AMLO sacó el colmillo con carambola de tres bandas: coloca a uno de sus leales en la operación política en la SEGOB, regresa a Olga al Senado para sacar reformas y le resta libertad a Ricardo Monreal. Presión también para Claudia y para Marcelo. Ya hay otro gallo para el 24.

Es común que el candidato a la presidencia salga del gabinete. De preferencia de la primera fila. Y ese asiento es Gobernación. Algo más: Adán Augusto es de los leales a López Obrador. Así, para la recta final de su gobierno el presidente tendrá un operador político y un precandidato más para la grande. Abre el juego.

Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard traen un serio desgaste por la L12. Tomando en cuenta los resultados de las elecciones del 6 de junio en la CDMX, a ninguno de los dos les alcanza. Ambos tienen y tendrían un severo voto de castigo de la Ciudad y del Estado.

Por alguna razón Ricardo Monreal no es del agrado de Andrés Manuel. No solamente no lo menciona como posible sucesor sino que no confía en él y ya le mandó a Gabriel García y a Olga Sánchez para restarle margen de acción política.

No le quedan muchos caminos a Monreal. Rico ya es, junto con su familia. O sigue en la 4T o va contra la cuarta. Capacidad de narrativa y argumentación la tiene. Ni cuenta con un vasto grupo político ni económico pero puede ser una pieza fundamental que articule al interior de la 4 o en contra.

Andrés Manuel quiere hacer historia y a toda costa tratará de dejar un gallo ganador. Lo peor que le pueda ocurrir es que Morena y aliados pierdan la elección en el 24. Entonces sí la 4T habría sido un muy mal chiste.

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