“De la manufactura a la mentefactura…”, Gobernador del Estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo,
Por: Rodrigo Enrique Martínez Nieto / @roymnieto *
En días pasados, el Gobernador del Estado de Guanajuato, presentó la política pública más ambiciosa de la segunda parte de su administración: el Valle de la Mentefactura.
De acuerdo al boletín oficial, se trata de un proyecto para los “próximos 50 años” que busca “poner al centro en el centro de la innovación y el emprendimiento, a las y los guanajuatenses, para mejorar su ingreso, elevar su calidad de vida y su entorno”. (https://boletines.guanajuato.gob.mx/2021/06/14/presenta-el-gobernador-la-estrategia-valle-de-la-mentefactura-guanajuato/)
Para Juan José Goñi, autor del libro Mentefactura: el cambio del modelo productivo (2013), el concepto representa una “nueva forma de entender el trabajo relacionada con la capacidad de idear, pensar e interactuar”.
Justamente este autor, durante la presentación oficial el pasado 14 de Junio en el Poliforum León donde tuve oportunidad de estar presente, lanzó la expresión que da título a esta columna: “ de mantener el ritmo de desarrollo actual, Guanajuato podría ser el nuevo Silicon Valley en 2023”.
Gracias a mi ejercicio profesional he tenido la oportunidad de realizar estancias de formación durante 3 años en el corazón mismo de Silicon Valley en California, de ahí que ese comentario llamó poderamente mi atención.
Para una persona curiosa y apasionada por los temas de aprendizaje, emprendimiento y la prospectiva; poder realizar estancias en algunos de los centros de mayor innovación en el mundo como Googleplex (Mountain View, CA), Apple Park (Cupertino, CA) y Cisco (San José, CA); además de comprender de primera mano su interacción con Universidades como Stanford y Berkeley; sin duda ha sido la mejor escuela para desaprender y reaprender el concepto que tenía de educación y lo que implica el mayor ecosistema de innovación en el mundo.
Se debe invertir en la formación de nuevas generaciones de capital humano
Una primera reflexión que puedo compartir, es que tanto las grandes empresas tecnológicas como estas universidades de clase mundial, no solo realizan millonarias inversiones en proyectos de investigación y desarrollo (I+D); sino que son conscientes de que para este ejercicio de creatividad sea permanente, es necesario invertir en la formación de nuevas generaciones de capital humano. Por ello realizan alianzas con escuelas de Nivel Básico y Media Superior para proveerles de tecnología, capacitación docente, conferencias, becas y todo lo que puedan aportar para garantizar que el perfil en pensamiento creativo, colaboración, comunicación y alfabetismo digital que requerirán en sus propias organizaciones en el futuro, sea desarrollado desde los primeros años escolares.
En estas visitas pude conocer directamente como Mountain View Whisman High School y the Hamlin School, eran acompañadas en todos sus proyectos por los expertos en educación de Google y Apple respectivamente.
Un segundo paradigma que reconozco en Silicon Valley, es la importancia que se le otorga al Factor Humano como agente de creación de valor y no solo como uno de los factores de producción de la economía tradicional (Tierra, Capital y Trabajo).
En nuestro Estado, gran parte de la industria automotriz y aeronáutica, así como las Universidades que proveen a estas empresas, continúan formando personas con un perfil teórico – operativo.
Para las grandes compañías de innovación, la organización del trabajo se mueve no en líneas de producción sino en base a comunidades y por proyectos. Promueven la inclusión y la diversidad como una política imprescindible, ya que apuestan a la riqueza multicultural como detonador del pensamiento creativo: jóvenes, mujeres, distintas nacionalidades y razas, adultos mayores, etc. Todos aportan su potencial y conforman un talento colectivo que se vuelve el intangible que crea verdadero valor que luego los mercados capitalizan.
Cultura organizacional
De aquí se desprende lo que a mi gusto es el tercer y más importante componente de todas estas organizaciones e instituciones, la Cultura organizacional. El mindset que convoca a personas de todo el mundo atraídas por encontrar en este ecosistema, el lugar ideal para crear, pilotear, analizar datos, proveer soluciones, incentivar la disrupción, apostar por hacer la diferencia.
Las personas que conviven en este macro espacio de innovación y emprendimiento, están convencidas de que están en el mejor lugar para provocar la transformación y potenciar todos sus talentos.
Aquí no se castiga el error, se aprende de él para mejorar los productos y servicios lo más ágilmente posible y anticiparse a la competencia.
Por tanto, no importan solo competencias técnicas profesionales y skills para la productividad, sino una actitud que aporte un diferenciador único para sumar y colaborar, conscientes de que el éxito se mide en el impacto que se pueda tener en la vida de las personas, que se traducirá en generación de nuevas líneas de negocio y fuentes de riqueza.
Silicon Valley invierte en crear un ambiente que inspire condiciones para la creatividad, la colaboración, el pensamiento creativo y la resolución de problemas globales. A pesar de contar con empresas unicornio y de dimensiones multinacionales, son capaces de continuar trabajando como una startup para la creación de nuevos productos y tecnologías.
Si Guanajuato aspira a crear su propio ecosistema de innovación, se debe cuestionar cómo el Valle de la Mentefactura puede llegar a generar una transformación socio-cultural de todos los actores involucrados empezando por el propio Gobierno. O en términos de innovación, como “hackear” el viejo sistema.
Así que más allá de invertir muchos recursos en los mismos programas, se debe replantear incentivos a todos los agentes para que incorporen principios de responsabilidad social, creación de valor, sostenibilidad y el desarrollo de habilidades digitales.
Parece difícil que un cambio de ese nivel de profundidad se logré dar en dos años como lo refiere el profesor Goñí. Sin embargo, ya vamos tarde. Lo vemos por ejemplo en la transformación de la industria automotriz hacia motores 0 emisiones y 100% eléctricos. Si no se logra implementar con éxito esta política, estamos ante el inminente riesgo de quedar fuera del mercado mundial en menos de 10 años y convertir al Estado en la nueva Detroit.
No podemos vivir más en un caja. El mundo cambió. Innovar es el único camino que nos queda para no abandonar nuestros sueños de un mejor futuro.
Bienvenido el Valle de la Mentefactura.
*Rodrigo es Licenciado en Administración Financiera (ITESM´04), Maestro en Administración (UG’07) y Doctor en Ciencias del Desarrollo Humano (UNIVA’15).
De 2009 a la fecha ocupa la rectoría de la Universidad Santa Fe, A.C., institución educativa de gestión privada ubicada en la Cd. De Guanajuato Capital