Dentro de los atractivo de la Región fresera, se encuentran dos zonas arqueológicas: Peralta y Plazuelas:
Peralta
Peralta es uno de los sitios arqueológicos más grandes del estado de Guanajuato. Habitado entre los años 300 y 900 d.C., su monumentalidad constructiva lo ubica como uno de los seis más grandes asentamientos de la tradición El Bajío y uno de los mayores centros cívicos ceremoniales de esta porción de occidente mexicano.
Reseña Histórica
Alrededor del 950 d.C., por distintas causas, los pueblos sedentarios abandonaron Guanajuato, y fue reocupado por grupos seminomadas de cazadores-recolectores que de manera gradual bajaron del norte y a quienes despectiva y genéricamente se les llamaba “chichimecas”. Sobre la presencia indígena en la región, en su geografía del estado de Guanajuato en gran parte de los pueblos del oeste del bajío, donde se encuentra peralta, “los indios, siendo minoría, entre si se entienden en huachichil”, una de las lenguas de los grupos de cazadores-recolectores que habitaron la zona después de que fue abandonada por los pueblos que habitaron la región antes de la llegada de los españoles y que en Abasolo se encuentran por donde quiera. Durante los recorridos del Atlas Arqueológico Nacional, estado de Guanajuato registra en el cerro Peralta veinte sitios, a los cuales designa claves y nombres diferentes: El Divisadero, Cerrito de Mares, San Antonio, Yacata del Fraile, Yacata del Chan, Yacata de la Tinaja de Negrete, Yacata de la labor de Peralta, Cerro Peralta, Cerro Peralta II, San Antonio P., La Luz de Quintana, San Andrés de Peralta; San Andrés de Peralta II, Rancho Seco, San Telmo, Mogotes, Cenzontle, San Lorenzo, El Jabalí y San Antonio Sur.
Con base en la información obtenida; sea cual fuere su distribución, en estos edificios conllevan una esencia religiosa aunque en las plataformas donde predominan las habitaciones también prevalece un carácter administrativo.La arquitectura monumental de Peralta constituye una de las mayores expresiones constructivas de la población que vivió en El Bajío. Su notable morfología arquitectónica cuenta con seis de los ocho distintos trazos de la arquitectura de montículo y patio hundido. Estos grupos humanos practicaron la agricultura de temporal en terrazas, en las laderas de los cerros y, muy probablemente, aprovecharon las crecientes del Río Lerma para sembrar en algunas partes de la planicie. La filiación étnica de ésta población aún se desconoce. Su cronología principal es Clásico Temprano, del 300 al 750 d. C.
El museo de sitio:
Se aprecian las piezas de la colección integrada por piezas encontradas a lo largo de las excavaciones en la zona arqueológica, como es el caso ofrenda de utensilios domésticos encontrada en el interior del patio circular de La Joyita, cerámica doméstica, piedras de molienda, cuchillos y otros utensilios que dan cuenta de las actividades cotidianas de los habitantes de Peralta.
Asimismo pueden ver ejemplos notables de cerámica pintada al negativo, producto de una tradición muy antigua en el occidente mexicano; así como del negro sobre anaranjado, una de las cerámicas más frecuentes del Bajío prehispánico. En la exhibición presenta también uno de los hallazgos más importantes en Peralta: los objetos de un entierro humano y su ofrenda asociados al Conjunto 1, el Recinto de los Gobernantes. Su importancia es relevante por la composición del contexto funerario, la cantidad y la diversidad de objetos depositados: ollas decoradas, collares, madera, navajillas de obsidiana y puntas de proyectil.
Plazuelas
En la sierra de Pénjamo, se hallan los vestigios de una de las ciudades más complejas de esta región. Concebida como un espacio abierto y en relación directa con los cerros, Plazuelas sobresale por su integración al paisaje, edificándose cuidadosamente para no romper el orden de su entorno. La ocupación de este sitio se dio entre 450 y 900 d.C., periodo en el que el territorio del actual estado de Guanajuato alcanzó su mayor densidad de población.
