Las sequías amenazan los ecosistemas, el desarrollo y la economía de las sociedades, según la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), la cual reconoce que México ha sufrido un largo historial de estos fenómenos naturales que han provocado profundos cambios con el paso del tiempo.
Uno TV realizó un recuento de los eventos de sequía que han impactado de manera más significativa a México desde la época prehispánica hasta la actualidad.
Las civilizaciones prehispánicas sufrieron fuertes sequías
Cuando cayó la ciudad de Teotihuacán, entre el año 650 y 750 d.C, la región sufrió severas condiciones de estrés hídrico como bajos niveles de recarga en acuíferos y un déficit de escurrimiento superficial, provocados por una sequía prolongada, según un artículo de la UDLAP.
Para el año 820 d.C, empezó un periodo de sequías que devastó el sur de la península de Yucatán y se extendió por casi 100 años.
“Algunas de estas sequías se extendieron durante décadas influyendo fuertemente en la caída de la civilización Maya del sur”, UDLAP
Finalmente, entre el año 1020 y 1100 d.C, una disminución drástica en la precipitación del sur del país se registró durante las fechas en que colapsó la civilización Maya del norte, remata la institución.
La sequía de 1521, una posible causa de la caída del Imperio Azteca
De cara a la época colonial, la UDLAP reconoce que la caída del Imperio Azteca se puede atribuir a diversos factores, entre ellos, las secuelas que dejó la sequía de Mesoamérica a principios del siglo XVI.
La sequía de 1521 propició severas epidemias que favorecieron la mortandad de los mexicas (aztecas), señaló la casa de estudios.
“El Año del Hambre”, la sequía más fuerte del México colonial
Sin embargo, la sequía más fuerte del periodo colonial ocurrió entre 1785 y 1786, en el fenómeno conocido como “El Año del Hambre“.
Este evento abarcó casi todo el territorio de la Nueva España y provocó escasez de cosechas y alimentos, afectando principalmente a los trabajadores agrícolas de la zona central de México, según la universidad.
Las sequías de 1810… ¿un detonante de la Independencia de México?
Para 1810, año en que estalló la Guerra de Independencia, el territorio mexicano seguía enfrentando las consecuencias de diversas sequías y podría haber sido un factor detonante del movimiento independentista, según la UDLAP.
El estudio “Revisión histórica de las sequías en México: de la explicación divina a la incorporación de la ciencia“, retoma la visión del historiador Enrique Florescano sobre el papel de la sequía en el estallido de la Independencia Mexicana.
“La sequía fue un factor relevante, a veces directo, de conflictos políticos importantes de la historia nacional, como la Independencia y Revolución, pues coinciden movimientos sociales en épocas en que se atravesaba por una sequía”, Fragmento de ‘Revisión histórica de las sequías en México: de la explicación divina a la incorporación de la ciencia’
El propio Florescano ha precisado que las sequías afectaron a una generación completa desde 1785, la cual se levantó en armas en 1810, de acuerdo con el artículo “Las sequías en México durante el siglo XIX” del Instituto de Geografía de la UNAM.
La sequía de 1907 a 1909… ¿corresponsable de la Revolución?
Entre 1907 y 1909, los estados de Querétaro, Hidalgo, Chihuahua y Nuevo León vivieron una sequía. Este fenómeno podría haber sido un detonante de la Revolución Mexicana de 1910, según han debatido los historiadores.
La UDLAP señala que “los municipios que sufrieron sequías severas justo antes de la Revolución tenían más probabilidad de tener actividad insurgente que los municipios donde la sequía fue menos severa”.
Por su parte, el estudio “La sequía y los orígenes de la Revolución Mexicana” de Mikael D. Wolfe señala que, más que detonar la Revolución, este fenómeno natural se sumó al contexto político para deteriorar la economía mexicana.
Desde esta perspectiva, la sequía de tres años agravó la recesión económica inducida por la recesión de Estados Unidos (EE.UU.), provocando:
- Caídas en los salarios e ingresos
- Pérdidas de cosechas
- Alzas en los precios del maíz y frijol
- Hambruna en las clases bajas y medias
Fuente: “La sequía y los orígenes de la Revolución Mexicana”
La fuerte sequía de 1922 en la Ciudad de México
En 1922, la Ciudad de México registró una de las sequías más grandes en la historia del país, según dijo el Departamento de Comunicación Social de la Cámara de Diputados en abril de 2024.
