Un PAN extraviado. El Partido Acción Nacional dejó de ser aquel partido pujante, entró, con convocatoria de masas. Dejó de ser una opción. Hoy el PAN también está secuestrado, como suelen ser secuestradas las dirigencias de los partidos.

Para quienes estamos viejos no nos queda mucho por ver. Estamos en los años oscuros de México y esto se puede prolongar. Pero lo peor es que esta es una consecuencia del pésimo papel que ha realizado en PAN instalado ya en el gobierno. Y del PRI, no se diga. Al final lo de Morena son iguales: la política y los gobiernos son un negocio. No son los espacios para servir a los ciudadanos. Son para servirse.

Pocos son los hombres y mujeres sensibles que llegan a la política y al gobierno para servir. Esa especie se acaba. Llegan ahora los hambrientos de poder y de ganar dinero fácil e ilegal. Se ha perdido el don de servicio. Se ha perdido la vocación

México está amenazado por la continuidad de un gobierno que lleva a la discusión pública la exagerada politización cuando estamos a punto de la ruptura social y del desastre económico y de la amenaza del crimen organizado por todas partes.

Por eso, ante este catastrófico escenario hay reacciones negativas cuando la reelección de Marko Cortés en la dirigencia del PAN es un hecho. Ya lo expresó Felipe Calderón, Pancho Domínguez y Gustavo, entre otros.

Esta será la condena de la oposición. No haber construido buenos gobiernos ni un buen partido porque les ganó el apetito de poder y de riquezas.

¡México está condenado!

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