Por: Israel López Chiñas
La respuesta obsequiada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su mañanera del pasado lunes 29 de enero, que “si continuamos con la misma política vamos a resolver, diría que me canso, ganso. Ya no me va a alcanzar el tiempo porque me faltan 8 meses”, es la prueba ineluctable de que la administración federal de la 4T cerrará este sexenio sin entregar la “paz social” prometida durante la campaña de 2018.
Atrapado entre sus propias redes no reconoce plenamente que su gobierno no consiguió la concepción de una metodología de trabajo, un instrumento político a fin de conocer cómo trabajar en el orden de inteligencia con los estados de diversos signos un proyecto para “enfrentar y erradicar la violencia” y la manera tan impune en que viene actuando la criminalidad al momento.
Ante la carencia de los resultados a fin de generar una especie de gobierno modelo porque la numeraria usada para impactar en los medios de información, tradicionales o alternos, resulta escudo y puñal, pues lo mismo sirve para encontrar los datos “favorables”; sin embargo, el resto podría al conocerse infringir heridas fatales. Lo último le está pasando al gobierno de la 4T.
Justificación del fracaso
A pesar de la concentración de tanta fuerza militar y paramilitar, aplicada a la seguridad, Fuerzas Armadas, Guardia Nacional y las diversas corporaciones policiales de las entidades como de los municipios, la Federación luego de cinco años no consiguió la manera de vincular los tres niveles de gobierno para cumplir con el mandato constitucional de suministrar seguridad pública a todos los mexicanos, ante los hechos violentos e impunidad.
En el incumplimiento también están involucrados los gobiernos de las 32 entidades porque cuentan con la infraestructura para asumir centro y periferia el papel de garantes de la seguridad. Amén la Federación tiene responsables directos, subordinados que debieron informarse respecto de la realidad nacional con base a estudios no sólo la numeraria que mueven a su antojo.
Pero como el presidente López, no quiere perder, aunque “su gallo sea jolín”, sin despeinarse acompañó a la aceptación de que su gobierno, no alcanzará a abatir la inseguridad en territorio mexicano este año, ha sido superado por el crimen organizado, no especificó “la gravedad del problema” que entregará a la siguiente administración el primero de octubre. En Guanajuato la sustitución de Diego Sinhue Rodríguez se efectuará el 25 de septiembre, quien tampoco dimensiona la cuestión en lo local.
Un referente “quedó más que claro”, si durante los cinco años con que contó con la fuerza institucional suficiente, no entregó la paz social, claro que en los 8 meses que les restan, es una “misión imposible”, máxime que con la estrategia de atender la causa (abrazos no balazos), en el pasado el lópezobradorismo le ha bajado 20% a las incidencias de delitos de alto impacto, es especial en el rubro de los homicidios dolosos (asesinatos).
Para el presidente de México, Andrés Manuel, “lo que estamos haciendo nos tiene satisfechos porque se ha ido reduciendo la incidencia delictiva. Espero terminar en septiembre con 25%”.
La respuesta dominguera se podría señalar, sobrevino cuando al presidente López Obrador, para sacudirse a un periodista de sana malevolencia que le pidió informar del total de homicidios dolosos del sexenio; le comunicó: “la principal causa de muerte de nuestro país son los infartos y lo lamento mucho, estamos haciendo todo por evitarlo. Los homicidios ocupan el octavo lugar en causas de mortalidad”. Aunque le faltó su revire ¿El sistema de salud de primer mundo trae esa guía de decesos?
Con la información tomada del informe del INEGI (El Instituto Nacional de Estadística y Geografía); las 10 principales causas de muerte en México durante el 2023, dejando “intocados” su modelo de atención a la inseguridad ni tampoco si el Congreso de la Unión supervisará los resultados de la participación de las Fuerzas Armadas en seguridad pública, y el débito del 75% de abatimiento de los delitos violentos, AMLO, planteó que si se sigue con su política “de atender a los jóvenes, con la misma política para que la gente tenga garantizado el derecho al trabajo, con los salarios justos, se va a resolver” la inseguridad.
Aunque la “necia” realidad se tomó la libertad de imponerse, la información preliminar de la SSyPC (Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), recreó la oficialidad que: “este lunes 29 de enero fue calificó como “El Día más Violento” del año electoral 2024, al registrarse 91 asesinatos en todo el país. Las cifras más altas en los estados: Veracruz con 15; Quintana Roo con 11; Estado de México con 8 y de Nuevo León con 6.
Mientras que las víctimas contabilizadas hasta el lunes, para el mes de enero, mil 991 víctimas de homicidio doloso, señalado por episodios violentos: Guerrero, Tabasco, Chiapas, Estado de México y Guanajuato. El presidente también desechó ese lunes que México sea uno de los países más violentos del mundo a pesar de sus más de 166 mil homicidios dolosos del sexenio que se acaba, y vaticinó que la estrategia va a resultar.