Una historia de traiciones como las de Anaya no se olvidan. Él traicionó a propios y a extraños. Cercanos y lejanos. Hizo a un lado a Margarita Zavala y a Felipe Calderón y a muchos, para imponerse como candidato presidencial por el PAN.
Tuvo poder, se subió a un ladrillo y se mareó. Perdió el piso y se creyó tocado por Dios y por la Virgen. Fue arrogante, manipulador y voraz. Su peor error fue gritar públicamente que siendo presidente metería a prisión a Peña Nieto (frente a esto, EPN le dio el respaldo a AMLO)
Ricardo Anaya se perdió un tiempo y en los últimos se ha dedicado a su defensa. Esta semana dará mensajes en redes previo a su audiencia.
El final es de película: si sale bien librado seguirá siendo un crítico permanente de AMLO y de la 4T y, si es vinculado a proceso muchos lo festejarán.
El controvertido Ricardo Anaya es escena.