La desgracia nacional en materia de empleo

Por: Alejandro Gómez Tamez / @alejandrogomezt*

Resulta sencillo hablar de una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -8.5% en 2020, como que no nos imaginamos lo que esto representa para la vida de millones de personas. Durante el año que acaba de concluir y en el arranque de este 2021, miles de empresarios (y no me refiero sólo a los que usan traje), se vieron forzados a cerrar su fÔbrica, a despedir a buena parte de sus colaboradores o recortar salarios. Estas medidas han tenido una fuerte repercusión en el nivel de vida de miles de personas que dependen de las fuentes de ingreso generadas por los empresarios. De verdad que es necesario ponerle un rostro humano a este asunto para entender el tamaño de la desgracia económica por la que estamos transitando. El problema no se limita a grandes empresas, de hecho es mayor en las microempresas, tanto del sector formal como informal. En esta entrega hacemos un recuento de los indicadores laborales al cierre de 2020 y arranque de 2021.

Empleo en el IMSS

Comenzamos haciendo una valoración de lo que ha sucedido con el empleo formal, medido a través de las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). De acuerdo con el IMSS, en el comparativo de enero de 2020 al mismo mes de 2021, el número de trabajadores asegurados a nivel nacional pasó de 20.490 millones a 19.821 millones, lo que implica una disminución de casi 669 mil empleos formales, equivalentes a una caída de -3.3%. Esta es una ligera mejora respecto de la disminución anualizada de -4.4% observada en julio de 2020, aunque sin duda sigue siendo preocupante.

Al analizar la evolución de cada una de las ramas de actividad, tenemos lo siguiente (las actividades se encuentran ordenadas de peor a mejor desempeƱo, se indica en parĆ©ntesis la variación porcentual en el nĆŗmero de trabajadores registrados): Servicios para Empresas, Personas y El Hogar (-9.9%); Industria de  la Construcción (-6.0%); Industrias Extractivas (-5.4%); Comercio (-2.4%); Industria ElĆ©ctrica y Captación y Suministro de  Agua Potable (-0.5%); Transportes y Comunicaciones (-0.1%); Industrias de la Transformación (+0.1%); Servicios Sociales y Comunales (+0.3%); y Agricultura, GanaderĆ­a, Silvicultura, Pesca y Caza (+0.7%).

Ahora, en cuanto a la variación en números absolutos, queda clara la terrible crisis por la que pasa el sector servicios (restaurantes y hoteles principalmente), que perdió en el periodo en cuestión 478,068 empleos; mientras que en el comercio al por mayor y por menor la caída fue de 98,427 empleos formales. La buena noticia es que ha comenzado la recuperación de la industria manufacturera, misma que incrementó su número de puestos de trabajo en 3,254; mientras que las actividades primarias continúan con su buena racha con un incremento de 5,203 empleos formales.

Si analizamos el desempeƱo del empleo registrado en el IMSS en el periodo de enero de 2000 al mismo mes de 2001, pero por entidad federativa, tenemos que siguen siendo tres las que presentan incremento (en parĆ©ntesis se indica el porcentaje de variación): Baja California (+3.0%), Tabasco (+2.4%) y Chihuahua (+1.4%). Cabe seƱalar que el nĆŗmero de empleos formales creados por estos tres estados sumó 44,815.  Si ahora analizamos los cinco estados con las mayores disminuciones porcentuales en su nĆŗmero de trabajadores registrados en el IMSS, vemos lo siguiente (en parĆ©ntesis se indica el porcentaje de disminución): Distrito Federal (-6.3%), Puebla (-6.6%), Guerrero (-7.7%), Baja California Sur (-9.1%) y Quintana Roo (-23.2%). Cabe seƱalar que estas cinco entidades perdieron juntas 395,778 empleos formales en el periodo mencionado.

Es evidente que de los tres estados de buen desempeño, dos son norteños con vocación exportadora y el otro pues es la tierra del presidente Andrés Manuel López Obrador. Por su parte, los estados de peor desempeño en empleo formal son los que tienen una vocación turística, y los otros dos tuvieron cerrada buena parte de su actividad económica en el mes de enero de este año.

Indicadores de INEGI

En relación a los indicadores de empleo y desempleo que recién dio a conocer el INEGI y que corresponden al cuarto trimestre de 2020, a continuación se presentan los datos mÔs relevantes obtenidos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) del cuarto trimestre de 2020.

La ENOEN en el cuarto trimestre de 2020 reportó una disminución de -1.7 millones de personas en la Población  Económicamente Activa (PEA), lo que se traduce en que la Tasa de Participación Económica sea de 57.5% respecto a la población de 15 aƱos y mĆ”s- Esta tasa es 2.9 puntos porcentuales inferior a la de mismo trimestre de 2019 y denota que derivado de la pandemia y de la crisis económica, aĆŗn hay casi dos millones de personas que no se han reintegrado a la fuerza laboral (ya sea porque tengan miedo de contagiarse o porque de plano piensan que no van a conseguir trabajo). Esta es una cantidad enorme, vĆ”lgame la comparación, es como si comentĆ”ramos que en una sĆŗper fĆ”brica retiraron de la planta 1.7 millones de mĆ”quinas.

