Por: Rodrigo Enrique MartĆnez NietoĀ / @roymnieto *
ā⦠el cambio actual no es como los cambios del pasado. (ā¦) AĆŗn debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información. Y tambiĆ©n debemos aprender el aĆŗn mas difĆcil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante mundo.ā ZygmuntĀ Bauman
En una columna anterior (āEl futuro del trabajo es cosa del presenteā), hablaba del impacto que tendrĆ”n las tecnologĆas exponenciales en el mundo laboral y la disrupción que implica para los trabajadores del futuro.
En sĆntesis, podemos anticipar transformaciones en la forma en que trabajamos, en los entornos labores, en el valor y significado que le damos al trabajo y, finalmente, las habilidades que se necesitaran para ser productivo y prosperar en este nuevo contexto.
Sin duda, las Instituciones de Educación Superior debemos reinventarnos para preparar a nuestros estudiantes hacia un perfil de egreso que les permita ser competentes en este macro entorno donde el cambio serÔ la única constante.
El āmundo lĆquidoā del que habla el profesor Bauman, implica rediseƱar los modelos universitarios para despojar de contenidos excesivos que estĆ”n disponibles a travĆ©s de cualquier biblioteta y/o plataforma digital, y poner el foco en el desarrollo de habilidades para liderar y adaptarse a un mundo que no deja de sorprendernos.
Las Universidades, tanto de gestión pĆŗblica como privada, deben de buscar metodologĆas de planeación mĆ”s Ć”giles que les permitan analizar profundamente hacia dónde se dirigen y adelantarse a los cambios profundos que ocurren cada vez mĆ”s rĆ”pido.
Para formar estudiantes universitarios en Skills como trabajo en equipo, pensamiento crĆtico, comunicación y creación, autonomĆa y solución de problemas reales, las instituciones requieren de mayor dinamismo y flexibilidad.
Cualquier nuevo modelo universitario que asuma el reto de convertirse en una IES de este tiempo Post Covid deberÔ entender que no hay un futuro único, sino diversos escenarios para los cuales deberÔ estar preparada en términos de gestión, liderazgo y visión.
La experiencia de este aƱo, con las Universidades cerradas, evidenció que crear un programa de Educación remota de Emergencia para replicar lo que se hacĆa de manera presencial en el campus, no implica una mejora significativa en la calidad ni las acerca al objetivo de evolucionar como instituciones de educación.
La inteligencia artificial tiene el poder de competir y superar el intelecto humano
Tres son los elementos que se deben integrar en los nuevos modelos universitarios: el rediseƱo del Curriculum, la incorporación de TecnologĆa y la Innovación como paradigma de enseƱanza ā aprendizaje.
En esta oportunidad histórica que se tiene para rediseƱar la Universidad a profundidad, se debe de mantener al estudiante al centro, asumir la especialización de los programas para enfocarse en nichos especĆficos, ofrecer modalidades de Blended Learning y diseƱar estrategias encaminadas a nuevas formas de gestionar la Calidad Educativa donde se pueda evaluar tambiĆ©n los impactos y el valor que los egresados generan a mediano y largo plazo.
En esta Nueva Era tenemos ya la certeza de que la inteligencia artificial tiene el poder de competir y superar el intelecto humano, por lo que las Universidades tienen que redireccionar su misión educativa para desplegar el potencial de sus estudiantes a través del desarrollo de la inteligencia relacional (cómo relacionarse con otros), ecológica (cómo la naturaleza sustenta la vida) y emocional (interpersonal e intrapersonal).
Es asĆ que la innovación en los programas de estudio debe incluir forzosamente el arte, la filosofĆa y en general las humanidades de manera transversal para que los futuros egresados no tengan barreras conceptuales y sean capaces de pensar mĆ”s allĆ” de lo obvio.
Para lograrlo se requiere, por un lado, que los puestos de liderazgo de las universidades sean ocupados por docentes, investigadores y gestores con gran visión del futuro.
Y tambiĆ©n se necesita un marco regulatorio y normativo menos controlador que permita la flexibilidad y autonomĆa para que cada institución pueda generar soluciones efectivas a las necesidades de su comunidad.
Por eso es muy afortunado la aprobación en dĆas pasados de la nueva Ley General de Educación Superior que entre otras cosas favorece la autonomĆa de las IES, reconoce las diferencias entre la gobernanza y la gestión pĆŗblica y privada, el acceso al financiamiento y otras varias aportaciones que sin duda contribuyen a establecer condiciones para una mayor eficiencia, eficacia, pertinencia y equidad en las instituciones.
No quisiera dejar de mencionar que la Universidad, dentro de sus ejes sustantivos, también tiene la responsabilidad de generar investigación, asà como labores de extensión que serÔn motivo de futuras colaboraciones.
Aprender, enseñar y trabajar en el futuro implica pensar qué tenemos que hacer diferente porque ya estÔ sucediendo, nos guste o no, asà que es el momento de re-pensar cuÔl es el propósito de asistir a una Universidad para obtener un grado de estudios.
A diferencia de algunos futurólogos, yo soy de la opinión que las Universidades no desaparecerÔn, pero sà deben transformarse para adaptarse y liderar a las nuevas generaciones, y con ello a la sociedad.
* Rodrigo es Licenciado en Administración Financiera (ITESMĀ“04), Maestro en Administración (UGā07) y Doctor en Ciencias del Desarrollo Humano (UNIVAā15).
De 2009 a la fecha ocupa la rectorĆa de la Universidad Santa Fe, A.C., institución educativa de gestión privada ubicada en la Cd. De Guanajuato Capital