Por: Fidel Ramírez Guerra / @periodistafrg
Es la etapa de la paz y del planteamiento de una nueva nación.
Tres décadas después del abrazo de Acatempan entre Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide comenzaría la apertura.
Correspondió al entonces presidente Anastasio Bustamante y a su ministro Lucas Alamán dirigirse mediante manifiestos a Europa a fin de habitar y contribuir al desarrollo del naciente México.
150 años después el país sigue en búsqueda del modelo económico y político adecuado.
En este 21 se cumplen dos siglos de la Consumación de la Independencia y a los gobiernos de Guanajuato de manera especial le corresponde llevar a cabo actividades sobre la efeméride.
El gobierno de la República trae su propio programa y excluye por completo a Guanajuato.
Así, mientras las elecciones entran a la etapa final la Comisión del Bicentenario sostendrá una junta preliminar en los próximos días.
No hay presupuesto para grandes obras ni grandes ceremonias.
Hay una orientación coincidente a determinadas aportaciones editoriales hacia el público escolar.
La mejor herencia en esta conmemoración es para niños, adolescentes y jóvenes.
Esta herencia es una serie de historias bien contadas en las que se destaca el sueño por una nación con libertades y oportunidades para todos.
Los hechos que cambiaron nuestra historia son de lucha, de guerras, de consensos, de acuerdos y de nuevos retos.
Y esta historia sigue siendo la misma: la búsqueda de la unidad para ser mejores, pero no lo seremos si no conocemos nuestro pasado lleno de gloria.
El público infantil, nuestros jóvenes, es la meta con una historia bien contada.