La pesadilla inflacionaria de EE.UU. y su impacto mundial

Por: Alejandro Gómez Tamez / @alejandrogomezt*

La inflación a nivel mundial no está mejorando, sino que por el contrario, las tasas de crecimiento de los índices de precios de la mayoría de los países han seguido aumentando. Como respuesta casi automática al problema inflacionario, muchos bancos centrales han aumentado sus tasas de interés, pero con un costo cada vez más alto para consumidores, hogares, empresas y gobiernos. En particular preocupa la elevada inflación de Estados Unidos y las decisiones de política monetaria de la FED, mismas que ya han generado importantes ondas de choque en los mercados financieros internacionales. En esta entrega analizo esta situación y vemos los riesgos para el sistema financiero global, así como para las finanzas y cuentas externas de los países en desarrollo.

El dato de inflación de EE.UU.

El miércoles 13 de julio, el Departamento del Trabajo de Estados Unidos informó que la inflación de precios al consumidor en dicho país aumentó a 9.1% interanual en junio, la tasa más alta de los últimos 41 años (desde noviembre de 1981). La principal causa del repunte inflacionario, desde el 8.6% anual de mayo, fue el aumento de los precios de la gasolina, aunque los de los alimentos también contribuyeron. Con esto se agrega presión al Banco de la Reserva Federal (FED) para que realice aumentos a su tasa de interés de manera más acelerada y muchos analistas debaten si la FED consideraría seriamente realizar un incremento de 1.00 punto porcentual en su reunión de dentro de dos semanas.

Dentro del alarmante dato inflacionario, un punto positivo es que la inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como los de alimentos y energéticos, aumentó sólo 5.9% en junio, ligeramente menor al 6.0% observado en mayo, lo que puede ser interpretado como que las presiones inflacionarias en amplios sectores de la economía comienzan a ceder.

Con independencia de lo anterior, cabe señalar que a pesar de una inflación anual de 9.1% en junio, hay hechos recientes que podrían moderar las presiones sobre los precios en los próximos meses.

a.     Las expectativas de los inversionistas de una desaceleración del crecimiento económico en todo el mundo han llevado a una caída en los precios de las materias primas en las últimas semanas, incluidos el petróleo, el cobre, el trigo y el maíz, después de que esos precios aumentaran considerablemente tras la invasión rusa de Ucrania.

b.     Los minoristas se han dado cuenta de la necesidad de realizar importantes descuentos, especialmente de prendas de vestir y artículos para el hogar. Esto porque infinidad de productos en inventario no van de acuerdo a las preferencias actuales de los clientes en la medida en que el gasto se desplaza hacia los servicios y se aleja de los bienes, a la par de que los consumidores se gastan sus ahorros. Lo que haga cada tienda al respecto dependerá de su capacidad de almacenaje.

Las presiones inflacionarias al alza, provocaron que el mes pasado, la FED elevara una vez más su tasa de interés objetivo, pero ahora en 0.75 puntos porcentuales (el mayor aumento desde 1994), y la ubicó en un rango de 1.50% a 1.75%.

El aumento de la tasa tiene el objetivo de desacelerar la demanda agregada, lo cual es clave para el objetivo de la FED de restaurar la estabilidad de precios en una economía que todavía está luchando con problemas para reactivar su oferta de bienes y servicios. Pero el aumento de tasas de interés también eleva el riesgo de una recesión. La FED también está tratando de evitar que se deterioren más las expectativas inflacionarias de productores y consumidores, ya que tales expectativas pueden ser autorrealizadas, como lo he comentado en pasadas entregas.

¿Qué tanto durará el ciclo alcista de las tasas de interés? El presidente de la FED, Jerome Powell, ha dicho que el banco central quiere ver evidencia clara de que las presiones sobre los precios están disminuyendo antes de detener frenar las intenciones de aumentos de tasas.

¿Aumento de un punto porcentual a la tasa de interés de la FED?

