Con los desechos del brócoli y otros componentes, dos jóvenes leoneses lograron desarrollar un polímero que es similar al plástico; pero se trata de bioplástico y se degrada en un año.
A sus 32 años, Alfredo López, ingeniero en biotecnología con doctorado en ciencias, junto a su colega, Iván Loera, lograron encontrar en el brócoli la clave para desarrollar la materia prima con la que se realiza desde un cubierto de cocina hasta una botella, o cualquier producto que por lo general se realiza con plástico, pero la diferencia es que, con su tecnología e innovación ofrecen sustentabilidad.
“El brócoli es alto en celulosa, y puede fungir como si fuera una especie de pegamento o amalgama que nos ayuda a unir los polímeros, para obtener al final el bioplástico. Las pruebas iniciales duraron seis meses tan solo para conocer si era factible trabajar con el brócoli como una materia prima”, explicó.
Cabe señalar que tan solo un cubierto de plástico tarda en biodegradarse cerca de 400 años, una botella de mismo material 500 años, con este polímero (que es la materia prima) desarrollada con brócoli y otros aditivos, se puede biodegradar en tierra máximo un año.
Alfredo contó que comenzaron emocionados por desarrollar un producto que ayude al medioambiente y que permita enrolarse a nuevos procesos con los desechos.