Fotografía de: @alexramblasr
Como todo cambió, la Escuela no puede seguir siendo igual…
Por: Rodrigo Enrique Martínez Nieto / @roymnieto *
Se ha dado por fin la apertura para el regreso a las escuelas a través del programa piloto que puso en marcha la Secretaría de Educación del Estado de Guanajuato.
Además de considerar las condiciones físicas de seguridad y salud como los espacios abiertos y ventilados, la sana distancia entre estudiantes, la vacunación de profesores y los filtros de ingreso a las instituciones; en todos los casos se habla de un regreso híbrido a la escuela, pero ¿qué significa esto en concreto?
En su versión más reducida, el regreso híbrido implica que debido a la capacidad de infraestructura de los centros escolares, es imposible atender a todo el alumnado y al mismo tiempo garantizar las medidas de sanidad. Por tanto, se introducen estrategias de escalonamiento como dividir los grupos en diferentes días y hora para atender a pequeños subgrupos de manera presencial mientras que el resto continúa recibiendo sus clases a distancia.
Para muchos maestros y padres de familia esto implica una gran interrogante: ¿cómo será posible que las escuelas puedan sostener el mismo curso en dos modalidades distintas: presencial y a distancia? ¿Recibirán la misma atención? ¿Cómo se elige quién tiene que asistir y quién se queda en casa? ¿Qué pasa si, por sus posibilidades familiares, prefieren quedarse en casa?
El esquema híbrido no se trata entonces solo de dividir la cantidad de niños en diferentes horarios, sino toda una pedagogía especial para promover el aprendizaje en un ambiente digital y presencial de manera que ninguno se quede atrás.
Nosotros en Santa Fe hemos sostenido que el “modelo 360” de #VueltaAlNido se sostiene de 3 elementos: es voluntario, es escalonado y es híbrido.
Por híbrido entendemos una nueva pedagogía, es decir, aplicar distintas metodologías comparado a como se hacía antes de la crisis por COVID-19, pero también diferentes a las estrategias que se implementaron durante el confinamiento cuando todos los alumnos estaban conectados de forma remota.
Si se espera que el regreso a las aulas signifique volver a lo que esperábamos de una escuela hasta antes de la pandemia, estamos en un grave error de paradigma. No vamos a volver a lo que conocimos.
El modelo de pedagogía híbrida implica integrar al mundo digital y físico de forma simultánea (síncrona) sí; pero también incluye necesariamente un componente asíncrono, donde el contenido está abierto y disponible para que el estudiante pueda seguirlo en cualquier lugar y en cualquier momento.
Para poder lograr un ambiente que en realidad sea híbrido se necesita contar además con espacios físicos adecuados y con recursos tecnológicos suficientes que permitan la interacción entre todos los actores que son parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, sin excluir a ninguno.
El aprendizaje en ambientes híbridos implica que el docente tenga la capacidad de utilizar sus métodos de enseñanza complementando con las herramientas tecnológicas para aprovechar el máximo beneficio de toda la experiencia, no solo al momento de la clase. Esto significa, utilizar los recursos en línea junto con actividades guiadas por el docente y otorgando la oportunidad a los alumnos para que puedan administrar su avance promoviendo en todo momento el trabajo de manera colaborativa para garantizar que todos formen parte del proceso.
Algunas metodologías comprobadas que se pueden utilizar para lograr que esta experiencia genere verdaderas experiencias significativas son el Aula Invertida (Flipped Classroom), Rotación de Estaciones (Station Rotation), Flex, etc.
Para tranquilidad de los docentes y de los padres de familia, no se trata de más trabajo, de más o menos horas de atención o frente a la computadora; se trata de transformar nuevamente la práctica docente para adaptarla una nueva Escuela PostPandemia.
Se requiere la voluntad de todos los actores para ser pacientes y asumir estas nuevas posibilidades como una oportunidad de crecimiento, donde lo más importante no es la enseñanza sino cómo los estudiantes aprenden en un entorno que les ayude a recuperar la emoción, el interés y, sobre todo, logren reconstruir los lazos de interrelación con sus pares porque “el aprendizaje es como una torre, hay que ir construyéndolo paso a paso”.
* Rodrigo es Licenciado en Administración Financiera (ITESM´04), Maestro en Administración (UG’07) y Doctor en Ciencias del Desarrollo Humano (UNIVA’15).
De 2009 a la fecha ocupa la rectoría de la Universidad Santa Fe, A.C., institución educativa de gestión privada ubicada en la Cd. De Guanajuato Capital