En todo el mundo, más de 650 millones de mujeres vivas hoy en día se casaron cuando eran niñas. Cada año, al menos 12 millones de niñas se casan antes de cumplir los 18 años. Esto supone 28 niñas cada minuto. Una de cada cinco niñas está casada, o en pareja, antes de cumplir los 18 años. En los países menos desarrollados, esa cifra se duplica: El 40% de las niñas se casan antes de los 18 años, y el 12% de las niñas se casan antes de los 15 años. Esta práctica está especialmente extendida en los países afectados por conflictos y en entornos humanitarios (UNICEF)
Con 76 votos a favor, el pleno del Senado de la República aprobó una reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) para prohibir los matrimonios infantiles en las comunidades indígenas, la cual pasará a la Cámara de Diputados para su ratificación.
Durante la sesión del martes 13 de febrero, los integrantes de la Cámara Alta votaron a favor de la modificación al artículo 2° de la Carta Magna con el fin de que las prácticas de usos y costumbres comunitarias no vulneren los derechos de las infancias y adolescencias.
“Para que las prácticas de usos y costumbres comunitarias no vulneren los derechos de niñas, niños y adolescentes, como lo puede hacer el matrimonio forzado, se aprueba en lo general el dictamen de reforma constitucional”, hizo público el Senado.
Es una violación inadmisible a los derechos de niños y adolescentes
La petista Geovanna del Carmen Bañuelos explicó que dicha práctica es una violación inadmisible a los derechos de niños y adolescentes.
En estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero persiste el matrimonio forzado de menores de edad. Tan sólo en la última entidad, se sabe que 300 mil niñas han sido vendidas para matrimonio. Se trata de una realidad en pleno 2024, recalcó.
Lamentablemente aún existen usos y costumbres en comunidades indígenas que laceran y vulneran a las mujeres so pretexto de su autodeterminación y autonomía establecida en la Constitución, apuntó la legisladora.
Por ello, se reformó el artículo 2° de la Carta Magna, para establecer que las comunidades y pueblos indígenas tienen derecho a regirse por usos y costumbres, pero por encima d ellos, está el interés superior de la niñez.
El senador Eruviel Ávila, que ahora forma parte de la bancada del PVEM, destacó que nada ni nadie puede estar por encima de los derechos de niños y niñas, ni por encima de la Constitución.
México se encuentra en los primeros lugares
La senadora del PAN Josefina Vázquez Mota resaltó que México ocupa uno de los primeros lugares en el mundo de matrimonio forzado infantil. No es un hecho aislado o se que se solamente en algunas comunidades, y no puede seguir permaneciendo como parte de una costumbre mucho menos como si fuera natural.
La morenista Lilia Margarita Valdez explicó en tribuna, que su partido está totalmente a favor de esa reforma que protege la dignidad y los derechos de los menores.
El dictamen aprobado por 76 votos a favor y cero en contra, fue remitido a la Cámara de Diputados para su análisis y votación.
Otras dos reformas constitucionales no lograron la mayoría calificada y en el caso de una tercera referida a la reinstalación de policías estatales y municipales injustamente despedidos, Morena rompió el quorum para evitar votarla.
El coordinador del PAN, Julen Rementeria, señaló que el grupo mayoritario aviso que rompería el quórum, lo cual va en contra de ese discurso de ayudar a la gente, porque “estamos hablando de un derecho para que los policías del país…en caso de ser suspendidos injustamente, puedan ser reinstalados”.
Morena y sus aliados no permitieron esta votación, añadió el senador de Veracruz, quien calificó la medida como absolutamente injusta y marca “de qué están hechos…de que una cosa es el decir y otra totalmente el hacer. Incongruencia pura y vil…en este asunto tan importante para la República”.
Matrimonio infantil en México
A aproximadamente 1 de cada 5 en la actualidad, el matrimonio infantil sigue siendo una práctica generalizada.
Frecuentemente, el matrimonio infantil es el resultado de una arraigada desigualdad de género, lo cual afecta a las niñas y adolescentes de manera desproporcionada. A escala mundial, la tasa del matrimonio infantil de los niños varones equivale a tan solo una quinta parte de la de las niñas.
Las causas y razones
Los matrimonios infantiles en México son más frecuentes en las comunidades indígenas y rurales, que se rigen por usos y costumbres, donde se practican por motivos culturales, económicos o religiosos, lo que los hace un fenómeno normalizado. Esto es así por diversas razones, entre las que se encuentran:
- La amplia brecha de desigualdad social. Sin trabajo ni educación, las menores optan por el matrimonio como vía para lograr cierta estabilidad económica.
- La pobreza que lleva a familias a casar o vender a sus hijas para obtener un ingreso, reducir la carga económica de su sostenimiento o saldar deudas.