Tras el anuncio del dato de inflación de junio de 9.1%, analistas financieros se pusieron nerviosos y hubo repercusiones en los mercados a nivel mundial. Vimos como el euro cayó a un nivel por debajo del precio del dólar (0.99 dólares por euro) y se desató la especulación, aumentando las probabilidades asignadas a que la FED decida aumentar su tasa de interés objetivo en un punto porcentual completo en su próxima reunión prevista para el 26 y 27 de julio.

El banco de inversión Nomura, brevemente después del anuncio del dato inflacionario, anunció que ahora ve tiene como escenario base un aumento de 100 puntos base (pb) en la tasa de interés de la FED. ¿Es esto imposible? Para nada, Nomura fue el primar banco que predijo correctamente el alza de 75 pb en la pasada reunión de la FED, lo que en principio fue visto como un pronóstico ridículo. El argumento para esperar un alza de un punto porcentual es que la FED sigue siendo muy dependiente de datos y los datos de inflación tan elevada sugieren que se necesita un incremento más grande.

El banco japonés menciona que la decisión de un aumento entre 75 pb y 100 pb en julio aún puede ser bastante incierta, pero creen que 100 pb será la decisión “correcta”, tanto desde una perspectiva de pronóstico como desde la perspectiva de una política monetaria óptima.

Cuando se le preguntó acerca de un aumento de 100 pb en la conferencia de prensa de junio, el presidente Powell señaló que “vamos a reaccionar a los datos entrantes y de manera adecuada”. Bueno, a juicio de Nomura, los datos entrantes sugieren que el problema de inflación de la FED ha empeorado, por lo que esperan que los responsables de la política monetaria reaccionen aumentando el ritmo de las subidas de tasas para reforzar su credibilidad.

Pero 100bps en una economía que ya está en una recesión técnica, ¿no desatarán, digamos, una recesión (o depresión) aún peor? Bueno, sí, ¡ese es el punto! Nomura menciona:

Si bien aumentan las preocupaciones sobre la desaceleración de la actividad económica, los recientes errores en los pronósticos de inflación por parte de la FED han empujado al Comité de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) a priorizar los datos actuales sobre las proyecciones a futuro al tomar decisiones de política monetaria. Además, seguimos viendo un riesgo considerable de expectativas de inflación no ancladas, lo que puede requerir un endurecimiento aún más agresivo para reducir la inflación al objetivo.

Como resultado, Nomura ve a la FED priorizando la elevada inflación actual respecto de todos los demás factores presentes, y no podemos esperar que los datos de una actividad económica en desaceleración disuadan a los funcionarios de la FED de reaccionar con energía al dato inflacionario de junio.

Entonces, ¿qué sucede después de que la Fed suba 100 pb en la última semana de julio (suponiendo que lo haga, por supuesto)? Bueno, Nomura sigue esperando un aumento de 50 pb en septiembre y tres aumentos más de 25 pb en noviembre, diciembre y febrero. Después de incorporar la revisión al alza de 25 pb en la decisión de julio, la tasa de fin de año que Nomura anticipa es ahora de entre 3.75-4.00%; y el banco cree que ésta permanecerá en ese nivel hasta septiembre de 2023 cuando la FED comience a recortar las tasas en 25 pb por reunión.

Canadá lo hizo

Más allá del análisis de Nomura, ¿es impensable un alza de un punto porcentual completo? Pues no y tal vez usted se sorprenderá de conocer que el mismo día que se divulgó el dato inflacionario de EE.UU., el Banco de Canadá (país donde la inflación interanual es de 7.7%) sorprendió elevando su tasa de política en un punto porcentual completo, agregando que se necesitan más aumentos de tasas, marcando uno de los movimientos más dramáticos hasta la fecha por parte de un banco central del mundo desarrollado para reducir la inflación.

