Un niño de siete años ha sorprendido a la comunidad científica al descubrir fósiles de entre 140 y 180 millones de años en el jardín de su nueva casa en Matlock, Derbyshire (Inglaterra), según informó la BBC.
Elliott, quien se mudó con su familia hace tres meses, estaba explorando el jardín delantero cuando encontró rocas de piedra caliza expuestas. Al romperlas, él y sus padres, Gemma y Mark, descubrieron restos de amonites, moluscos marinos con conchas espiraladas de 5 a 15 cm de diámetro que habitaron los océanos durante el período Jurásico, de hace 140-180 millones de años que habían quedado incrustadas en la piedra.
El joven de siete años reveló que le encantaban los fósiles, por lo que encontrarlos fue una experiencia increíble.
“Quiero seguir buscando y descubrir qué otras criaturas vivieron hace millones de años”, narró para la BBC.
Gemma, de 42 años, admitió con una sonrisa que las excavaciones en el jardín no son su actividad favorita, pero expresó su orgullo: “Elliott está emocionado, y nosotros también. Es un hallazgo muy especial”.
Un fascinante y antiguo tesoro en el jardín
Las rocas expuestas estaban llenas de amonites (Ammonoidea), un tipo de moluscos cefalópodos que deambulaban por los mares durante el Jurásico. Son fácilmente distinguibles gracias a su concha en forma espiral o enrollada que muchos paleontólogos emplean para estudiar la historia de la vida marina y el clima durante la era en la que dominaron los dinosaurios nuestro planeta.
El pequeño quedó encantado con el hallazgo prehistórico y estaba muy feliz de haber hecho tal descubrimiento porque, a pesar de su tierna edad, es ya un gran amante de los fósiles. De hecho, es probable que se trate de un paleontólogo en ciernes, ya que para él este trabajo es fuente de inspiración y espera seguir haciéndolo en el futuro, tal y como explicó en una entrevista en la BBC.
De la Costa Jurásica
Sin embargo, parece que las rocas no pertenecen a esta zona concreta. A pesar de que la capital del condado de Derbyshire se asienta en un antiguo arrecife –hace muchos millones de años– que dejó muchos fósiles de la era de los dinosaurios, la paleontóloga de la Universidad de Nottingham, Susannah Lydon, que revisó las rocas, afirmó que los fósiles eran más comunes de lo que se podría pensar pero que en este caso, fue un humano el que recogió las muestras en Dorset, ubicado en la región Sudoeste de Inglaterra; la experta cree que probablemente fueron coleccionistas o constructores quienes trajeron estas rocas de Dorset a Matlock.
Este lugar cuenta con una famosa costa donde pueden localizarse fósiles de amonites, ictiosaurios, plesiousaurios, belemnites y otros animales marinos, así como algún que otro resto de dinosaurio e incluso insectos del Jurásico. No en vano, se le llama popularmente la “Costa Jurásica” de Dorset. Es Patrimonio Mundial de la Costa Jurásica, la zona más popular del Reino Unido para la recolección de fósiles.
Origen de los amonites
Fue el escritor y milita romano del siglo I Plinio el Viejo quien nombró a estos cefalópodos en honor a los cuernos de carnero que porta el dios egipcio Amón, de ahí amonites (los cita en su Historia de Natural en el que habla de ellos como “ammonis cornua” o “cuernos de Ammon” por su parecido de las conchas espirales con los cuernos del dios Amón, habitualmente dibujado con cuernos de carnero a los lados de su cabeza). Estos animales están estrechamente relacionados con los pulpos, calamares y sepias y se han descrito más de 10.000 especies. En su época, eran tanto cazadores como cazados. Los nautilus actuales y los ammonoideos fósiles son anatómicamente parecidos pero claro, ser similares no significa que sean iguales.
El hallazgo de este joven inglés nos recuerda que la búsqueda de fósiles no es algo circunscrito solo a expertos paleontólogos: cualquier persona puede descubrir un fósiles antiguo con un poco de curiosidad y perseverancia. Los mejores lugares para encontrarlos son los acantilados, sobre todo después de una tormenta, ya que la erosión del agua puede revelar tesoros ocultos.
Fuentes: MSN, National Geographic