En las instalaciones de la División de Ciencias Naturales y Exactas (DCNE), ubicadas en la Sede Noria Alta del Campus Guanajuato UG, se encuentra el Módulo MARÍA UG, cuyas siglas refieren el Modelo de Atención para la Rehabilitación Integral del Adulto del Departamento de Enfermería y Obstetricia UG.
Josefina Chávez Contreras, egresada de la Licenciatura en Terapia Física y Rehabilitación del Campus Celaya-Salvatierra UG, forma parte del equipo que atiende a personas que han presentado un evento cerebrovascular o alguna lesión muscular. De igual modo, precisó el rango de edades que pueden disponer de dichos servicios y van desde pacientes menores de edad hasta personas adultas mayores.
“MARÍA es un módulo de rehabilitación que inicialmente se enfocó con pacientes adultos que sufrieron algún tipo de enfermedad vascular cerebral pero al ver que la respuesta fue muy buena, se optó porque ingresaran personas con cualquier tipo de patologías, ya sean del tipo geriátrico, pediátricos o deportivos. En el tiempo que he estado aquí colaborando, podría poner de ejemplo a mi paciente más pequeña que tiene once años, ella tiene una enfermedad oncológica y sufrió una parálisis facial, por otro lado, mi paciente más grande tiene 91 años y a ella la auxiliamos principalmente a que tenga una vida de calidad, que pueda desempeñar sus actividades y que puedan valerse por sí misma. He tenido pacientes con esguinces o que simplemente vienen por alguna contractura derivado del estrés o por lesiones deportivas”, indicó la originaria de San Luis el Alto, localidad asentada en Pénjamo, Guanajuato.
“La primera paciente que tuve vino a un proceso posterior por una operación en su muñeca, ella tiene 71 años y decía que no se podía recuperar, pero ambas hicimos clic y después hubo mucho avance. porque ella misma se sorprendió de los movimientos que ya podía hacer. Son cosas que me hacen amar mucho más mi carrera, pero sobre todo crecer como persona, el estar aquí haciendo mi servicio fue lo mejor porque he aprendido demasiado”, compartió.
La recién egresada de “La Colmena” hizo referencia al accidente sufrido por su padre registrado hace más de una década como la motivación principal para elegir su programa académico, no obstante, antepone su sentido altruista al priorizar la atención a residentes tanto de zonas urbanas y comunidades vulnerables.
“Mi papá sufrió un accidente hace catorce años y su pronóstico decía que iba a quedar inválido, se le hicieron varias cirugías y los médicos decían que era probable que pudiera volver a caminar con algunas terapias y empezó a ir a rehabilitación, su proceso fue un poco lento aunado a que era un poco renuente, de hecho, muchas veces me tocó ponerle su collarín o acompañarlo a hacer sus ejercicios. Poder observar que de verdad había un cambio y que estaba recuperando sus movimientos y que todo iba evolucionando bien me convenció por completo. Yo quiero ayudar a la gente y motivarla a que, aunque parezca imposible, siempre se puede lograr lo que se propongan, también he interactuado con personas con algún tipo de discapacidad y ese justamente es uno de mis principales enfoques, atender a pacientes con alguna dificultad”, mencionó.
“Los fines de semana en mi comunidad o en los ranchitos cercanos tengo a mis pacientes, yo voy a sus casas en caso de que no puedan trasladarse y he tenido una muy buena respuesta a tal grado de que ni yo misma me la creía. Necesitamos que se conozca más lo que hacemos en cuanto a servicio porque demostrar que amas tu carrera te abre las puertas. La rehabilitación mueve todo, algunas personas aún no creen en la fisioterapia pero de verdad les digo que puede cambiar la vida, desde prevenir alguna patología hasta recuperarse de un padecimiento complejo”, añadió.
Chávez Contreras se dijo convencida de los beneficios de estudiar en la Máxima Casa de Estudios de la entidad, esto por la viabilidad de los procesos de aplicación de conocimiento y por el soporte continuo del personal docente y administrativo.
Explicó que eligió estudiar en la Universidad de Guanajuato luego de analizar los pros y los contras, y una vez inscrita, “nos apoyan muchísimo porque inmediatamente desde el primer semestre acudimos a practicar y nos ponen a atender pacientes, nos dan herramientas para facilitarnos nuestra formación por supuesto siempre acompañado de médicos y de docentes”, reveló.
Por su parte la impulsora del Módulo MARÍA, Dra. Teresa Pratz Andrade, profesora e investigadora del Departamento de Enfermería y Obstetricia UG, detalló que la asistencia se brinda a quienes padezcan lesiones musculoesqueléticas, tegumentarias o agravios que impidan ejercer su motricidad y con ello favorecer su retorno a actividades cotidianas.
“Este el proyecto más personal y humano que tengo hasta el día de hoy. Surge como respuesta a aquellos pacientes que han tenido algún evento cerebrovascular y requieren de rehabilitación física. Con el desarrollo de MARÍA en este último año y medio hemos abierto el programa no solamente a adultos con alguna secuela sino también a aquellas personas que necesitan tener un manejo de terapia física o rehabilitación”, aclaró.
La académica universitaria dio a conocer que el Módulo MARÍA fue reconocido en dos momentos: obtuvo el 2° lugar en el Tercer Premio Estatal a la Investigación en Desarrollo Social y Humano que otorgó el Instituto de Innovación, Ciencia y Emprendimiento para la Competitividad del Estado (IDEA GTO) y también obtuvo el Premio Estatal al Mérito Laboral, galardón otorgado por la Secretaría de Gobierno de Guanajuato en la categoría “Compromiso con la comunidad”.
“La verdad es que MARIA es una manera de mostrar el trabajo que hacemos dentro de la colmena, donde buscamos trascender desde de las aulas con acciones de impacto social, el vincularnos con la sociedad y darles a ellos un poco de lo adquirido en las clases ha sido imperante en este programa”, dijo. Asimismo, dio a conocer que el costo de las sesiones es de 80 pesos, e incluso se evalúa si el o la paciente puede cubrir los costos de la rehabilitación.
Finalmente, la también ganadora en 2019 del Premio Enfermera Cardiológica Pamela Babb en el marco del XXXI Congreso Mexicano de Cardiología manifestó su agradecimiento a “la Dra. Isaura Arreguín Arreguín y al Campus Celaya-Salvatierra por todo su apoyo, sin ellos no podría ser posible la ejecución de este proyecto puesto que la colaboración que tenemos nos ha permitido tener pasantes de la Licenciatura en Terapia Física y Rehabilitación aquí con nosotros, además del apoyo del Dr. Juan Manuel Escalera, que también ha dado un seguimiento puntual a pacientes”, subrayó.