Un solo Mario Aburto

Por: Fidel Ramírez Guerra / @periodistafrg

El siguiente día de la ejecución de Colosio apareció en la portada del Diario Z, de Tijuana, la foto de Mario Aburto

Yo traía el periódico en la mano y me encontraba en la sala de la casa de Graciela González Díaz, con ella, a un lado…

En la televisión aparecían varias imágenes del día anterior, del propio Mario (ensangrentado, de tomas después del asesinato y, ya rapado, altivo, vestido distinto)…

Mi pregunta fue directa:

-¿Es él?

-“Sí”, contestó… “ es él “

A un lado el abuelo de la muchacha asentó con la cabeza…

Compañía de mes y días

Si alguien convivió con Mario Aburto fue ella.

Charlamos como dos horas.

Era una jovencita de 16 años, originaria de Toluca, su padre militar.

Conoció a Mario en la empresa “Cameros Magnéticos”, dedicada a la fabricación de cintas para casetes.

Ambos de reciente ingreso a esa empresa.

En mí reporteo en Tijuana tengo a tres “aburtos”…aclaro:

Al Mario de la fábrica, que a continuación narro, y a los “marios” de la colonia Buenos Aires y al Mario íntimo, que imagino, por varios elementos que más adelante expongo:

Mario Aburto Martínez, de familia michoacana, llega a Cameros con mucha iniciativa:

Pide fajas a la empresa para los trabajadores.

Aporta ideas para el mejor traslado de insumo y de productos terminados.

… Y aunque hablaba poco, llegó a expresar las siguientes ideas:

-Marcos, el de Chiapas, que se encapucha, es un cobarde.

-Si te lanzas a la Revolución y contra el gobierno, es abierto. Con rostro y nombre.

-Algo tenemos que hacer para que el PRI nunca gane jamás.

Mario, el vecino

Calle sin pavimentar, polvorienta, amplia de acera a acera, con casas irregulares. Uno que otro negocio.

El vecino de al lado de su casa me dijo:

-Aquí vivía el muchacho. En veces llegaba, a veces no. Aquí en su casa agarraba pico y pala para hacer hoyos y continuar la construcción de la ampliación de su casa.

El panadero de enfrente:

-Muy serio, muy silencio, llega y pagaba, sin decir gran cosa.

Chofer de combi:

-A mí me sorprendía: yo creía que estaba malito o algo. Siempre con la cabeza agachada. No habla con nadie… como perdido.

Mario, el íntimo

Me encontraba en el cuartel policial de Tijuana y en ese momento llegó una patrulla con una maleta.

Era la maleta de Mario Aburto que fue sustraída de su casa.

En su interior, un libro de Rafael Loret de Mola, “Presidente Interino”. Revistas porno. Concepto de dibujos en torno a “Caballero águila”, y escritos tipo borradores – cartas – al periodista Enrique Gratas, del popular programa estadunidense “Ocurrió Así”, de Telemundo, pidiendo espacio para una entrevista.

El novio

Invitó a salir a Graciela y ella aceptó. Tuvieron pocas salidas – fuera de verse en el trabajo y de él ir a casa de ella –

Una en particular merece descripción:

-Fuimos al cine y a tomar helado. Caminamos por el centro y, en un momento él dijo: espérame aquí, voy con mis jefes.

Cuando le pregunté datos específicos del lugar que él visitó no fue precisa. Fue muy vaga:

Era una finca alta, con ventanales, muro alto. Ahí sobre la avenida Madero.

(Con esas características encontré una oficina donde sesionaba una logia de masones)

Me quedo con las frases de Graciela:

-Yo no le creía

-Me decía que estuviera atenta a la televisión, que ahí aparecería él

-Que se tenía que hacer algo, porque le fastidiaba que siempre ganaba el PRI.

-Que él había sido designado por un grupo para el hecho histórico.

Datos curiosos:

-El mismo día que Mario Aburto asesinó a Colosio, ese mismo día el acudió normal a trabajar y tomó el transporte colectivo de la empresa.

-La pistola la había comprado días atrás y según versiones, tuvo que practicar el tiro, por la firmeza del disparo.

Mi opinión:

Mario Aburto actuó solo. Estamos frente a un idealista sin formación académica ni político – ideológica.

El siempre creyó que estaba destinado para hacer historia.

Y lo hizo, con un solo disparo.

Notas:

-Habrá muchas preguntas en el ambiente: momento político. Salinas, el enrarecido 1994, pero hay un solo hecho:

Este mismo que, no he cambiado, desde esos días, tras investigaciones en el lugar de los hechos.

Nadie me lo contó: yo estuve ahí para vivirlo y contarlo.

 

 

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