Tomado del libro – No publicado- Cooperativismo en México. Normatividad y Políticas Públicas. … Como lograr un mayor impacto social. Por Fidel Ramírez Guerra
….se obliga, de acuerdo con el artículo 123, a las empresas privadas a organizar escuelas para sus obreros, y para los hijos de éstos, y se restaura a los municipios la obligación de fomentar la enseñanza en todos los sitios del país.
La tranquilidad y seguridad de la nación dependen de la inteligencia de sus ciudadanos, dice Venustiano Carranza en 1915, y promete difundir la educación por todas partes del territorio con la colaboración de la iniciativa privada y en consonancia con las leyes del país. De acuerdo con ese concepto formula su proyecto del artículo 3º constitucional, pero se declara partidario de la libertad de enseñanza, dejando en esa forma nuevamente abierta la puerta al clero, que por siglos ha monopolizado la escuela. El carácter conservador, de ese proyecto, es enérgicamente atacado por el grupo oposicionista, en su mayoría de extracción popular, que ha combatido en las filas revolucionarias y que desea organización radical y una nueva orientación de la enseñanza; ese grupo, mantiene enérgicamente la idea de la educación laica, no en el sentido de neutral que ha sostenido antes, sino en el que la escuela de la Revolución ha de ser combativa ante todas las ideas que tratan de impedir la creación de un nuevo sistema. El grupo jacobino, por su parte, no está dispuesto a tolerar una vez más la intromisión perjudicial del clero; así la iniciativa de Carranza, tras un tormentoso debate en el Congreso, es desechada, y con ella los últimos vestigios de un régimen conservador y sus múltiples tolerancias. El periodo de 1910 a 1917, es época de liquidación.
La Revolución formula en la Constitución de 1917 una nueva escuela de acuerdo con sus tendencias
La educación será laica en el sentido estricto de la palabra; se hace obligatorio el deber de educarse; el Estado se impone la obligación de impartirla gratuitamente; se obliga, de acuerdo con el artículo 123, a las empresas privadas a organizar escuelas para sus obreros, y para los hijos de éstos, y se restaura a los municipios la obligación de fomentar la enseñanza en todos los sitios del país (1). Así, se sientan las bases jurídicas de la naciente democracia mexicana; sus leyes garantizarán en adelante los derechos individuales y suprimirán privilegios y desigualdades sociales. El gran núcleo popular cuenta ya con el apoyo legal para logar su soberanía; ahora tendrá acceso al trabajo en condiciones humanas, a la vida pública y social y, en especial, a la cultura (2).
Las primeras realizaciones constituían estado de emergencia nacional
El primer periodo de estabilidad se indica en 1921 con el gobierno del general Álvaro Obregón cuya política educativa tiende a hacer efectivo el compromiso del Estado de llevar la enseñanza a todos los rincones de la nación. Su primer paso es la restauración de la Secretaria de Educación Pública; así, el gobierno federal puede enfrentarse, como de hecho lo hace, al hondo y trascendental problema de educar al pueblo conjuntamente con la labor que en el mismo sentido puedan desarrollar los estados de la federación dentro de sus respectivas jurisdicciones.
Vasconcelos, al frente de educación
Al frente de la institución, Obregón coloca a José Vasconcelos, en plena energía y con auténtico deseo de que el pueblo se eduque; éste reconoce la necesidad de reformar todo el sistema de enseñanza en su contenido y calidad; sin embargo, en el primer periodo de organización considera más apremiante atender las demandas de número: “tenemos todas las ideas que requerimos, más de las que posemos usar. Lo que necesitamos es dinero, recursos, gente, persistencia” (3). Está convencido que el país puede levantarse de su postración mediante una intensa campaña cultural. Primero la cultura extensiva, después la intensiva, es decir, disminuir en el menor tiempo posible el número de analfabetas en la República, formando centros culturales, de tal manera que los que sepan escribir instruyan a otros; fundar escuelas rurales de preferencia en los pueblos de indios; más tarde se hará en las cabeceras municipales y después en las de distrito (4).
Obra de una reivindicación social
La obra de Vasconcelos tuvo desde un principio el sentido de una reivindicación social, destruyendo el privilegio de la escuela para hacer de la enseñanza un beneficio de todos los hombres, y de todas las clases sociales. Su plan de enseñanza era esencialmente popular, tendía a la educación de multitudes, había aún que desatender momentáneamente las escuelas superiores. La universidad misma. En provecho de la enseñanza primaria la federalización de la enseñanza era el medio legal indispensable para dar acción al gobierno en todos los lugares del país, a donde no alcanzaba la influencia educativa de los agentes locales (5).
Empezar desde la base social
… Vasconcelos empieza desde abajo. Lo más importante es combatir el analfabetismo y crear escuelas con profusión, con desesperación; a más de la escuela de pequeñas industrias, crea la técnica, destinada a la creación de especialistas y obreros calificados, así como la escuela agrícola. Ello, sin embargo, no le hace olvidar los demás aspectos de la cultura; fomenta el cultivo de las artes en todo el territorio: música, arte, museos, bibliotecas y difusión de los clásicos. Publicaciones antes desconocidas en el país por falta de interés o buenas traducciones se esparcen por toda la República (6). Considerando que aun cuando no corresponde al Estado esa tarea, es innegable que no hay un solo pueblo que haya dejado huella en la historia o que represente algo en la civilización en que los gobiernos no hayan contribuido al fomento de las bellas artes, los valores más excelsos de la humanidad.
Privilegio a las escuelas rurales
Pero de todo ello, es la escuela rural lo que da más carácter a la administración de Vasconcelos, por su afán decidido de diseminar la cultura entre los olvidados, inspirado en la obra apostólica de Gante y Vasco de Quiroga, trata de reafirmar mediante la enseñanza la integridad de las culturas indígenas y, a la vez, redimirlas de su ignorancia y miserables sistemas sociales y económicos (7).
Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal
En conexión con la educación rural, crea el Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal. Se preocupa seriamente por el desarrollo y fomento de las escuelas fronterizas, creadas con la finalidad de que los niños los niños mexicanos no pasen las fronteras para educarse y se desarraiguen de las tradiciones mexicanas; asimismo, para sustituir la Casa del Estudiante Indígena, que como experimento en la capital ha fracasado, crea once internados y logra que los establecimientos de educación rural alcancen la cifra de 7 504.
Se anexan cuatro instituciones
– Se organiza la enseñanza para adolescentes en las escuelas centrales agrícolas. A la escuela regional agrícola se le anexan cuatro instituciones: una sección agrícola, una normal, un instituto de investigaciones y un instituto de sección social.
Popularizar el libro
– También puede clasificarse de importante su interés por popularizar el libro y el folleto. Fermín, el libro de lectura para niños, llega a alcanzar un tiraje de 400 000 ejemplares.
Las realizaciones