Las Misiones Culturales

Tomado de el libro – No publicado-  Cooperativismo en México. Normatividad y Políticas Públicas. … Cómo lograr un mayor impacto social. Por Fidel Ramírez Guerra

1921-1932

Las Misiones Culturales

   Las Misiones Culturales fueron un proyecto que en México surge desde el origen de la Secretaría de Educación Pública (SEP), creada en 1921 durante el gobierno de Álvaro Obregón y teniendo como primer secretario a José Vasconcelos, siendo un eje fundamental dentro de la gran “cruzada contra la ignorancia”.

 

Inclusión al proyecto de nación

 

   José Vasconcelos propugnaba y buscaba incorporar a los indígenas y a los campesinos al proyecto de nación civilizada y difundir en ellos un pensamiento racional y práctico para terminar con el fanatismo religioso, los hábitos “viciosos” y llegar a un saneamiento corporal y doméstico.

 

Escuelas rurales

 

   En su origen, la labor de la SEP tenía por objeto llevar la educación a todos los rincones del país, con un esfuerzo enfático en llegar a las comunidades rurales y rurales indígenas. Por ejemplo, se buscó establecer escuelas rurales en zonas indígenas a través del Departamento de Educación y Cultura para la Raza Indígena.

 

Artistas misioneros

 

   Los maestros misioneros capacitaban a maestros locales en cuestiones de economía local pero también en música, canto, teatro y artes plásticas. Algunos misioneros del gremio artístico fueron: Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Fernando Gamboa, Ramón Alva de la Canal, Ángel Bracho, Francisco Dosamantes y Alfredo Zalce. Los “espectáculos” que se montaban en las comunidades formaron parte del proyecto educativo de 1924-1928 y fomentaban la cohesión comunitaria y nacional al entonar piezas donde se reforzaba el castellano, se aludía a la historia nacional o se promovían.

 

El antecedente de las misiones culturales

 

   Francisco Larroyo, en su libro Historia Comparada de la Educación en México, menciona a grandes rasgos que el primer personaje en la historia mexicana con el que la pedagogía alcanzó un enfoque social fue Abraham Castellanos, quien en 1909 mencionó por primera vez que para formar la patria, se debía empezar por la educación de las masas populares. Para él, uno de los objetivos de la educación en nuestro país era la educación integral de los “indios” por medio de la escuela rural. Castellanos fue el primer intelectual mexicano que mencionó esta institución, pero es importante recalcar que en ese tiempo para poder lograr los objetivos resultaba necesaria una nueva educación, nuevos maestros y nuevos tipos de escuelas. Lamentablemente murió demasiado pronto para poder ver realizados sus propósitos, que más tarde algunos gobiernos revolucionarios se encargarían de promover, por ejemplo el de Álvaro Obregón.

 

A escribir y hablar en castellano

 

   Durante el movimiento revolucionario, la primera obra educativa de importancia que se llevó a cabo es la aparición de las escuelas rudimentarias establecidas por el presidente Francisco León de la Barra* el 1º de junio de 1911. La finalidad de dichas instituciones era el enseñar principalmente a los individuos de raza indígena a hablar, escribir y leer en castellano así como a ejecutar las operaciones de cálculo más usuales. Su duración era de dos cursos anuales; pero no era de carácter obligatorio. Estos centros escolares aparecieron en los tiempos más agitados del movimiento de Revolución, pero las circunstancias permitieron que poco a poco fueran llamadas “fábricas de zapatistas”*.

 

* Francisco León de la Barca fue presidente interino. Asumió el cargo al renunciar Porfirio Díaz Mori, quien se mantuvo durante más de treinta años en el poder.

* Fabricas zapatistas es una referencia a  Emiliano Zapata, un revolucionario que combatió a Porfirio Díaz, quien se mantuvo durante más de 30 años como presidente de México.

 

 

Misiones culturales promovieron el desarrollo de la comunidad

 

  Las misiones culturales nacieron en la necesidad de capacitar a los maestros rurales que se encontraban en servicio, que habían abrazado la santa causa de enseñar a leer y escribir; hombres y mujeres con mucho entusiasmo y espíritu de sacrificio, pero con pocos conocimientos.

Estas misiones estaban formadas por maestros y profesionales que impartían la técnica de la educación, la práctica de pequeñas industrias y nociones de agricultura. El primer ensayo que se llevó a cabo en octubre de 1923, en el poblado de Zacualtipán, Hidalgo. Ahí se reunieron los maestros para recibir una serie de enseñanzas que harían extensivas al pueblo.

 

Dado el éxito que tuvieron, se repitió el experimento en Cuernavaca, Morelos, y posteriormente en se fundaron siete misiones más en las ciudades de Puebla, Colima, Mazatlán, Hermosillo, Monterrey, Pachuca y San Luis Potosí. En 1926, se incorporó al sistema educativo de una manera definitiva y se creó la Oficina de Misiones Culturales.