El Banco de Canadá elevó su objetivo para la tasa de interés de 1.50% a 2.50%, lo que constituye el mayor aumento de golpe desde 1998, cuando los funcionarios monetarios intentaron impulsar la moneda nacional en medio de las crisis financieras en Asia y Rusia (efecto Dragón y Vodka). La última vez que la tasa de política del Banco de Canadá fue tan alta fue en el otoño de 2008, o antes del inicio de la crisis financiera mundial. Todos, menos uno de los 12 economistas encuestados la semana pasada por The Wall Street Journal predecían que el aumento sería de 0.75 puntos porcentuales, evidentemente se equivocaron.

La FED “no lo está considerando”

El jueves 14, tras el alza del IPC de 9.1%, que llevó a Nomura y a otros a pedir un aumento de 100 pb en julio, y el mercado asignó un 75% de posibilidades a que ello sucederá, la FED envió a Christopher Waller (Miembro de la Junta de Gobernadores de la FED) a recuperar las expectativas. Fue Nick Timiraos, del WSJ, quien citó a Waller en una nota diciendo:

“Lo que hizo el informe del IPC (índice de precios al consumidor) “fue anclar, para mí, que vamos a llegar a… 75 (pb)”.

“Uno no quiere exagerar con los aumentos de tasas. Un aumento de 75 puntos base es enorme. No piense que porque uno no va a 100 pb, no está haciendo su trabajo”.

Y pues después de estas declaraciones la reacción instantánea fue muy clara… las expectativas de un aumento de 100 pb se desplomaron y los precios de las acciones y de las criptodivisas se recuperaron.

¿Pero que pasará si se concreta un aumento de 100 puntos base por parte de la FED?

En un artículo de Larry McDonald, autor del Bear Traps Report, titulado “Toma la tragedia en Sri Lanka y multiplícala por diez”: la Reserva Federal acaba de lanzar una bomba nuclear financiera que destruirá la economía mundial, el autor menciona que estamos viviendo en un período de engaño económico masivo. Hace apenas veinte meses, los banqueros centrales ofrecían comprar casi todos los bonos basura conocidos por la humanidad, distorsionando drásticamente el “verdadero costo del capital”. Desde las criptomonedas hasta los mercados emergentes, fue una sobredosis de riesgo moral. Todos en la tierra estaban pidiendo dinero prestado pagando rendimientos de bonos acorde a si viviéramos en la Tierra de la Fantasía.

Ahora, la FED promete aumentos interminables en su tasa de interés y una reducción de $1 billón de dólares en su hoja de balance general en un contexto en el que los mercados crediticios de la eurozona y de los  mercados emergentes están en llamas.

De acuerdo al autor, quien realizó un minucioso estudio de la mayor quiebra bancaria de todos los tiempos, la de 2008 – 2009, la agenda actual de la FED es pura locura y eso será descubierto muy pronto.

Y es que el verdadero costo del capital estuvo distorsionado durante tanto tiempo que ahora tenemos cientos de académicos, sin idea de la serpiente subyacente dentro de los mercados globales. Cuando Paul Volcker presidió la Junta de la Reserva Federal en Washington (1979 – 1987), nuestro planeta tenía una deuda de aproximadamente $200 billones de dólares MENOS de lo que estamos observando como nivel de deuda global actualmente.

Hoy muchos economistas son muy delirantes y se han convertido en un grupo muy peligroso. Cuando aumentan las tasas de interés agresivamente con un dólar fuerte, se multiplica el riesgo de tasa de interés, que de por si ya estaba fuera de los gráficos, ya que proviene de una base tan baja desde 2020 en términos de rendimiento (prácticamente de 0%), por lo que vemos una pesadilla de convexidad. Los aumentos de las tasas de interés de 2022, de la mano de un dólar estadounidense fuerte, tienen un poder destructivo 100 veces mayor que el del aumento de tasas vivido en la era Carter-Reagan.

