Por: Jesús Solano Lira / @SolanoJess
CERCADO
Desde el sábado pasado quedaron cercados los accesos viales a la Cámara de Diputados, para permitir que la investidura de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum se lleve a cabo sin problemas, o al menos, eso es lo que imaginan los gobiernos federal y capitalino. MMMMMM, pues a qué le temen muchachos.
Aunque lo traten de ocultar, como es la costumbre de la actual administración del NO PASA…NADA, el cerco obedece a las amenazas de los trabajadores del poder judicial, quienes advirtieron que mantendrán sus movilizaciones hasta el dos de octubre, fecha simbólica, en las luchas cívicas y democráticas del país, y por la advertencia del Frente Cívico Nacional de tomar el Palacio Legislativo, para impedir la toma de posesión de la hija política de López Obrador.
Valiéndoles madre los conflictos viales que provocarán a partir de este lunes, con la consecuente molestia para los vecinos de la zona, a los que un día sí y el otro también, sólo les dicen un usted disculpe los inconvenientes que el cerco le ocasiona. No pues decía mi abuelita “el miedo no anda en burro”.
Diría el clásico, pero qué necesidad, ahí le van los cierres para que tome sus previsiones: Eduardo Molina y Zapata bloqueo con barreras, con solo filtro peatonal; Congreso de la Unión y Zapata bloqueo con y filtro peatonal, además de Sidar y Molina bloqueo total con camiones; Diagonal Zaragoza bloqueo total con camiones, así como Sidar-Congreso bloqueo parcial con filtro vehicular y el Puente San Ciprian bloqueo total sin acceso. Chale, ni para donde hacerse.
Y el chiste se cuenta solo, estamos por presenciar el mismo escenario que el actual presiente con sus huestes hicieron en 2006, cuando perdió la presidencia por un pelito de rana calva, ante su villano favorito, Felipe Calderón Hinojosa.
En esa ocasión, se movilizaron de manera impresionante los militantes y simpatizantes del extinto PRD, partido que, dicho sea de paso, le dio todo, pero todo al tabasqueño, y éste fiel a su costumbre lo traicionó y desmantelo, para formar su propio partido, obvio, con la mayoría de sus integrantes, con ADN del PRD y de lo pior, así con I, del PRI y del PAN.
Aquella ocasión, todos los cercos de los manifestantes fueron burlados, en una majestuosa operación de logística precisa, el convoy de Felipe Calderón Hinojosa, llegó por Viaducto Miguel Alemán, el cual fue cerrado unos minutos para que el michoacano llegará puntual a la cita a rendir protesta, eran otros tiempos, ahora el pueblo bueno y sabio está encabronado por el deficiente, indolente e insensible administración de López Obrador.
Y conforme avanza el tiempo y se aproxima la fecha, cada vez son más tensos los momentos que se viven en el país, un país que ha soportado día tras día los embates de la inseguridad, que está por concretar un sexenio sangriento con casi o más de 200 mil homicidios dolosos. Lamentable, la política de seguridad del presidente López Obrador fue un rotundo fracaso, y así como cereza del pastel, ahora quiere armar a los civiles, así de contradictorio el tabasqueño.
50 MILLONES
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, no se anda con chingaderas ni con miserias, total, todo sale de las arcas de su administración.
Y como los chismes y el dinero son para contarse, ahí le va, y agárrese porque este mandatario que presumió en su tercer informe avances en materia de infraestructura, seguridad, gobernabilidad, salud, educación y medio ambiente, se gastó la nada despreciable cantidad de 50 millones de pesos en la organización del show que ofreció en el Estadio Morelos, en la capital michoacana.
Ahhhh, pero eso no es todo. Los empleados de la administración estatal y municipios gobernador por Morena y aliados, fueron obligados a acudir junto con sus familiares a aplaudir al gobernador Ramírez Bedolla, que vive en un Michoacán de ensueño, fabricado en su cabecita, no el de los balazos, el de las extorsiones, el de las deforestaciones y el de poca inversión nacional y extranjera por la inseguridad que priva en la entidad.
Y a eso súmele que el diputado local Juan Pablo Celis, actual dirigente de Morena, abrió la cartera para llenarle el estadio a Ramírez Bedolla, lo bueno que no son iguales. Bueno a esa campaña se sumó el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, quienes ofrecían mil 500 pesos a los que organizarán y 250 pesos a quienes fueran de matraqueros con el gobernador de Michoacán.
Es lamentable que todos los gobernadores de Morena, empezando por el presidente López Obrador, mantengan esa narrativa de que ya no se obliga ni se compra la asistencia de empleados o ciudadanos a los eventos de los mandatarios surgidos del partido guinda. Un mal que con total sinceridad, veo muy lejano que se pueda erradicar, pero ahí los tenemos. Bien decía Diosito, ahí los dejo, que viva el más vivo del más pendejo.