El seguidor de Donald Trump y autoproclamado “chamán”, Jacob Chansley quien participó en el asalto al Capitolio de Estados Unidos disfrazado de bisonte, pasado el 6 de enero, fue sentenciado a 41 meses de prisión.
La fiscalía reclamaba más de cuatro años de prisión para Jacob Chansley, de 34 años de edad, quien se había declarado culpable en septiembre de invadir la sede del Congreso estadounidense junto a centenares de partidarios de Trump para impedir que los legisladores certificaran la victoria del Joe Biden en las elecciones presidenciales.
Chansley “se convirtió en la imagen” de ese día de caos que sacudió la democracia estadounidense, dijo el juez Royce Lamberth al pronunciar la sentencia.
Antecedentes
El 6 de enero pasado, Chansley, quien adhiere a las teorías conspirativas de QAnon, ingresó armado con una lanza y el torso desnudo a la sede del Senado, se sentó en la silla reservada para el vicepresidente Mike Pence y dejó una nota que decía: “¡Es sólo cuestión de tiempo, se acerca la justicia!”
Originario de Phoenix, Arizona, el “chamán” fue arrestado unos días después del incidente y ha estado detenido durante diez meses.
En septiembre se declaró culpable de obstruir un acto oficial ante un tribunal federal en Washington.
El 10 de noviembre la fiscalía reclamó 51 meses de prisión, lo que habría sido la sentencia más severa dictada contra un participante en el asalto del 6 de enero, a pesar de que se retiraron los cargos de violencia.
Un total de 664 personas fueron acusadas en diversos grados por su participación en el asalto mortal contra el Capitolio, según el Programa de Investigación sobre Extremismo de la Universidad George Washington.
Cinco personas murieron durante el ataque o poco después, incluido un oficial de policía y una manifestante asesinada por un oficial dentro del edificio.
“Amigo, realmente te equivocaste feo”
Durante más de 30 minutos, Chansley habló con Lamberth sobre el impacto que la cárcel ha tenido en él y la culpa que siente por violar la ley.
Jacob Chansley afirmó que “no es un criminal peligroso” pero que sufre de “trastornos de personalidad” que quiere curar para convertirse en un “mejor hombre”.
“No soy un hombre violento, ni un insurgente y ciertamente no soy un terrorista. Solo soy un buen hombre que violó la ley”, explicó, asegurando creer “en la libertad, la ley y el orden, y la responsabilidad”.
Sometido a un régimen de aislamiento en la cárcel, dijo que tuvo tiempo de mirarse en un espejo y decirse: “Amigo, realmente te equivocaste feo”.
Con información La Jornada, CNN Español, El país.