México lidera como el principal destino de residuos peligrosos exportados por empresas de Estados Unidos, concentrando más de la mitad del volumen total de estos desechos.
Caso de Zinc Nacional
Desde que era niño, recuerda Eduardo Ávila, tenía vecinos que se quejaban de la contaminación generada por Zinc Nacional, ubicada en la Colonia Lomas del Roble, en San Nicolás, Nuevo León.
Conforme pasaron los años, la empresa recicladora de polvos de acero fue ampliándose, y también crecieron sus emisiones, al grado que algunos días sienten mucha irritación en las vías respiratorias, dijo el habitante de la Colonia Villas de Anáhuac, ahora de 45 años.
“Se nota (la contaminación), aunque lo hacen cuando está lloviznando o está muy nublado, se nota el humo más oscuro y cala”, indicó.
“Es muy irritante el tóxico ese que avientan”.
EL NORTE publicó un análisis toxicológico realizado en 2024 por la UNAM, en colaboración con The Guardian y Quinto Elemento Lab, reveló la presencia de altas concentraciones de plomo y arsénico en casas y escuelas alrededor de la planta de Zinc Nacional.
La empresa recicla residuos de acería provenientes de Estados Unidos, que en muchos países son considerados como peligrosos.
Localizada en Lomas del Roble, la planta colinda con las colonias Villas de Anáhuac, Rincón de Anáhuac, Residencial Anáhuac y Lázaro Cárdenas.
“Como que limpian sus chimeneas, o no sé qué es lo hagan, pero aprovechan cuando hay densidad, cuando está muy densa la niebla o la llovizna, para que, yo me imagino, que se limpie o se mezcle (la contaminación), qué sé yo, pero cala”, expresó Ávila.
“Empieza uno a toser, empieza uno a tener irritación en las vías respiratorias, pero no es de ahorita, yo tengo aquí 42 años viviendo y desde que llegamos está la empresa”.
Pero las emisiones atmosféricas no son el único modo de contaminación de la empresa. Gustavo Cerrillo, de 59 años y vecino de Villas de Anáhuac, indicó que cuando llueve, el agua que baja del Cerro del Topo Chico arrastra parte del material.
“El problema aquí con Zinc que tenemos, es que desde hace tiempo arrastra residuos cuando hay demasiada lluvia”, explicó el vecino.
“Llueve y al pasar por abajo de Zinc, pues pasa por sus áreas, es como cualquier fábrica, tienen sus residuos en toda el área, de hecho, son áreas contaminadas”.
La Primaria Lázaro Cárdenas, donde el estudio realizado por la UNAM detectó elevadas cantidades dfronte residuos de plomo y arsénico, tiene en la fachada del plantel la frase “Zinc Nacional, apoyando la educación”, además del logo del Gobierno del Estado.
Aunque se solicitó una entrevista con el director del turno vespertino, dijeron que no estaba disponible.
También se buscó la versión del Colegio Americano Anáhuac, pero tampoco hubo respuesta.
¿Qué residuos peligrosos llegan a México?
En 2022, las empresas de Estados Unidos enviaron casi 1.3 millones de toneladas de residuos tóxicos a diferentes países, de los cuales México recibió el 54%. Entre los materiales importados destacan:
- Polvos de acería.
- Baterías usadas de autos.
- Solventes tóxicos.
El residuo más importado son las baterías usadas, con cerca de 500 mil toneladas enviadas anualmente. Estas se procesan para recuperar plomo, un metal tóxico que puede causar daños graves al cerebro y al sistema nervioso.
Monterrey: El epicentro del manejo de residuos peligrosos
Dentro de México, la zona metropolitana de Monterrey es el principal destino de estos desechos. Según un estudio realizado por un investigador de toxicología de la UNAM en colaboración con The Guardian y Quinto Elemento Lab, en San Nicolás de los Garza, cerca de la planta Zinc Nacional, se detectaron niveles elevados de plomo, cadmio y arsénico en hogares y escuelas.
