Alhajero
El poder político que otorgó AMLO a su nuevo secretario de Gobernación es mucho mayor al de la gran mayoría de sus colaboradores
Por: Martha Anaya / @marthaanaya
Primero se notó en el trato, en las deferencias que ha mostrado Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República frente a su nuevo secretario de Gobernación: Adán Augusto López Hernández.
–Le prestó a su paisano una corbata suya para que luzca formal en el video en el que va a anunciar su nombramiento (el gobernador tabasqueño estaba ese día en la Ciudad de México para otros asuntos y no esperaba en ese momento el anuncio del relevo en Gobernación).
–La calidez con que lo presentó: “Amigo, paisano y compañero entrañable”.
–Lo invitó a sentarse a su lado en el avión durante su gira, este fin de semana, y ayer por la mañana lo invitó a desayunar con él en Palacio Nacional (chanchamitos y chocolate con cacao de Tabasco).
Detalles que no sólo muestran un trato personal entrañable entre Andrés Manuel y Adán Augusto –contrasta muchísimo con el trato que da a otros funcionarios y miembros del gabinete-, sino de una confianza absoluta en el terreno político. Eso lo hizo patente en la Mañanera. Dijo López Obrador que necesitaba a su paisano para continuar con el proceso de transformación. Natural. Ahora tomen nota de las funciones que le asignó: “Adán me va a ayudar… (va) a hacerse cargo de todos los asuntos públicos políticos: la relación con gobernadores; la relación respetuosa con la Fiscalía General de la República; la relación –también respetuosa– con el Poder Judicial, en especial con la Suprema Corte de Justicia, y lo que se tiene que atender en el Poder Legislativo. Las nuevas iniciativas de reforma que vamos a enviar…”.
Valga destacar que prácticamente nada de esto le permitió a Olga Sánchez Cordero, con excepción de su último mes en funciones, cuando le pidió cabildear para lograr el periodo extraordinario que sacara adelante la ley reglamentaria de la Revocación de Mandato. Cosa que no logró y precipitó su salida del Palacio de Cobián. Llama también la atención que le dejara a Adán Augusto la relación del gobierno con la Fiscalía General de la República y con el poder judicial –especialmente con la Suprema Corte cuando todo ello lo llevaba Julio Scherer. Era el aviso previo de la renuncia del consejero jurídico de la Presidencia.
Y por supuesto, a su cargo las reformas por venir: La Eléctrica, la Electoral y la de la Guardia Nacional. “…para eso es la llegada de Adán Augusto, para ayudar –resumió López Obrador–, para que él se haga cargo de todos estos asuntos y que yo tenga también más tiempo de continuar con la conducción, con la coordinación del esfuerzo de todos los servidores públicos que me han ayudado muchísimo”. El poder político que otorgó AMLO a su nuevo secretario de Gobernación es mucho mayor al de la gran mayoría de sus colaboradores.
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GEMAS: Obsequio de Adán Augusto López: Vine a reconstruir el tejido político, a dialogar con todos y a tratar de que se serenen los ánimos.
Tomado de El Heraldo de México