Por: José Eduardo Vidaurri Aréchiga, Cronista municipal de Guanajuato.
Luis Cortazar y Rábago fue un caudillo militar de especial importancia por haber sido el primero en promulgar la Independencia Nacional en territorio guanajuatense, luego de que el 24 de febrero de 1821 Agustín de Iturbide lanzara el Plan de Iguala o de las Tres Garantías.
Nuestro personaje de hoy, Luis Cortazar y Rábago, nació en la Hacienda de la Zanja (cerca de Celaya) en 1797. Su familia era poseedora de una importante riqueza producto del trabajo agrícola por varias generaciones. Su abuelo materno, Domingo Rábago, hizo fortuna y adquirió nobleza luego de servir eficientemente a la corona española en su lucha contra los ingleses. Su padre, Pedro Cortazar era también un rico agricultor que se casó con doña Rosa Rábago, quien era conocida como la condesa de Rábago.
Luis Cortazar se integró a las Milicias Provinciales que tenían actividades en los territorios de las intendencias de Guanajuato y Michoacán y, como parte de sus actividades, tuvo que enfrentar a los insurgentes desde el año de 1811, su desempeño fue bueno al grado que en 1818 lo encontramos convertido en teniente coronel.
Su prestigio como buen militar se expandió por los territorios de los actuales estado de Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí y Querétaro. Sus habilidades para relacionarse le permitieron construir una buena amistad con Agustín de Iturbide y Anastasio Bustamante, personajes que tenían una intensa actividad en los territorios señalados y que apoyaron siempre a Cortazar en su carrera militar.
Consumación de la Independencia
Cuando el 24 de febrero de 1821 Agustín de Iturbide lanzó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías, recibió la adhesión de figuras muy importantes. Por parte del bando insurgente se le unieron Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, por parte del ejército realista se le unieron los jefes criollos Anastasio Bustamante, Luis Cortazar y Rábago, Antonio Lópe de Santa Ana y José Joaquín Herrera y, por parte de los oficiales españoles del ejército realista, se le unieron Vicente Filisola y Pedro Celestino Negrete.
Anastasio Bustamante y Luis Cortazar y Rábago eran los dos militares con mayor influencia en la región del Bajío, su prestigio fue un importante incentivo para que otros jefes militares se unieran al proyecto independentista.
Cortazar logró como simpatizante de la causa independentista del ejército Trigarante derrotar la resistencia que ofrecieron los gobiernos leales a la monarquía española en Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro. Consiguió la capitulación de Puebla y participó en el asedio a la Ciudad de México, lo que permitió ir ganando posiciones en favor de la causa independentista.
La Independencia de la Nueva España ocurriría de un momento a otro luego de la restauración, en España, de la Constitución Liberal de 1820 y de la publicación del Plan de Iguala en febrero de 1821.
Las adhesiones territoriales al Plan de Iguala fueron especialmente importantes para llevar a buen fin la causa independentista, ya que representaban el afianzamiento y la legitimidad del proyecto. Era natural ya que luego de casi once años de guerra la población y las ciudades estaban devastadas, además de sujetas a terribles condiciones de impuestos, castigos y un ambiente de miedo constante que hacían muy difíciles las de por si ya complejas condiciones de vida.
Proclamación de la Independencia en Guanajuato
Fue el 16 de marzo de 1821 cuando en el pueblo de Amoles (actual Cortazar), el coronel Luis Cortzar y Rábago proclamó por primera vez la Independencia en la todavía intendencia de Guanajuato. Luego Anastasio Bustamante de manera conjunta con el Ayuntamiento de Guanajuato hicieron lo propio en esta ciudad el 24 de marzo.
Luego de consumada la Independencia Nacional don Luis de Cortazar participó de manera muy activa en la Regencia de Agustín de Iturbide. Posteriormente se unió al Plan de Casa Mata mediante el cual derrocaron a Iturbide.
Cortazar fue Diputado Constituyente y Comandante General en Michoacán, San Luis Potosí y Guanajuato. Impulsó y consiguió, en cierta medida, las condiciones para garantizar la estabilidad y el orden tan necesarios para la recuperación económica.
Luis Cortazar y Rábago falleció el 17 de febrero de 1840 en la ciudad de Silao, su cuerpo fue embalsamado y trasladado a la ciudad de Guanajuato para celebrar las honras fúnebres en el templo principal y para recibir un tributo póstumo como funcionario público. Luego sus restos fueron trasladados a Celaya, pero en la ciudad de Guanajuato fue depositado su corazón el 16 de marzo de 1840, justo en la misma fecha en que proclamó la Independencia Nacional.
Su corazón reposa en la antigua capilla del Colegio del Estado, el actual salón de Consejo Universitario de nuestra máxima casa de estudios la Universidad de Guanajuato.
Sea este un sencillo recordatorio a don Luis Cortazar y Rábago.