Estos hallazgos revelan riesgos potenciales para la salud de las comunidades cercanas, que podrían estar expuestas a contaminantes asociados con la actividad industrial.
Impacto ambiental y regulaciones internacionales
El comercio de residuos peligrosos entre países está regulado bajo acuerdos internacionales y es legal en Estados Unidos. Sin embargo, las leyes estadounidenses establecen que la responsabilidad de las empresas exportadoras termina una vez que los residuos cruzan la frontera. Esto genera preocupaciones entre expertos, quienes señalan que los países receptores, como México, pueden enfrentar dificultades para monitorear y gestionar este tipo de desechos.
Es una forma de explotación y de injusticia ambiental que se produce con el envío de residuos peligrosos de los países más ricos a los menos ricos”, señaló Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes, una organización mexicana que investiga la contaminación industrial.
Mientras que en Canadá
De acuerdo a una investigación realizada por the Guardian y Quinto Elemento Lab, en Quebec, Canadá, se han detectado altos niveles de arsénico en las uñas de niños y adultos que viven cerca de una fundidora que procesa desechos electrónicos, incluidos materiales procedentes de Silicon Valley y de otros lugares de EU.
En otro lugar de la provincia de Quebec, una parte de los residuos tóxicos son enterrados en celdas gigantes cerca de un humedal.
Permitir que los residuos peligrosos atraviesen la frontera y no estén sujetos al control regulatorio de EU es particularmente problemático cuando terminan en lugares donde la gestión medioambiental está desactualizada, o es inadecuada o inexistente, dicen los especialistas en temas ambientales.
Pero incluso en Canadá, donde las regulaciones son más estrictas, hay ejemplos que plantean la cuestión de si es ambientalmente responsable que las compañías de EU envíen sus residuos allí.
“¿Cómo podemos aceptar ser el basurero de Estados Unidos?”, dijo Martine Ouellet, exministra de Recursos Naturales de Quebec, quien ahora dirige el partido Climat Québec. La exfuncionaria lucha para detener la expansión de un vertedero cercano a Montreal, que recibió casi 43,000 toneladas de desechos peligrosos estadounidenses en 2022. “Es una locura que importemos todos estos residuos tóxicos”.
“Lo llamamos colonialismo de los residuos”, dijo Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes, una organización mexicana sin fines de lucro especializada en la contaminación química e industrial. “Es una forma de explotación y de injusticia ambiental que se produce con el envío de residuos peligrosos de los países más ricos a los menos ricos. Es Estados Unidos tratando a México como su patio trasero”.
Las empresas que procesan los residuos en Canadá y México argumentan que es posible disponer de ellos o reciclarlos de manera responsable.
La responsabilidad termina en la frontera
Las leyes estadounidenses exigen que las empresas que generan residuos peligrosos sean legalmente responsables de su manejo “desde la cuna hasta la tumba”, lo que significa que deben manejarlos de manera segura desde el momento en que los generan y hasta que disponen de ellos, y deben asumir la responsabilidad financiera por cualquier contaminación que se genere.
Pero esta responsabilidad termina en la frontera. Los tratados transfronterizos, algunos de los cuales datan de la década de 1980, permiten que los residuos peligrosos salgan del país hacia los socios comerciales más cercanos de EU, siempre que el país receptor dé su consentimiento y la empresa que recibe los residuos se comprometa a manejarlos de manera segura.
Una vez exportados los residuos peligrosos, EU ya no tiene autoridad para regularlos.
Barnes Johnson, exdirector del área de la EPA que monitorea la exportación de residuos, explicó que esta agencia no tiene manera de supervisar las emisiones o la seguridad de las fábricas que procesan los desechos en los países receptores, como lo hace en las plantas de EU. Así que es difícil que los reguladores estadounidenses sepan exactamente qué ocurre con los materiales peligrosos una vez que salen de sus fronteras.
