Por: Héctor Andrade Chacón / @hectorandrade70
Esta semana la flamante presidenta municipal de Guanajuato Capital, Samantha Smith Gutiérrez, ha sido objeto de una infundada crítica, tras ocupar una posición dentro de la Comisión de Igualdad de Género el polémico neomorenista, Julio César García Sánchez, quien hace más de seis años estuviera involucrado en un incidente de violencia doméstica.
La determinación no la ha tomado la alcaldesa, sino que se ha hecho a partir de acuerdos entre los representantes de los diferentes partidos políticos en el Cabildo. Si bien Samantha es la titular de la administración municipal, en el Ayuntamiento, órgano de decisiones colegiadas, es una más de sus integrantes y a lo sumo lidera políticamente la mayoría como cabeza de la planilla que obtuvo la victoria electoral.
La presencia de Julio César García en el cabildo cuevanense, es mérito de Morena, partido que lo postuló, amén de que su participación dentro de la Comisión de Igualdad de Género ha sido a propuesta de la representación edilicia morenista.
El regidor morenista, de aquel episodio que llegó a tribunales y por el cual fue separado en el Ayuntamiento que presidía Edgar Castro, ya ha cumplido lo que la justicia le ha impuesto como sanción, de manera tal que no puede ser “castigado” negándosele pertenecer a la comisión, donde, dicho sea de paso, estará sujeto a permanente escrutinio dada la naturaleza de sus antecedentes.
Se ha dicho que la propia gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, habría pedido que se le removiera de la Comisión. De ser así, la mandataria estatal estaría incurriendo en una práctica nociva de intervencionismo en un ente autónomo, sujeto a sus propias decisiones como le otorga el 115 constitucional; sería tanto como aceptar que Claudia Sheinbaum le tratara de imponer nombramientos en el Gobierno del Estado.
De manera adicional, se estaría estigmatizando al regidor morenista con base a hechos del pasado por los cuales ya pagó su falta ante la justicia. Una total violación a sus derechos políticos y humanos.
La verdad sea dicha, la vida política del Ayuntamiento capitalino debe dejarse fluir dentro de sus libertades y competencias, atendiéndose al respeto de sus derechos y a la consecuencia de sus actos. Caer en la praxis de “cancelación”, tara de la modernidad, en decisiones de este orden, llevaría a peligrosos precedentes de revisionismo perverso.
Tampoco puede soslayarse que, hasta ahora, la alcaldesa Smith Gutiérrez ha hecho lo necesario para alcanzar gobernabilidad bajo consensos en el Ayuntamiento. El que Julio César García esté ahí, habla de que es posible la readaptación social, uno de los principios de la justicia mexicana. El regidor deberá demostrar que sus compañeros y compañeras de Cabildo no se equivocaron al asignarle espacio en la Comisión que velará por impulsar las políticas de género en la capital del estado.
Respeto a los animales en San Miguel de Allende
No cabe duda que hay manos que desde la oscuridad mueven hilos para tratar de dañar el prestigio del gobierno municipal de San Miguel de Allende y, con ello, de su presidente, Mauricio Trejo Pureco. Ahora le han soltado un viejo video, como si fuera documento de un hecho reciente, donde se observa la crueldad con la que empleados municipales sacrifican perros en control animal.
Quienes le dieron nuevo aire al video, lo hicieron con la idea de engañar en las redes sociales y causar escándalo contra el gobierno sanmiguelense. En el proceso, incautos y malévolos, han hecho eco de ello desde los medios de comunicación y desde la política. Nadie atinó a investigar primero, antes de condenar.
El video, tomado hace más de un año, provocó en aquel momento el despido de los empleados que cometieron maltrato animal e hizo que la administración de Trejo Pureco emitiera un protocolo de atención a los peludos atendidos en el Centro de Control Animal, en coordinación con asociaciones civiles dedicadas al salvamento de estos seres sintientes.
Todo esto fue pasado por alto cuando comenzaron las condenas inmediatas a Mauricio Trejo y su gobierno. En redes sociales fue claro que manos morenistas atizaron el fuego; vaya hasta insultando a la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, dentro de sus exigencias de “detener la atrocidad”.
Lo sucedido pone sobre la mesa, sobre todo para los actores políticos, a poner la razón por delante y cerciorarse de los hechos antes que responder en la inmediatez a comentarios en redes sociales, que primordialmente se han convertido en campos de batalla o lodazal para cochinadas políticas, como en este caso.
Indistinto a ello, se pudo conocer que ya había, desde hace más de un año, acciones contra la violencia que se ejercía contra los animales en San Miguel de Allende. Eso sí, quedando también al descubierto que hubo omisión al no haberse enviado al Ministerio Público a los maltratadores, algo que aún se puede corregir en San Miguel de Allende.
Tomado de Paralelo X.