Por: Rodrigo Enrique Martínez Nieto / @roymnieto *
“Con su trabajo el hombre ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad”,
Juan Pablo II
A través de la transición de la 4ta revolución industrial, que se caracteriza por la digitalización de todos los procesos y quehaceres cotidianos, estamos viviendo un momento histórico que transforma los estilos de vida de todas las personas a nivel global.
El espacio, la tecnología y las personas nos encontramos conviviendo en un mismo ambiente y aprendiendo cómo interactuar de manera armónica.
Una de las preocupaciones que más crece en el mundo es el impacto que estas disrupciones tendrá para la economía y el mundo laboral en el futuro inmediato.
Para contextualizar, el número de empleos nuevos que se necesitarán entre el 2016 y 2030, simplemente para que las personas en edad laboral tengan acceso al mercado de trabajo, es de 470 millones de nuevos empleos. Esto es, 30 millones de nuevas fuentes de trabajo por año, solo por la tasa de crecimiento poblacional. (https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/economic-growth/)
Además, derivado del COVID-19, la Organización Internacional del Trabajo estima que cerca de la mitad de todos los trabajadores a nivel mundial se encuentran en riesgo de perder su fuente de subsistencia como conscuencia de la crisis económica (https://www.ilo.org/global/topics/coronavirus/lang–es/index.htm)
Un escenario que forzosamente nos obliga a repensar cómo serán las condiciones del trabajo en el futuro y qué decisiones debemos tomar el día de hoy para tener acceso a una fuente de empleo digna, pero también cómo nuestra vocación impactará a las organizaciones, a la sociedad y al mundo.
Tecnologías exponenciales como inteligencia artificial, robótica, realidad virtual, nanotecnología, impresión 3D, blockchain, etc., transformarán todas las industrias conocidas y generarán nuevas oportunidades en la economía mundial, pero estás podrán ser provechadas solo por aquellos que tuvieron la visión de desaprender y reaprender para esta nueva era (“Learnability”).
¿Qué podemos anticipar ya de lo aprendido en este tiempo con respecto al futuro del trabajo?
Primero, que el componente tecnológico será imprescindible para cualquier tipo de empleo.
Aquel oficio que pueda ser automatizado será ejecutado por un robot, por lo que las personas tendrán que comunicarse y convivir con la tecnología necesariamente.
El trabajo será dividido entre personas, robots y algoritmos, por lo que la alfabetización digital del factor humano será una habilidad tan necesaria como leer y escribir.
Podemos asumir también que las personas ya son más valoradas en las organizaciones por su talento que por sus conocimientos. La demanda de las llamadas “Soft Skills” será el principal argumento que tendrá cualquier empresa para elegir la contratación de un nuevo colaborador.
Aprendimos que las organizaciones del futuro se moverán a través de comunidades, por lo que no necesariamente tendremos que estar en el mismo espacio físico para fomentar la colaboración y la productividad.
Estas comunidades serán cada vez más diversas e incluyentes.
Con esto podemos concluir que el componente más valioso para cualquier economía seguirá siendo el Capital Humano, pero ya no por su capacidad de producción sino por su pensamiento crítico y capacidad creativa.
El momento histórico nos convoca a entender que hoy más que nunca es necesario continuar invirtiendo en nuestra formación personal ya que la política pública del pleno empleo se ha agotado como paradigma social.
Así que finalmente, será responsabilidad de cada persona preparse para afrontar estos nuevos retos, ya que el objetivoal trabajar no es generarse utilidades, sino la oportunidad de prosperar en la vida.
*Rodrigo es Licenciado en Administración Financiera (ITESM´04), Maestro en Administración (UG’07) y Doctor en Ciencias del Desarrollo Humano (UNIVA’15).
De 2009 a la fecha ocupa la rectoría de la Universidad Santa Fe, A.C., institución educativa de gestión privada ubicada en la Cd. De Guanajuato Capital