“Nadie sabe qué está ocurriendo con las emisiones de las distintas plantas que hay en México”, dijo Johnson. “No sabemos qué tipo de supervisión tienen ni qué tipo de exposición y riesgos pueden estar causando. Se oyen anécdotas sobre importantes problemas de salud pública”.
Caso Temarry
“Puede ser difícil de imaginar, pero transportar residuos peligrosos a México no sólo es legal, sino que en muchos casos, es realmente más barato, más seguro y tiene un menor impacto ambiental que otras formas de eliminación”, anuncia un folleto en línea de Temarry Recycling, que tiene una planta de reciclaje en Tecate, Baja California. “Al transportar residuos peligrosos a Temarry en México, la responsabilidad legal de los generadores estadounidenses por los residuos termina en la frontera de Estados Unidos”.
Temarry maneja solventes y otros residuos químicos que van desde líquidos de tintorería hasta combustible de aviación. Los solventes, como el thinner, son productos químicos utilizados en la industria para disolver, diluir o extraer otras sustancias. Son uno de los tipos de residuos peligrosos que envían de EU a México y que suscitan preocupación.
Temarry recibió en México unas 6,300 toneladas de solventes tóxicos y mezclas químicas en 2022. En su publicidad afirma que recibe desechos de empresas estadounidenses y los destila en solventes limpios o los quema para la recuperación de energía, y vende los sobrantes a hornos de cemento como combustible.
Pero los problemas de la empresa han sido bien conocidos. Triumvirate Environmental, una empresa estadounidense que compró a Temarry en 2021, planteó en un litigio que los equipos de la empresa en México ernan “lamentablemente inadecuados para probar, analizar y procesar” los desechos que había prometido manejar. También alegó que sus empleados atestiguaron cuando el exdirector de la empresa en México dio la orden a un chofer para que llevara los residuos a un lugar no autorizado y los arrojara a cielo abierto.
Troy Romero, abogado del exdirector Matt Songer, dijo que su cliente niega todas estas acusaciones y que Triumvirate presentó esos argumentos como defensa en la demanda por incumplimiento de contrato que Songer presentó en su contra.
La planta de Temarry en Tecate, cerca de la frontera con California, estuvo cerrada durante dos meses en 2022, luego de que una reacción química provocó la liberación de químicos y olores fuertes al aire de la zona, de acuerdo con información del ayuntamiento. Las autoridades locales criticaron a la empresa por carecer de procedimientos para atender derrames y por no etiquetar correctamente sus productos químicos, según el semanario local Zeta.
Una investigación de 2023 sobre Temarry realizada por la organización periodística Calmatters reveló un historial de violaciones medioambientales y reportes de vecinos que afirmaban haber enfermado debido a los olores provenientes de la planta.
Ejecutivos de la empresa declinaron hacer comentarios a the Guardian y Quinto Elemento Lab. Al momento del suceso en 2022, los responsables de la compañía emitieron un comunicado en el que afirmaron que las “operaciones son legales y cumplen las normas más estrictas de seguridad y protección del medio ambiente”, según publicó Zeta.
Otros destinos de los residuos peligrosos
Además de México, Estados Unidos envía residuos tóxicos a Canadá y Corea del Sur, que ocupan el segundo y tercer lugar en volumen de recepción, respectivamente. Sin embargo, México sobresale al recibir más de la mitad de estos materiales, destacando su papel central en este comercio.
Riesgos para la salud y desafíos de vigilancia
La capacidad limitada para monitorear y controlar el manejo de residuos peligrosos en México es una de las principales preocupaciones.
Expertos advierten sobre los posibles impactos negativos en las comunidades cercanas a las plantas recicladoras y el medio ambiente, destacando la necesidad de reforzar las regulaciones y el monitoreo de este comercio.
Fuentes: Reforma, El Imparcial, Zeta,