A través de un comunicado de prensa, Raúl Ramírez Riba informó sobre su registro como candidato independiente para la alcaldía de San Miguel de Allende:
Aquí el comunicado integro:
El día de ayer, a las 6:30 de la tarde, registramos nuestra candidatura independiente al Ayuntamiento de San Miguel de Allende ante el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato.
En comunicados previos, hemos hablado sobre nuestra planilla integrada por puras mujeres —con excepción del suscrito—, sobre las más de 5 mil firmas que reunimos para lograr este registro y también sobre la urgente necesidad de construir una nueva forma de hacer política que abra los caminos a las personas.
Hoy nos apartamos un poco del comunicado tradicional para compartir algunas anotaciones personales sobre lo que miramos a 9 días del inicio de las campañas.
Existe una línea diminuta entre la crítica y el odio. Es casi imperceptible la división entre el debate y la pelea. Los contenidos innovadores en redes sociales colindan peligrosamente con lo peor de la frivolidad política. Sin embargo, poco puede hacer un movimiento sin colarse en la discusión pública de forma viral y tajante —como lo hicimos en nuestra campaña del 2021—. Así que si me dieran a elegir, elegiría siempre ser la tormenta provocadora en lugar del café tibio. Sí; más movimiento, más construcción, más contundencia; pero nunca odio. El odio es el territorio de los contrarios; el cariño y la amistad, el de nosotras.
La más grande ilusión —espejismo, engaño— a la que se enfrenta el ser humano es la ilusión de la separación. Cosas que consideramos que son distintas, resultan ser una y la misma. La política y la vida personal tienen también en su centro a esa ilusión. Parafraseando a Jerry Rubin, la política es nuestra vida personal y no sólo por quién votamos. Una revolución se construye viviéndola. Debe existir una forma de conectar nuestra vida del día a día con nuestra lucha social. En ese vértice existe el movimiento político del mañana.
Hoy existe un riesgo de ser objeto de ataques y calumnias si decimos ciertas verdades sobre la realidad que vivimos. ¿Dejaremos de decir esas verdades para salvarnos? México se enfrenta a la que quizá será la elección más polarizada y sucia de la historia moderna —lo cual viene siendo tendencia desde el 2006—. ¿Sólo por eso dejaremos de participar?
Pienso en Juan Gelman, en Mario Benedetti y en Eduardo Galeano. Ellos se enfrentaron a muchos peores terrores; a los miedos y riesgos de vivir en una dictadura. Traían siempre en sus bolsillos las llaves de las casas de sus amigos, para poder irse a resguardar en caso de peligro. ¿Encontraremos también hoy los medios para protegernos entre todas las personas y lograr el cambio?
La realidad es que pienso en el ayer, el hoy y el mañana, y vuelvo a encontrar los motivos para lanzarnos a las rocas, para dejar nuestra marca en el peñasco. Sigo pensando que la solución está en reconstruir el tejido social, para que el individuo pueda salir del aislamiento y darle sentido a su vida. Cada vez entiendo más que sólo las personas pueden definir los problemas que enfrentan, para lograr entonces articular en conjunto las soluciones que hacen falta. Cuando las cosas se ponen difíciles, son las redes de apoyo y cariño que nos rodean las que nos sacan adelante. Y en medio de tantas cosas, ahí están las claves.
“Hay un país que respira”
Raúl