- La desigualdad de género: el machismo impone roles y expectativas diferentes para las niñas y los niños.
- Las normas sociales y culturales que establecen que las niñas deben casarse a temprana edad para asegurar su futuro, preservar su honor o cumplir con las tradiciones de su comunidad.
- La falta de educación, que limita las oportunidades y los derechos de las niñas y adolescentes y las hace más vulnerables al matrimonio infantil.
- Los conflictos armados y las acciones del crimen organizado, que generan situaciones de desplazamiento, inseguridad y violencia que pueden empujar a las niñas y adolescentes a buscar o aceptar protección en el matrimonio.
- Es importante hacer mención de que en las comunidades indígenas, en muchas ocasiones, son desconocidos los derechos humanos que tiene cada persona por la falta de difusión y comunicación por parte de las instituciones y por la lejanía de las comunidades, lo que genera que no sea suficiente el reconocimiento judicial de los derechos humanos.
Datos cuantitativos y geográficos
El 2022 fue el año en el que los matrimonios infantiles alcanzaron su segunda cifra más baja en México desde hace 10 años, según la Estadística de Matrimonios (Emat) 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con el informe, en el país se registraron 32 matrimonios en los que al menos una de las personas contrayentes era menor de edad. Esta cifra es la segunda menor observada en el periodo de 2013 a 2022, la cual sólo es superior a los 26 registrados en 2020, año en el que inició de la pandemia de covid-19.
Según el Inegi, al momento de contraer matrimonio, 33 personas de los 32 matrimonios eran menores de edad.
Además, las entidades con el mayor porcentaje de menores de edad en la condición referida fueron:
Durango y Chihuahua, con 10 cada uno (30.3 por ciento);
Michoacán de Ocampo, con cinco (15.1 por ciento);
Tamaulipas, con tres (9.1 por ciento)
Jalisco, con dos (6.1 por ciento).
El resto corresponde a tres entidades: Nuevo León, San Luis Potosí y Sonora, con un caso cada una.
En México, la restricción para contraer matrimonio antes de los 18 años formó parte del Código Civil de algunas entidades federativas desde antes de la promulgación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en 2015. El resto de las entidades incorporó tal restricción en sus códigos civiles entre 2015 y 2019; y el Código Civil Federal también la contempla a partir de 2019.
Algunos de los pueblos y comunidades indígenas en nuestro país en los que se ha documentado el matrimonio infantil son:
- Los tzotziles y tzeltales de Chiapas, que intercambian o venden a sus hijas por dinero, ganado o terrenos.
- Los mixtecos o tlapanecos de Guerrero, que entregan a sus hijas a cambio de una dote o para resolver conflictos familiares o comunitarios.
- Los huicholes de Jalisco, que casan a sus hijas con hombres mayores que las eligen durante las fiestas rituales.
- Los mazahuas del Estado de México, que pactan el matrimonio de sus hijas desde la infancia o la adolescencia con hombres de su misma comunidad o de otras cercanas.
- Los nahuas de Puebla, que acuerdan el matrimonio de sus hijas con base en la afinidad entre las familias o el interés económico.
¿Qué dicen las comunidades indígenas?
La opinión de los pueblos indígenas sobre los matrimonios infantiles en sus comunidades es diversa y compleja. Por un lado, hay quienes defienden esta tradición como una forma de preservar su identidad cultural, su organización social y su economía. Argumentan que el matrimonio infantil es una forma de proteger a las niñas y adolescentes de la violencia, la pobreza y la discriminación que sufren en el ámbito externo. También sostienen que el matrimonio infantil es una decisión libre y consensuada entre las familias involucradas, pero, hay que agregar, no de las niñas y adolescentes.
Por otro lado, hay quienes rechazan esta práctica como una forma de violencia, explotación y opresión hacia las niñas y adolescentes. Denuncian que el matrimonio infantil es una imposición que vulnera los derechos de las menores a la educación, la salud, la libertad y la dignidad. También señalan que el matrimonio infantil es una violación a la legislación nacional e internacional.
Asimismo, hay quienes cuestionan esta práctica desde una perspectiva crítica y propositiva. Proponen que el matrimonio infantil sea abordado como un problema social que requiere de un diálogo intercultural, respetuoso y participativo entre los actores involucrados. Plantean que el matrimonio infantil debe ser analizado desde sus causas estructurales, como la pobreza, la marginación, la desigualdad de género y la falta de oportunidades para las niñas y adolescente indígenas. Así se plantean generar alternativas que garanticen el pleno ejercicio de los derechos de las menores sin menoscabar su identidad cultural.
