Un personaje que sin ser sanmiguelense se le considera como hijo adoptivo de la ciudad de San Miguel de Allende. Fue un famoso Tenor de prestigio universal, quien posteriormente se convirtió en Fray Francisco de Guadalupe Mojica, benefactor de la ciudad y del pueblo desde su época de artista y de los niños huérfanos ya siendo monje franciscano.
Tuvo residencia en la quinta Santa Mónica, frente al parque Benito Juárez en San Miguel de Allende.
Crescenciano Abel Exaltación de la Cruz José Francisco de Jesús Mojica Montenegro y Chavarín o José Mojica, nació en San Gabriel, Jalisco, el 14 de septiembre de 1895. Huérfano de padre, se trasladó con su madre a la Ciudad de México, donde estudió en el Colegio Saint Marie, en la Escuela Elemental No. 3 y en la Academia de San Carlos.
Estudió cuatro años en la Escuela Nacional de Agricultura, carrera que se vio obligado a dejar, a consecuencia del movimiento revolucionario la institución fue cerrada. Este paréntesis en sus estudios, lo llevó a encontrar su verdadera vocación, tomó clases de canto con el maestro José Eduardo Pierson, después con el polígrafo y abogado Alejandro Cuevas, al tiempo que era alumno del Conservatorio Nacional de Música.
Debut en el teatro y en el extranjero
Comenzó a trabajar como solista en las funciones de opera del Teatro Ideal. El 5 de octubre de 1916 debutó en el Teatro Arbeu en El Barbero de Sevilla como primer tenor. Su futuro como actor lo vislumbró en el extranjero y se marcha a Nueva York donde se empleó de lava platos, hasta que logró ingresar a una compañía de ópera, haciendo papeles secundarios.
Enrico Caruso lo oyó cantar y lo recomendó a la Compañía de Opera de Chicago. José agudizó sus estudios de canto, drama e idiomas. Llegó a dominar de igual manera, inglés, italiano y francés. Así como aprendió a tocar la guitarra y a interpretar canciones mexicanas. Por igual practicaba danza, atletismo y equitación.
Trabajó en el Metropolitan Opera House. Cuando cantó al lado de Mary Garden Pelleas et Melisande de Debussy, saltó a la fama de manera espectacular. Actuó después en la gran opera al lado de Amelita Galli-Cursi, Mrtinelli, Lilly Pons y otras notables figuras.
La Casa Edison lo contrató como artista exclusivo para grabar miles de discos con obras operísticas y canciones mexicanas de moda.
Aparición en el cine
En 1928, filmó en Hollywood su primera película; El precio de un beso. Sus mejores películas fueron: El rey de los gitanos en 1932, La cruz y la espada en 1937 y El capitán aventurero de 1938, estas últimas realizadas en México.
Una experiencia religiosa
Durante el rodaje de “La cruz y la espada” (1934), Mojica enfrentó un momento decisivo para su carrera. Debido a la trama, conoció de cerca la vida monástica y enfrentó sus primeros cuestionamientos existenciales.
Con más de una docena de largometrajes a sus espaldas, en 1938, regresó a México donde siguió disfrutando del éxito. En medio del fulgor, su madre falleció en 1940.
La pérdida supone una crisis existencial para el cantante y un repliegue de su vida artística. En 1942, durante el rodaje de “Melodías de América”, Mojica anunció su decisión de tomar los hábitos.
En la entrevista televisiva, realizada en 1969 en el Convento de San Francisco del Centro de Lima, Mojica le cuenta al cantante Pedro Vargas cómo esa renuncia inspiró a Agustín Lara a componer el tema “Dime”.
Su paso de la fama a la religión
En 1940 a la muerte de su madre, Mojica decide hacerse monje y se recluyó un año en un convento Franciscano en Lima, Perú, para hacer el noviciado, después pasó al monasterio de San Antonio de La Recoleta, en Cuzco, ordenándose como sacerdote el 13 de julio de 1947, en el Templo Máximo de San Francisco de Jesús, en Lima, donde cantó su primera misa el 20 de ese mes y año.
Comisionado por sus superiores para fundar un seminario en Arequipa, donde se pretendía formar sacerdotes para las numerosas parroquias vacantes, el padre Mojica obtuvo recursos cantando en Radio Belgrado de Buenos Aires en 1949 y dando conciertos semanales en 7 países durante 2 años 1950-1952.
A partir de su ordenamiento como sacerdote se presentó ocasionalmente en escena, limitando sus actuaciones en radio, televisión y aún más en el cine. En 1958 un terremoto destruyó el inmueble del Colegio Seráfico de San Francisco, para reconstruirlo, Mojica escribió un libro en 1958 con la historia de su vida y de su conversión: Yo Pecador, que alcanzó varias ediciones. En México le compraron los derechos para hacer una película y tuvo breves apariciones en la radio y televisión, ya en la última etapa de su vida.
Últimos momentos de Fray José de Guadalupe Mojica
Una sordera que fue avanzando lo decidió a retirarse de cantar. Vivió sus últimos días en Lima, Perú como un monje más con el nombre de fray José Francisco de Guadalupe.
El Instituto Nacional de Bellas Artes le rindió un homenaje en ocasión de sus 50 años como cantante en 1969; esa vez fue la última en que estuvo en México.
Murió el 20 de septiembre de 1974 a los 80 años de edad en la ciudad de Lima, Perú.
Fuentes: Gobierno de Jalisco, Fundación BBVA, 20 minutos.