¿Qué pasó? Un día, después de años de funcionamiento, el sistema de distribución de agua que permitía a los habitantes tener agua potable con sólo girar la llave, falló.
Los motores eléctricos, responsables de poner en marcha las bombas de la planta de la Condesa, se mojaron y esto causó desabasto de agua.
Por esta razón, el agua almacenada sólo proveía a la población por un par de horas al día, según establecieron los legisladores en 2024.
Los diarios de la época reportaron que esta sequía fue causada por un error humano y, como consecuencia, desató una crisis que dejó decenas de muertos y heridos en las calles capitalinas.
Algunos ciudadanos se arremolinaron en las tomas de agua para tratar de abrirlas por la fuerza, mientras que otros se encaminaban a canales infestos para extraer un líquido turbio que vendían a sobreprecio.
Se vivió violencia en las calles y gente enardecida reclamaba afuera del ayuntamiento: “¡Agua, agua!” “¡Abajo el Ayuntamiento!”, lanzaban piedras e iniciaron los disparos, según la Cámara de Diputados.
La sequía de 1987 a 1992 en el norte de México, una de las peores crisis recientes
Una sequía afectó al norte de México de 1987 a 1992, siendo catalogada como una de las principales sequías en el país en los últimos años, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Éstas fueron las regiones más afectadas de dicho evento climático que duró aproximadamente cinco años:
- Diversas partes de Baja California y Baja California Sur
- Noroeste de Sonora
- Algunas zonas de la frontera de Chihuahua con EE.UU.
- Regiones de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas
El país sufrió pérdidas de más de mil millones de dólares en el campo, así como presas al nivel más bajo de su historia, según el INEGI.
Además, 4.6 millones de hectáreas de cultivo se vieron afectadas, sin mencionar las 300 mil cabezas de ganado perdidas.
Cinco años después, en 1997, se produjo uno de los años más secos del siglo, provocando pérdidas económicas de 2 mil millones de dólares en costos de defunciones, según la UDLAP.
“El inicio de las condiciones anormalmente secas ocurrió durante el verano de 1997, asociado con el establecimiento de fuertes condiciones de El Niño“, de acuerdo con la universidad mexicana.
La sequía de 2011, la más reciente del México moderno
En 2011, una fuerte sequía impactó a los estados de Zacatecas, Chihuahua, Coahuila, Durango y San Luis Potosí, de acuerdo con el INEGI.
Como consecuencia, se reportaron más de 2.5 millones de habitantes afectados que carecieron de agua potable en cerca de mil 500 comunidades.
Asimismo, el INEGI señala que se registraron 900 mil hectáreas de cultivos siniestrados y más de 1.7 millones de animales de granja muertos, con pérdidas superiores a los 15 mil millones de pesos.
Esta fue la sequía más importante en los últimos 70 años, pues casi el 90% del territorio nacional estaba cubierto por al menos una categoría de sequía, desde moderada hasta excepcional, según la UDLAP.
Esto ocurrió porque, desde 2009, se acumularon los efectos del último período seco. En 2010, las precipitaciones aumentaron y bajaron las medidas contra las sequías. Para 2011, cuando las lluvias volvieron a disminuir, el déficit hídrico aumentó la severidad de la escasez de agua, según la institución.
Sequías, un problema antiguo que aún requiere medidas
La UDLAP recoge que las sequías no son problemas nuevos y, por lo tanto, la ciencia y las medidas gubernamentales se han actualizado e incrementando.
Sin embargo, también reconoce que aún falta sumar esfuerzos para priorizar las medidas de prevención ante estos fenómenos naturales, así como enfocarse en el estudio de los factores que los provocan, como las circulaciones oceánico-atmosféricas.
En 2012, el INEGI compartió cómo son los planes gubernamentales de preparación para mitigar los efectos de las sequías:
- Planteamiento de posibles conflictos y soluciones entre sectores y usuarios del agua
- Cuantificación y evaluación de los recursos naturales , biológicos y humanos, así como las restricciones legales y financieras
- Desarrollo de un plan
- Identificación de las necesidades tecnológicas, de investigación y de las brechas y diferencias institucionales
- Desarrollo de programas educacionales y de entrenamiento preventivo
El propio INEGI también reconoció la importancia de considerar cómo es que las sequías provocan daños a ecosistemas, pérdidas de poder de compra del consumidor, afectaciones políticas y sociales.
Reportaje tomado de UNO TV. Grafico El Financiero