 

En 1942, nace nuevamente a la vida activa con un programa definido de mejoramiento integral de la población rural en los aspectos de salud, higiene, alimentación, vestido, economía, obras materiales, técnicas productivas, organización social, etcétera.

 

Las misiones culturales fueron los primeros organismos sociales oficiales que se crearon para promover el desarrollo de la comunidad mediante la educación fundamental. Los planes de las misiones culturales, son el alcance nacional y el trabajo que han realizado y sus experiencias, han servido de pauta para la creación de otros organismos que hacen trabajos de promoción en la comunidad.

 

Sus programas son ejecutados por los miembros de la comunidad; los maestros misioneros enseñan prácticamente cómo realizar actividades de salubridad e higiene, agropecuarias, de conservación de alimentos, de albañilería, de carpintería, textiles, de alfarería y de recreación; participan en la compañía de alfabetización y sus trabajos en general se orientan para mejorar las condiciones de vida de la familia y de la comunidad. (1) Isidro Castillo. México y su revolución educativa.

 

Dirección general de asuntos indígenas

 

   “Corresponde a la Dirección General de Asuntos Indígenas, en cargarse del estudio de los problemas fundamentales de la población indígena del país, para proponer al C. Secretario de Educación pública, los medios más apropiados para que el Gobierno Federal los solucione; de la promoción y gestión ante las autoridades federales y de los Estados, de todas medidas y disposiciones que en alguna forma contribuyan a mejorar las condiciones de vida de las comunidades indígenas y de la atención y orientación y vigilancia de las actividades que desarrollan las instituciones de su dependencia.”

 

Los organismos

La Dirección General de Asuntos Indígenas, realiza su fecundo trabajo al través de los organismos siguientes:

Internados de primera enseñanza para jóvenes indígenas.

Misión de mejoramiento. Hogares infantiles. Procuradurías. Internados de primera enseñanza para jóvenes indígenas

Estos fueron creados con el fin de capacitar en una forma integral a los jóvenes indígenas y convertirlos en elementos de progreso de sus propias comunidades y de la región en que se encuentran ubicados dichos planteles.

Para la realización de estos fines, se proporciona a los alumnos la educación primaria rural y una preparación practica relacionada con las explotaciones agrícolas, pecuarias y oficios de la región.

Un internado de esa naturaleza se establece después de haberse realizado una serie de investigaciones del tipo social, económico y cultural a distintos niveles.

  Las actividades relacionadas con el mejoramiento de la vida rural, se planean según la forma de influencia; pues el alcance de estas instituciones es regional. Por ejemplo el internado que funciona en Acececa, del municipio de Tantoyuca, sólo recibe alumnos de Acececa, Buenas Vista y Tepatlán de dialecto huasteco.

 

Objetivos de los internados

  Los conocimientos que se imparten en estos internados tienen los siguientes objetivos:

– “Proporcionar a los grupos humanos los elementos fundamentales de la cultura.”

– “Procurar la adquisición de las habilidades y técnicas necesarias que impulsen a las actividades económicas.”

– “Mejorar la vida doméstica, la salud y las formas de recreación.”

Preparación de los maestros rurales basada en la labor humanística de misioneros del siglo XVI

 

Ante la urgente necesidad de cumplir con el Artículo Tercero constitucional, que tiende a democratizar la educación, dándole un carácter nacional y hacerla asequible a todos los sectores de nuestra población, se improvisaron maestros sobre las marcha de los acontecimientos se fueron capacitando para cumplir honrosamente con la misión que se les había encomendado. No era posible ni conveniente que la educación rural se siguiera improvisando indefinidamente, y fue entonces cuando se pensó en la creación de instituciones educativas de carácter superior que instruyeran a los maestros rurales en sus conocimientos de las técnicas pedagógicas y de investigación social más elementales. Para enfrentarse a este problema, la Secretaría de Educación Pública creo dos tipos de instituciones, las misiones culturales y las escuelas normales rurales de tipo rudimentario. Las primeras estaban inspiradas en la labor humanística que realizaban los misioneros del siglo XVI…Las segundas estaban planadas para dar una preparación específicamente organizada y programada para el ejercicio de la docencia.

 

A partir de 1926, las escuelas normales rurales se multiplicaron en todo el país con un plan de dos años divididos en cuatro semestres. En este plan se vacía el contenido de los programas de las misiones culturales y se proponen dar los siguientes:

 

  1. “La preparación profesional necesaria que los capacitara para el ejercicio inteligente del magisterio en las comunidades rurales.”

  2. “La preparación practica conveniente en agricultura y cría de animales, oficios e industrias rurales, a fin de ponerlos en condiciones de promover efectivamente el progreso de las pequeñas comunidades.”

