Por: Jesús Solano Lira / @SolanoJess
PACTO DE SILENCIO
Me preguntó ¿cuál será el sentir del presidente Andrés Manuel López Obrador, a diez años de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa? Me surgen muchas dudas por la indolencia e indiferencia que mostró por no recibir a los padres y a sus representantes legales que solo piden justicia.
En plena campaña, en la euforia de la promesa de un cambio radical en la administración, se comprometió a solucionar el caso Ayotzinapa, pero deja una dolorosa deuda a los padres de los normalistas desaparecidos.
No cumplió con la palabra empeñada y fue indolente e indiferente con las demandas de quienes claman justicia, una justicia que nunca llego.
Y fue la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esa que aborreció en todo su mandato, la que en tono enérgico dio el manotazo en la mesa, al denunciar que, a una década de la desaparición de los 43 estudiantes, persiste un “pacto de silencio”, pacto cómplice que impide identificar a los perpetradores de la desaparición y sus encubridores.
Sin duda, el trabajo realizado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), fue muy importante, porque desecho la famosa “verdad histórica” que se inventó durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Es más, el GIEI acusó a las Fuerzas Armadas, esas que el tabasqueño ha defendido a capa y espada, de no proporcionar toda la información necesaria para ahondar más en el caso.
El comunicado emitido por la CIDH, es contundente, y es el sentir de los padres de los jóvenes desaparecidos, porque manifiesta su preocupación por la paralización de la investigación y el retroceso en la institucionalidad creada.
Ahhhh, pero no solo eso, la Comisión también denunció, como lo han hecho diversos organismos que han apoyado a lo largo de diez penosos años a los padres de los normalistas, que subsisten una serie de obstáculos relacionados con la entrega de información por parte de corporaciones de seguridad, como determinó el GIEI en su último informe.
Vaya paquetazo el que le hereda López Obrador a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, le deja una verdadera papa caliente, ojalá que la científica no aplique la política del NO PASA…NADA.
Ya la Comisión le ha dado un voto de confianza, al reconocer que la próxima administración se comprometió con la resolución de los hechos del emblemático caso.
Para solucionar el caso, se requiere voluntad y disposición, es necesario sumar, no restar ni dividir como fue la punta de lanza de López Obrador, el de la política del divide y vencerás, el de si no estás conmigo, estás en contra mía.
En ese contexto, la CIDH dejo muy en claro que “para superar los desafíos en la investigación es crucial mantener el diálogo auténtico y transparente entre todos los actores involucrados, incluyendo a las familias de los desaparecidos y sus representantes legales, y fortalecer la confianza entre las familias y las autoridades colocando a las víctimas como el enfoque central”, lo que exactamente nunca se dio en esta administración que agoniza.
Fotografía: Animal Político.