En lĆ­nea con lo anterior, tenemos que en el periodo de octubre a diciembre de 2020, la población ocupada resultó en 53.3 millones de personas, cantidad inferior en -2.4 millones de personas comparada con la observada en el cuarto trimestre de 2019. Es preocupante que la disminución en la población ocupada sea mĆ”s pronunciada en las mujeres. Las cifras oficiales indican que la población ocupada de hombres fue de 32.6 millones, cifra menor en -1 millón, mientras que la población ocupada de mujeres fue de 20.7  millones, cifra 1.3 millones menor a la observada en el cuarto trimestre de 2019.

En cuanto a la población que se encuentra sin trabajar, que estaba disponible y estuvo buscando trabajo en el último mes (personas en una situación de desempleo), fue de 4.6% de la PEA en el cuarto trimestre de 2020, porcentaje mayor al 3.4% observado en el cuarto trimestre de 2019. Esto implica que en términos absolutos, la población desocupada fue de 2.5 millones de personas al cierre de 2020, cantidad superior en 607 mil personas al observado en el cuarto trimestre de 2019.

La estructura sectorial de la ocupación reporta que las actividades terciarias (comercio y servicios), tuvieron una participación del 61.9% de la población ocupada en en el cuarto trimestre de 2020; sin embargo, registran una disminución en términos absolutos de -1.7 millones de personas respecto al cuarto trimestre de 2019. El sector de restaurantes y servicios de alojamiento presentó una disminución de -769 mil ocupados y los servicios diversos de -489 mil personas ocupadas. Esto es reflejo de la severa crisis que enfrentan estas actividades.

En la ocupación por tamaño de la unidad económica, vemos que el número de personas que laboran en micronegocios tuvieron una disminución de -914 mil con lo que reportaron la pérdida de ocupación mÔs alta, específicamente en unidades económicas con establecimiento, en donde la disminución fue de -474 mil ocupados entre el cuarto trimestre de 2019 y el mismo trimestre de 2020. Esta cifra es relevante porque demuestra que esta crisis económica ha afectado mÔs a las microempresas que a las grandes empresas, por lo que es evidente que el haber negado apoyos a la planta empresarial definitivamente afectó mÔs a los mÔs vulnerables.

Se ve afectada la economĆ­a formal e informal

Otro problema es que el fenómeno del subempleo ha aumentad de manera dramÔtica. Las cifras del INEGI muestran que las personas ocupadas que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar mÔs tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual les demanda (población subocupada), pasaron de 4.3 millones en el cuarto trimestre de 2019 a 8.1 millones en el último trimestre de 2020, con un aumento de 3.8 millones de personas.

Cabe seƱalar que esta crisis económica ha afectado tanto a la economĆ­a formal como a la informal. Los indicadores muestran que la población ocupada informal, que comprende tanto a los ocupados que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, como aquellos cuyo vĆ­nculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo, en el cuarto trimestre de 2020 fue de 29.6 millones, esta cifra es 1.7 millones de personas menor a la observada en igual trimestre de 2019. Es importante aclarar que la disminución en la población  ocupada en la economĆ­a informal no indica que Ć©sta se haya reducido porque hay mĆ”s oportunidades en la economĆ­a formal, sino que es producto de que muchas unidades económicas informales cerraron sus operaciones.

Llama mucho la atención  que la tasa de informalidad en las localidades rurales fue de 78.2% en el cuarto trimestre de 2020, mientras que en las localidades mĆ”s urbanizadas fue de 42.8 por ciento. AdemĆ”s, no es de extraƱarse que en Oaxaca el porcentaje de población ocupada en la informalidad es del 78.5%, en Guerrero del 77.3%, mientras que en Chiapas asciende a 76.4%. Por su parte, en Nuevo León fue considerablemente mĆ”s baja son un 35.6% de la población ocupada, en Coahuila de 36.7% y en Chihuahua de 37.3%.

De la mano de lo anterior, tenemos que en cuanto a las tasas de condiciones críticas de ocupación en materia de ingresos y horas trabajadas, en Chiapas el 44.4% de la población ocupada estÔ en esta condición, en Tlaxcala es del 33% y en Puebla del 28.9%. En contraste, en Nuevo León el porcentaje de población ocupada en condiciones críticas en el cuarto trimestre de 2020 fue del 10.9%, en Sinaloa fue el 11.8%, mientras que Jalisco y Querétaro observaron tasas del 12.9% cada una.

Conclusiones

Resulta evidente que cuando hablamos de una caĆ­da del PIB  de -8.5% en 2020, la cifra viene acompaƱada de miles de desgracias en materia de empleo. Es lamentable que ante esta situación el gobierno federal no hay lanzado programas de apoyo y haya dejado a la mayorĆ­a de las empresas a merced de la debilidad del mercado.

La expectativa es que en 2021 haya una recuperación de la economĆ­a con un repunte del PIB de entre un 3.2 y un 4.2%. Esto sin duda ayudarĆ” a recuperar muchos de los empleos perdidos y a que mucha de la gente que se retiró voluntariamente del mercado laboral regrese. Sin embargo, la recuperación  plena de la fuerza de trabajo, con todas sus horas-hombre involucradas, serĆ” un  proceso lento que nos llevarĆ” al menos cuatro aƱos mĆ”s. Y es que no sólo se deben recuperar los empleos perdidos y las jornadas completas, sino que ademĆ”s, habrĆ” que generar las fuentes de trabajo para todas aquellas personas que se estarĆ”n incorporando al mercado laboral. La labor es titĆ”nica, y lamentablemente no hay polĆ­ticas pĆŗblicas que faciliten este proceso.

Director General GAEAP* 

alejandro@gaeap.com

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