Reseña Histórica
Durante mucho tiempo, Guanajuato fue considerado una región habitada en época prehispánica sólo por indios chichimecas dedicados a la caza y a la recolección de plantas y animales, con una forma de vida semi nómada. Estos grupos chichimecas habitaban la región a la llegada de los españoles, pero anteriormente estas tierras estuvieron ocupadas por pueblos sedentarios integrados a la alta cultura mesoamericana.
Manifestaciones de esa pasada civilización se encuentran diseminados por todo el territorio junto a los ríos, valles, laderas y cima de los cerros. De acuerdo con el avance de los trabajos arqueológicos de los últimos años, se ha logrado establecer que en Guanajuato habitaron desde época remota diversos grupos étnicos que se interrelacionaron mediante alianzas sociales, políticas o militares.
La zona arqueológica Plazuelas es un sitio que llama la atención por representar una diversidad de confluencias étnicas. Aunque de pequeñas dimensiones, la complejidad de los elementos arquitectónicos que lo conforman, lo hacen ser un lugar único entre los centros prehispánicos habitados durante el primer milenio de nuestra era.
Plazuelas está construida sobre tres laderas separadas por dos cañadas. En la cañada oriental nace de un pequeño manantial el arroyo Agua Nacida, que era hasta hace unos años la principal fuente de agua en la región. La cañada occidental, conocida como barranca de Los Cuijes, sólo lleva agua en época de lluvias.
El sitio está conformado por cinco edificios; en la ladera occidental solamente se encuentra la cancha de un juego de pelota orientado sobre el eje Este-Oeste, en tanto que en la ladera oriental tenemos un edificio de planta anular asociado a la tradición de edificios circulares de Teuchitlán, Jalisco, al que llaman en la región El Cajete, y un conjunto de tres basamentos piramidales que conforman una plaza abierta al sur, asociada a dos terrazas que nivelan suavemente el terreno.
La ladera central es en este sitio el elemento que implicó el mayor esfuerzo constructivo, ya que su declive natural fue corregido para lograr conformar una gran explanada, la que sugiere la concentración de un gran número de personas. Al sur, un juego de pelota orientado norte-sur se comunica mediante una calzada con el edificio más grande de este sitio, al que le llaman en el vecino poblado de Plazuelas las casas tapadas.
Casas Tapadas consta de una gran plataforma rectangular sobre la cual se construyeron tres basamentos piramidales ubicados perimetralmente al sur, al norte y al oriente, un basamento mayor en el centro y un pequeño recinto erigido entre los basamentos norte, sur y centro.
Los basamentos perimetrales se encuentran unidos mediante un grueso muro con una larga banqueta adosada a su fachada interior, interrumpida por siete accesos: tres al norte, tres al sur y uno al poniente.
El edificio tiene dos ampliaciones, una sobre el lado norte y otra sobre el sur. En el primer caso la ampliación forma un patio cuadrangular en el poniente y un patio rectangular en el oriente comunicados mediante un pasillo que corre paralelo al basamento. Esta ampliación se comunica al exterior mediante cuatro escaleras. En el sur, debido al declive del terreno, el adosamiento conforma una larga terraza de forma similar a la ampliación norte, y presenta al centro del lado sur, una escalera que desemboca en la calzada que lo une con el juego de pelota.
El acceso principal de Casas Tapadas es mediante una calzada limitada por bajos muros en el poniente.
Entre los hallazgos relevantes con motivo de estos trabajos, se encuentran varios fragmentos de esculturas antropomorfas en piedra destruidos junto con el recinto, sobresaliendo una figura masculina, mutilada de manos, piernas y cabeza, que pareciera ser la representación de un cautivo, como los que observamos completos en otros edificios de Mesoamérica.
Fuentes: Secturi Guanajuato, Secretaría de Cultura México.