Por Fidel Ramírez Guerra / @periodistafrg
Andrés Manuel es de origen priista y sus prácticas son priistas. La empresa Gas del Bienestar va. Los apoyos directos a adultos mayores se mantiene. Su discurso de rectoría, de nacionalismo sigue. En general Morena va como partido de Estado. La práctica del corporativismo. Esto es, una serie de estructuras del gobierno para organizar en redes a seguidores y ciudadanos.
Morena en el poder provocó la conformación de dos grandes grupos: los del centro, ex priistas, a cuya corriente pertenece AMLO, y la izquierda, con Claudia Sheinbaum a la cabeza. Estos dos grupos trabajan por separado y confrontados por el 24.
En Guanajuato estos dos grupos aterrizan en tres corrientes. Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Mario Delgado son los líderes de Ernesto Prieto y de Ricardo García Oseguera. De esta corriente Malú Mícher tiene línea directa con Marcelo. Claudia es la cabeza del grupo de Antares y por separado, del delegado federal Mauricio Hernández Núñez.
Este acomodo de grupos cupulares ha dejado fuera a las bases. En particular en Guanajuato existe mucha inconformidad porque los fundadores no son tomados en cuenta. Así ocurrió en las designaciones de las candidaturas y así está ocurriendo con la organización de la consulta popular del uno de agosto y así se prevé para la renovación de la dirigencia estatal. Las bases no son tomadas en cuenta. Nada de extrañar. Ocurre.
Lo importante es este desplazamiento natural que se da es qué tanto se puede dar la rebelión de las bases. Si no se da y hay un alejamiento, el mismo partido sufrirá las consecuencias futuras en las elecciones. El reto de Morena sigue siendo el mismo: el agandalle de posiciones y la imposibilidad de convertir el movimiento en partido.