Cinco mitos sobre el matrimonio infantil
Cada día, casi una de cada cinco jóvenes contrae matrimonio siendo aún una niña, según la agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), que insta a los países a decir “no quiero” al matrimonio infantil, una práctica ilegal condenada casi universalmente y que, sin embargo, sigue estando muy extendida en todo el mundo.
“Me casaron a los 14 años y perdí a mi primer hijo a los 16 durante el embarazo”, cuenta Ranu Chakma. Aunque sea ilegal y constituya una violación de los derechos humanos, el matrimonio infantil es habitual en su aldea en Teknaf Upazila, en la costa sur de Bangladesh.
Estas violaciones se producen incluso en un momento en que muchos países están prohibiendo esta práctica ilegal, más recientemente en Colombia, donde una ley entró en vigor a principios de este mes.
Mito 1: Siempre es legal
El matrimonio infantil está prohibido en muchos acuerdos internacionales, desde la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer hasta el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994. Aun así, hay 640 millones de mujeres y niñas en el mundo que fueron sometidas a un matrimonio infantil, y cada día se celebran más.
¿Cómo es posible? Muchos países prohíben en principio esta práctica, pero definen la edad permitida para contraer matrimonio como una edad distinta de los 18 años o permiten excepciones con el consentimiento de los padres o en virtud del derecho religioso o consuetudinario, basado en costumbres y tradiciones.
En muchos casos, estos matrimonios, y los matrimonios en general, no están registrados legalmente, dificultando la aplicación de la ley.
Para abordar el problema del matrimonio infantil hace falta algo más que leyes: es preciso replantearse cómo valora la sociedad a las niñas.
Programas que animan a los jóvenes a reflexionar sobre temas como los roles de género y los derechos humanos, como Taalim-i-Naubalighan, en Bihar (India), donde dos de cada cinco niñas se casan antes de los 18 años, están surtiendo efecto.
“Por eso pude ayudar a mi hermana”, afirma Altamash, un estudiante varón cuya hermana quería evitar el matrimonio infantil y continuar sus estudios. “Cuando comprendí su deseo y cómo la ayudaría, abogué por ella ante mi padre. Ahora va a terminar sus estudios, y estoy muy orgulloso de ella”.
En Madagascar, las sesiones informativas son fundamentales para cambiar las mentalidades y concienciar sobre el matrimonio infantil y otras prácticas nocivas.
Mito 2: En algunos casos, el matrimonio infantil es necesario
El matrimonio infantil sigue estando muy extendido, en parte, porque se considera una solución a otros problemas.
En las crisis humanitarias, las tasas de matrimonio infantil aumentan a menudo, ya que los padres creen que el matrimonio asegurará el futuro de su hija, al hacer al marido responsable de mantenerla económicamente y protegerla de la violencia.
Esta práctica se ve como una solución que preservará el honor de la niña y de su familia después, o en algunos casos antes, de que se quede embarazada. En los países en desarrollo, la mayoría de los embarazos en la adolescencia se producen dentro del matrimonio.
Sin embargo, el matrimonio infantil no es una solución real a ninguno de estos problemas.
El propio matrimonio infantil hace que las niñas sufran altos niveles de violencia sexual, física y emocional por parte de sus parejas. El embarazo es peligroso para las niñas, ya que este, junto con el parto, es una de las principales causas de muerte entre las adolescentes. Las menores casadas y las madres adolescentes se ven obligadas a abandonar la escuela, lo que arruina sus perspectivas de futuro.
Nicolette, de 16 años, en Madagascar, estaba tan acostumbrada a ver a sus compañeras desaparecer de la escuela después de casarse y quedarse embarazadas, que nunca pensó en cuestionar esta práctica. Eso fue hasta que asistió a una sesión de sensibilización apoyada por UNFPA.
“No sabía que podíamos ser víctimas del matrimonio infantil”, afirma. Ahora quiere que todas las niñas de su comunidad lo sepan: “Todo el mundo tiene derecho a realizar sus ambiciones, y el matrimonio es una elección”.
Más de tres cuartas partes de las niñas de Níger se casan cuando aún son niñas.
Mito 3: Este problema va a desaparecer
El matrimonio infantil puede parecer un problema del pasado o de lugares lejanos, pero en realidad sigue siendo una grave amenaza para las niñas de todo el mundo.
Aunque las tasas mundiales de matrimonio infantil descienden lentamente, los lugares con las tasas más elevadas son también los que registran un mayor crecimiento demográfico, lo que significa que se espera que el número absoluto de matrimonios infantiles aumente.
El problema es global. El mayor número de novias infantiles vive en la región de Asia y el Pacífico, la tasa más alta de matrimonio infantil se observa en el África subsahariana. Además, debido a la falta de avances en América Latina y el Caribe se prevé que esta región tendrá la segunda mayor prevalencia de matrimonio infantil en 2030.
