Por Eduardo Lalo Ordóñez / @lalordonezp
La ilusión de pretender ser reconocidos como innovadores, los lleva a aceptar consejos de quienes no son de nuestra ciudad o no conocen las condiciones reales de la movilidad integral de nuestra ciudad, así nos pusieron una dizque ciclovía en la zona centro, derivada de no sé qué estudio, ni qué resultados se esperaba de estos dispositivos, pero si se pretendía estorbar, ¡¡los felicito lo han logrado!!
Este jueves, viernes y con la vista del pueblo a los 7 templos, las procesiones del silencio, la celebración del sábado de gloria, de verdad se les complico ¡No! Mejor dicho, se la complicaron y le complicaron estas tradiciones a la grey religiosa, y a los paseantes de aquí, mi Irapuato y de quienes nos visitaron…
La ciclovía que no le sirve a nadie, pues no hay ciclistas que la usen, no tiene continuidad a ningún otro espacio igual, solo se colocó para ensalzar el ego de alguien, que si lo necesita y mucho. Todo el tiempo esta ciclovía ha lucido vacía y ahora que se requería tener libre estos espacios para permitir el acceso a los templos, llevar a cabo la procesión solemne del silencio, se convirtió en una barrera física (estorbo) para todos. Dentro de sus oraciones se mezclaron frases como, ¿A quién se le ocurrió?, ¿pero cómo?, No pues, ¡que listos!
Si de por sí, estos “obstáculos” molestaban a la gente que asistió a esta celebración religiosa, la falta de coordinación de los agentes viales se notó feo antes, durante y al final del evento; ya no hay coordinación, no hay atención como antes, ya no se quieren bajar de sus unidades, aunque ellos generen el conflicto, les hace falta más liderazgo, mayor empatía por sus ciudadanos.
Ojalá y se tome conciencia de esto que ha pasado, que las incomodidades que se generaron a la gente no se repitan, pero sobre todo que definan si realmente es necesaria esta ciclovía que nadie utiliza y a muchos estorba se rediseñe, o simplemente se reubique.
Los vientos de cambio empiezan a soplar y a favor de Irapuato.