En 1933, se fusionaron con las normales rurales, algunas escuelas dependientes de la secretaria de agricultura y fomento, dando con ello un nacimiento de un nuevo tipo de instrucciones educativas: Las escuelas regionales campesinas, cuyo plan de estudios, de tres años era más amplio y por lo tanto más complejo. El maestro de estas escuelas, estaría en condiciones de ser a la vez que un buen mentor de la niñez, un consejero y conductor de adultos en la realización de sus tareas agrícolas. En 1940 las escuelas regionales campesinas desaparecen por acuerdo superior y se desglosan en las normales rurales por una parte y prácticas agrícolas por la otra, pero dependiendo ambas de la Secretaría de Educación Pública. Las primeras siguieron con un plan de cuatro años, para la segunda se elaboró un plan de estudios especial.

 

 

Unificación y un solo plan de estudios

 

   En las juntas de directores de escuelas normales urbanas y rurales, celebradas en 1942, se acordó unificar la enseñanza normal del país, adaptando un solo plan de estudios seis años para ambos tipos de escuelas. En 1954, la Junta de Educación Normal acordó reformar el plan y diferenciar un poco el que corresponde a las normales rurales del  que tendrán en lo sucesivo las urbanas.

 

Instituto Federal de Capacitación del Magisterio

Digno heredero de las misiones culturales, se fundó el 19 de marzo de 1945. Con el fin de capacitar a los maestros rurales en servicio, no titulados, que por diversas circunstancias habían sido admitidos en el sistema escolar primario. Su objetivo principal era capacitar por medio de cursos por correspondencia y cursos orales intensivos que habrían de durar seis años. El número de ellos ascendía a 17 000 maestros. Sobre sus programas decía el Doctor Jaime Torres Bodet lo siguiente:

 

– “Su propósito es el de ahondar en todo lo posible la formación humana de la cultura magisterial, avivando al mismo tiempo que el amor por la ciencia, el sentido de la belleza, el rigor ético de la conducta, el culto de la paz, de la democracia y la justicia y la comprensión de los imperativos sociales que son augurio y también amparo de toda actitud constructiva frente al destino.”

 

Cumplió su misión histórica

Se compensó a los maestros por el esfuerzo que realizaron con el beneficio económico de ir obteniendo por cada año en que alcanzan la aprobación de sus asignaturas una sexta parte de aumento en sus salarios, de modo que al llegar al sexto grado, quedan automáticamente con el salario de maestro normalista. Esta institución ha cumplido fielmente la misión histórica para la que fue creada; de sus aulas han salido maestros titulados que prestan sus servicios, desde el poblado más humilde, hasta la ciudad más populosa.

 

 

Fuentes consultadas:

 

– AGUIRRE Beltrán, Gonzalo. Teoría y Práctica de la Educación Indígena. México: SEPSETENTAS, 1973.

– ARREOLA Valenzuela, José Luis (coordinador). Escuela Nueva y Pedagogía. Estudiantes de Maestría en Pedagogía. IMCED. Durango: Intensivo 2ª generación 2002 – 2004.

– BLANCO, Joaquín. Se llamaba Vasconcelos. México: Fondo de Cultura Económica, 1993. 213 pp.

– BONFIL, Ramón G. La revolución agraria y la educación en México. México: Consejo Nacional para la Cultura y la Artes/Instituto Nacional Indigenista, 1992. 314 pp.

– CANTÓN Arjona, Valentina y Mario José Aguirre Beltrán. Revista “El Maestro” (1921-1923). México:

– DURANGO, Gobierno del Estado. Secretaría de Educación. 80 Aniversario de las Misiones Culturales. Durango, México: SEED, 2003.

– JIMENEZ Alarcón, Concepción. Rafael Ramírez y la Escuela Rural Mexicana. 2ª Edición. México: El Caballito/SEP, 1998.

– LARROYO, Francisco. Historia Comparada de la Educación en México. 11ª Edición. México: Porrúa, 1977. 589 pp.

– Misiones culturales en 1927. México: SEP. 1928.

– LEÓN Perea, Ana María. Historia de las Bibliotecas en Durango. México: CONACULTA/Dirección General de Bibliotecas, 1993. 378 pp.

– LOYO Bravo, Engracia. La casa del pueblo y el maestro rural mexicano. 2ª Edición. México: El caballito, 1998. 157 pp.                                                          

– REYES Rocha, José (coord.). El mundo de la docencia: José Vasconcelos, vida y obra (1882 – 1959). De los estudiantes de Maestría en Pedagogía IMCED–Central. Morelia, Mich. Generación 2000 – 2002. colección el valor de leer Nº 55 Morelia 2001. 115 pp

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