Por Fidel Ramírez Guerra / @periodistafrg
Se suponía que enviando a Sheffield a perder en León era un acto de castigo por parte de López Obrador. No fue así: Ricardo regresó campante a la mañanera y con más fuerza, hablando de los precios del gas.
Las denuncias de Manuel Clouthier contra Sheffield sobre actos de extorsión por parte de funcionarios de la Profeco no han prosperado ni ante la Secretaría de Economía ni ante la presidencia de la república.
Ricardo Sheffield sigue siendo el intérprete político para López Obrador de lo que ocurre en Guanajuato. No es Ernesto Prieto. No son los Prieto.
AMLO le sigue dando vida. En el equipo de Sheffield creen que su jefe va para el 24 incluso con el apoyo de Marcelo Ebrard.
Los Prieto no son de primera. Son de segunda.