Al mismo tiempo, se le agrega combustible al fuego del riesgo crediticio en los mercados emergentes con un dólar muy fuerte. Los bancos globales ahora tienen que hacer recurrentes llamadas al margen para cubrir la mayoría de estos activos. Si las tasas globales de interés vuelven a subir y se mantienen en niveles elevados, el enorme volumen de deuda soberana está en peligro. La respuesta monetaria a las crisis de Lehman y Covid ha dejado una factura matemáticamente insostenible para las siguientes generaciones. La Fed NO PUEDE subir las tasas agresivamente en este lío sin hacer estallar la economía global por la serie de impagos que van a suceder.

No olvidemos que el Covid-19 ocasionó una bomba de apalancamiento colosal en naciones, empresas e individuos. Los países de mercados emergentes y fronterizos actualmente le deben al FMI más de $100 mil millones de dólares. La política del banco central de EE.UU. que ha provocado que el dólar suba a toda velocidad, en un sistema en el que las materias primas agrícolas se cotizan globalmente en dólares, es un enorme impuesto para los países de mercados emergentes.

Con sus acciones, los funcionarios de la FED están exportando la inflación a los países que menos pueden permitírselo.

En total es un cuarto de billón de dólares de deuda que ya está en situación de dificultad, amenaza con arrastrar al mundo en desarrollo a una cascada histórica de incumplimientos, que a su vez podrían ocasionar una crisis sistémica financiera de proporciones épicas. El número de países en desarrollo en dificultades comerciales se ha duplicado: El Salvador, Ghana, Egipto, Túnez y Pakistán parecen particularmente vulnerables.

Con los países de bajos ingresos, los riesgos de la deuda y las crisis de la deuda no son hipotéticos: intente comprar petróleo en dólares estadounidenses en una moneda emergente. Una quinta parte, o alrededor del 17%, de los $1.4 billones de bonos soberanos de mercados emergentes tienen deuda externa pendiente denominada en dólares, euros o yenes, según datos compilados por Bloomberg.

Insisto, la FED está exportando la inflación a los países que menos pueden permitírselo, diezmando comunidades en todo el planeta. Las tragedias se acumulan. En términos de quién dirige realmente el espectáculo: los bonos de los mercados emergentes se desploman 10 puntos por semana y Powell quiere que piense que el tiene el control de la situación.

Así que ahora tenemos balances bancarios globales, estresados ​​por un monto de $20 billones a $30 billones de dólares, ocasionadas por pérdidas de mercado de acciones, bonos del Tesoro, bonos del gobierno europeo, criptomonedas, capital privado y capital de riesgo; y todo en medio de la peor crisis crediticia de los mercados emergentes en décadas. Y esto es el resultado de subidas de apenas 150 puntos base en la tasa de interés de la FED. ¿Cuáles serán las consecuencias de las siguientes alzas? Recuerde la estimación de Nomura de una tasa de interés objetivo de la FED de 3.75%-4.00% a principios de 2023.

Conclusión

La FED esta preocupada por combatir la inflación y necesita dar un claro mensaje de que está comprometida en lograrlo, para de esta forma anclar las expectativas inflacionarias. Sin embargo, debe ser muy cuidadosa en el ritmo de aumentos de tasa de interés, ya que más allá de frenar la demanda agregada y con ello la economía mundial, puede causar una grave crisis financiera por un mayor costo del dinero y un dólar muy caro.

Es verdad que gran parte de este problema inflacionario que vivimos es culpa de Estados Unidos por su política monetaria de tasas de interés ultrabajas después de la crisis financiera de 2008 y posteriormente tras la crisis del covid-19. El exceso de dólares que elevo los precios de todo tipo de activos, ahora causa que los precios de los bienes y servicios también suban a un ritmo no visto en 40 años.

La situación se puede tornar muy complicada, y no debemos dejar de reconocer que Jamie Dimon, el CEO de JP Morgan, reiteró que un ‘huracán económico’ se viene sobre el mundo.

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

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