será trasladado en algún momento en los próximos días a la Capilla Real en el Palacio de St. James en Londres. Aquí es también donde yacía la princesa Diana durante varios días antes de su funeral en 1997. Por protocolo, el público no podrá acercarse a despedirlo.
Felipe, que el 10 de junio debía cumplir 100 años, fue visto por última vez el 16 de marzo cuando vestido con camisa blanca y jersey color crema salió en el asiento trasero de un vehículo del hospital King Edward VII de Londres, donde había sido ingresado un mes antes.
Desde allí regresó al castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres, donde él y la reina, de 94 años, han estado confinados desde el inicio de la pandemia de coronavirus hace más de un año.
Hacía años que no pasaban tanto tiempo juntos, puesto que él permanecía gran parte del año en la residencia real de Sandringham y la reina en el palacio de Buckingham o de Windsor.
Tras ser hospitalizado el 16 de febrero, como “medida de precaución” tras haberse sentido mal, y ante las especulaciones y preocupación por su avanzada edad, la casa real informó de que su ingreso no estaba relacionado con el covid-19, sino que se debía a una infección.
Bajo una fuerte expectación mediática, había sido trasladado a principios de marzo del pequeño y elegante King Edward VII, al gran hospital público St Bartholomew.
Allí, donde se encuentra según su página web el mayor departamento especializado en enfermedades cardiovasculares de Europa, fue sometido “con éxito” a una operación quirúrgica “para tratar una enfermedad cardíaca preexistente”.
El príncipe Felipe murió tras haberse convertido en el consorte monárquico más longevo de la Corona británica, con más de 70 años junto a la reina Isabel II. Estuvo siempre a la sombra de su esposa, con gran lealtad y una propensión a mostrarse poco respetuoso de lo políticamente correcto. “Es mejor desaparecer que alcanzar la fecha de caducidad”, había dicho hace unos años con su particular sentido del humor.
La Reina podría transmitir un mensaje televisado a la nación en algún momento durante los próximos días.
Una ceremonia atípica en pandemia
En épocas normales, sin pandemia, se realizarían ensayos a primera hora de la mañana para un carruaje de armas y una procesión por las calles de Londres y otra en Windsor, un recorrido que incluiría Queen Victoria Memorial, el Palacio de Buckingham y por Constitution Hill hasta Wellington Arch.
Al llegar a Windsor, habría una procesión lenta conducida por Long Walk con tambores, militares y miembros de la familia real siguiéndolos. Se movería por Long Walk, a través de Cambridge Gate y luego a Park Street, High Street, pasando por Guildhall y Castle Hill y por la puerta de Henry VIII.
En 1997, el funeral de Diana de Gales congregó a dos mil invitados en la abadía de Westminster, a un millón de ciudadanos en las calles de Londres y a 32 millones frente al televisor, un hecho que paralizó el mundo por la trágica y repentina muerte. Sin embargo, el de la esposa del príncipe Carlos no fue el mayor de la historia real, ni tampoco un funeral de Estado. El último que celebró el Reino Unido fue en 1952, tras la muerte del por el rey Jorge VI.
El siguiente sería cuando la Reina Isabel II muera. Los expertos creen que será recordado como el funeral más relevante por su poder y peso. Durará por lo menos doce días. El día de su muerte recibe el nombre clave de D-day en los manuales de cientos de páginas que contienen el protocolo y las instrucciones para su funeral, algunas de ellas escritas por la reina misma.
Con información de: La Jornada, infobae y BBC.