Sin embargo, el problema no se limita a los países en desarrollo. También se da en países como el Reino Unido y Estados Unidos.
“Básicamente me presentaron a alguien por la mañana y me obligaron a casarme con él esa misma noche”, cuenta Sara Tasneem, recordando su matrimonio, primero una unión espiritual informal a los 15 años y luego legalmente a los 16. “Me quedé embarazada enseguida, y nos casamos legalmente en Reno, Nevada, donde sólo hacía falta un permiso firmado por mi padre”.
Para cambiar esta situación, hay que acelerar las acciones para acabar con el matrimonio infantil, especialmente empoderando a las niñas.
“Tenía 13 años cuando mi padre me entregó en matrimonio a un primo”, cuenta Hadiza, de 16 años, en Níger. Afortunadamente, tuvo acceso a un espacio seguro a través de un programa para jóvenes apoyado por el UNFPA. “Hablé con un mentor del espacio seguro, quien, con la ayuda del jefe del barrio, negoció con mis padres el aplazamiento de la boda”.
Hoy, Hadiza es aprendiz de sastre y aprende a ser económicamente autosuficiente. “Dentro de tres años pienso casarme con el hombre al que amo”, afirma.
La enfermera Suvannah Sinakaaba atiende a adolescentes embarazadas en la clínica móvil apoyada por el UNFPA en la aldea de Namalyo, Zambia.
Mito 4: Es una cuestión cultural o religiosa
El matrimonio infantil se presenta a veces erróneamente como una práctica religiosa o culturalmente obligatoria. Pero no hay ninguna tradición religiosa importante que lo exija.
De hecho, los líderes culturales y religiosos de todo el mundo suelen adoptar una postura firme contra el matrimonio infantil, especialmente cuando se les proporcionan pruebas sobre las consecuencias de esta práctica.
“Siempre hemos enseñado a los jóvenes que, tanto religiosa como legalmente, no era aconsejable”, afirma Shirkhan Chobanov, imán de la mezquita Jumah de Tiflis (Georgia). “También explicamos a esos jóvenes que tenían que cumplir otras tareas, principalmente relativas a su educación, antes de pensar en formar una familia”.
El UNFPA colabora con líderes religiosos de todo el mundo que trabajan para acabar con el matrimonio infantil, entre ellos sacerdotes, monjes, monjas e imanes.
“Estamos viendo muy buenos resultados en lo que se refiere a evitar el matrimonio infantil”, afirma Gebreegziabher Tiku, sacerdote etíope.
Los programas de empoderamiento juvenil están llegando a todos los adolescentes con información sobre sus derechos humanos en Nicaragua, que tiene una de las tasas más altas de matrimonio infantil entre varones.
Mito 5: Sólo les pasa a las chicas
Aunque la inmensa mayoría de los matrimonios infantiles afectan a niñas, los niños también pueden ser casados.
En todo el mundo, 115 millones de niños y hombres se casaron antes de los 18 años, según datos del 2019. Estas uniones también están vinculadas a una paternidad precoz, una educación limitada y menores oportunidades en la vida.
Sin embargo, esta práctica afecta de forma desproporcionada a las niñas. Una de cada cinco mujeres jóvenes, de entre 20 y 24 años, se ha casado antes de cumplir los 18, frente a uno de cada 30 hombres jóvenes. Las tasas de matrimonio infantil entre niños son muy bajas incluso en países donde el matrimonio infantil entre niñas es relativamente alto.
Independientemente del sexo del menor afectado o del país en el que tenga lugar la unión, el matrimonio infantil es una práctica nociva que requiere abordar un conjunto común de causas profundas. Entre ellas se encuentran: la desigualdad económica, el acceso limitado a servicios e información sobre salud sexual y reproductiva, y factores como los conflictos. Una de las principales causas profundas, la desigualdad de género, requiere una atención urgente y renovada.
“Aunque hemos abolido el matrimonio infantil, no hemos abolido la masculinidad depredadora”, afirmó la doctora Gabrielle Hosein, directora del Instituto de Estudios de Género y Desarrollo de la Universidad de las Indias Occidentales, en Trinidad y Tobago, poco después de que ese país ilegalizara el matrimonio infantil.
Kevin Liverpool, activista del grupo de defensa CariMAN, afirmó que los hombres y los niños tienen un papel fundamental que desempeñar. “Es importante concienciar a estos grupos, a estas personas, sobre qué es el feminismo, por qué la igualdad de género es importante para las mujeres, pero también para los hombres y para toda la sociedad”.
Fuentes: Infobae, La Jornada, ONU, Naciones Unidas Derechos Humanos, Gobierno de México, Milenio.