El próximo 14 de marzo de 2025, los cielos de México se iluminarán con un eclipse lunar total, un fenómeno que ha inspirado desde explicaciones científicas hasta mitos fascinantes a lo largo de la historia.
Según Star Walk, este evento será visible en diferentes partes del mundo y se posiciona como uno de los espectáculos astronómicos más esperados del año.
¿Dónde se podrá ver el eclipse lunar?
Este eclipse será visible en varios países de América, Europa Occidental y África occidental. Aunque claro, considera que tendrás que desvelarte para poder observar en plenitud este eclipse lunar.
En México veremos este eclipse desde la noche del jueves 13, hasta la madrugada del viernes 14 de marzo. Se trata de un espectáculo de varias horas, por lo que podrás, si quieres ver todas las etapas del eclipse .
El eclipse total comenzará a las 00:25 de la madrugada, tiempo del centro de México. La buena noticia es que no se necesita de algún equipo especial para poder verlo directamente.
Evento: Eclipse lunar total
Fecha: Noche del 13 y madrugada del 14 de marzo
Hora: Eclipse total a las 00:25, hora de México.
¿Qué es un eclipse lunar?
Un eclipse lunar ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyectando una sombra sobre el satélite. Durante este proceso, la atmósfera terrestre filtra la luz solar, dando a la Luna un tono rojizo característico, conocido como “Luna de sangre”.
Los eclipses de Luna se producen unas dos veces al año, cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean y la Luna cae bajo la sombra de nuestro planeta.
Existen tres tipos de eclipse lunar:
- Eclipse penumbral: Cuando la Luna pasa por la sombra parcial de la Tierra, provocando un leve oscurecimiento.
- Eclipse parcial: Cuando parte de la Luna entra en la sombra, pero no completamente.
- Eclipse total: Cuando toda la superficie de la Luna se sumerge en la sombra de la Tierra, provocando un espectáculo único.
Mitos y realidades del Eclipse Lunar
De acuerdo con National Geographic, desde las primeras civilizaciones, los eclipses han sido rodeados de creencias que mezclan lo místico con lo aterrador. En culturas como la mexica, se pensaba que una deidad devoraba al Sol o a la Luna, y los sacrificios humanos eran comunes para evitar desastres. Por otro lado, los mayas, con sus avanzados conocimientos astronómicos, lograban predecir estos fenómenos con gran precisión, dejando registros en códices como el de Dresde.
Uno de los mitos más persistentes ha sido la relación entre eclipses y terremotos. Esta idea proviene de interpretaciones religiosas, como las descritas en la Biblia, que asocian eventos astronómicos con catástrofes. Sin embargo, científicos e investigadores han desmentido cualquier vínculo entre ambos fenómenos. Si bien el Sol y la Luna afectan las mareas, no tienen influencia directa en los movimientos tectónicos de la Tierra.
Otro mito popular involucra los efectos de los eclipses en mujeres embarazadas. Durante generaciones, se creyó que mirar directamente un eclipse podría causar malformaciones congénitas en los bebés, como labio leporino, manchas en la piel o incluso abortos espontáneos.
Algunas culturas recomendaban a las embarazadas usar objetos protectores, como un hilo rojo alrededor de su cintura. No obstante, estudios científicos han descartado cualquier relación entre los eclipses y malformaciones, enfatizando que estos temores no tienen base científica.
De igual forma también se habla de la supuesta radiación peligrosa emitida durante un eclipse, capaz de dañar alimentos o envenenar a quienes lo presencian. En realidad, los eclipses no generan ningún tipo de radiación extraña. Durante un eclipse lunar, la Tierra bloquea los rayos solares directos, y la luz reflejada es segura para observar sin riesgos.
En la actualidad, algunos mitos han tomado un giro científico. Por ejemplo, se ha afirmado que durante un eclipse solar o lunar “perdemos peso”. Aunque esta idea tiene algo de cierto, su impacto es mínimo. Durante un eclipse, la alineación gravitacional de la Tierra, el Sol y la Luna genera una ligera reducción en la fuerza gravitatoria terrestre, equivalente a unas pocas decenas de gramos, pero no afecta nuestra masa.
Fuentes: El Universal, N+,