Un antiguo maxilar descubierto en Taiwán pertenecía a un enigmático grupo de primeros ancestros humanos llamados denisovanos, según un estudio.
Se sabe relativamente poco sobre los denisovanos, un grupo extinto de primos humanos que interactuaron con los neandertales y nuestra propia especie, Homo sapiens.
Este descubrimiento, publicado en la revista Science, convierte a Taiwán en el tercer lugar del mundo con restos confirmados de denisovanos y sugiere que estos antiguos homínidos ocuparon una zona mucho más extensa de Asia de lo que se pensaba hasta ahora.
“Los fósiles denisovanos son muy escasos”, con solo unos pocos hallazgos confirmados en Asia Oriental, afirmó Takumi Tsutaya, coautor del estudio en la Universidad de Graduados para Estudios Avanzados en Japón.
Hasta ahora, los únicos fósiles denisovanos conocidos incluyen maxilares parciales, algunos dientes y parte de un hueso de dedo encontrados en cuevas de Siberia y Tíbet. Algunos científicos creen que los fósiles encontrados en una cueva en Laos también podrían pertenecer a los denisovanos.
¿Qué revela el análisis sobre la mandíbula de Taiwán?
Los investigadores emplearon una técnica de vanguardia que analiza proteínas para determinar a qué especie pertenecía la mandíbula, algo que había sido un misterio desde su descubrimiento a principios de la década del 2000 en la costa oeste de Taiwán. Identificaron dos variantes proteicas en los fragmentos (parte de una mandíbula inferior con cinco dientes) que coincidían con las encontradas en el genoma de un espécimen denisovano descubierto previamente en Siberia. Así, el pionero análisis concluyó que se trataba de un individuo denisovano (un macho, por los marcadores vinculados al cromosoma Y que encontraron), un grupo extinto poco conocido, estrechamente relacionado con los neandertales y los humanos modernos, que vagó por Asia durante el Pleistoceno.
El fragmento de mandíbula, bautizado como Penghu 1, junto con varios fósiles de animales, fue extraído a 25 kilómetros de la costa de Taiwán durante una expedición de pesca en el canal de Penghu, cerca del estrecho de Taiwán, que antaño era tierra firme. No habían logrado nunca determinar su exactitud dentro del árbol genealógico humano. Hasta ahoa.
“Hemos determinado y demostrado en los últimos dos años que estas proteínas pueden sobrevivir más tiempo que el ADN, y que si logramos una recuperación adecuada, podemos obtener información sobre la ascendencia evolutiva de un espécimen”, explicó Frido Welker, profesor asociado de paleoantropología biomolecular en el Instituto Globe de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y coautor del estudio.
Denisovanos en Asia: de Siberia al sudeste asiático
Se han encontrado restos denisovanos en Siberia, en la cueva de Denisova, por la que recibieron este nombre; también en China, en la cueva de Baishiya, en la meseta tibetana y ahora… también en Taiwán. Se trata del primer resto de denisovano identificado en esta región. Pero hay muy pocos huesos de denisovanos en el mundo, por lo que, principalmente, se identifican por su ADN al ser parientes humanos extintos que vivieron al mismo tiempo que los neandertales y Homo sapiens.
En este caso, tuvieron que basarse en el análisis molecular (paleoproteómica), ya que no pudieron extraer ADN del fósil. El análisis de proteínas antiguas se basa en extraer proteínas del hueso y el esmalte dental y someter las muestras a espectrometría de masas, por ejemplo e inferir el perfil del individuo en cuestión.
Un fósil clave para entender la evolución humana y la migración ancestral
Los investigadores explicaron en su trabajo que el descubrimiento en Taiwán refuerza la idea de que los denisovanos ocuparon una vasta extensión a lo largo del este de Eurasia, abarcando diferentes entornos. Lo siguiente será utilizar la paleoproteómica para identificar más huesos arcaicos del género y poder seguir desentrañando este misterio antropológico.
“Ahora está claro que dos grupos de homínidos contrastantes —los neandertales con dientes pequeños y mandíbulas altas pero gráciles, y los denisovanos con dientes grandes y mandíbulas bajas pero robustas (como población o como personaje masculino)— coexistieron durante finales del Pleistoceno Medio y principios del Pleistoceno Tardío de Eurasia”, concluyen los expertos.
A continuación 5 datos clave para saber todo sobre esta especie extinta que vivió en Siberia y el Este de Asia.
1. ¿Quiénes eran los denisovanos?
En resumen: ni siquiera los científicos están seguros. Pero, según investigaciones, los denisovanos son un pariente extinto de los humanos modernos que vivieron en Siberia y el Este de Asia.
Algunos expertos han argumentado que los denisovanos son una especie completamente nueva de nuestro género, pero otros piensan que son simplemente neandertales orientales.
Desafortunadamente, es difícil saber el período exacto en el que caminaron por nuestro planeta, ya que se han descubierto muy pocos fósiles de los denisovanos.
Sin embargo, los fósiles indican que habitaron la cueva de Denisova, en el sur de Siberia (de ahí la palabra “denisovanos”), entre 50.000 a 200.000 años atrás. Además, una mandíbula de un denisovano descubierta en una cueva en la meseta tibetana indica que se pudieron encontrar en la región hace al menos 160.000 años.
Estos hallazgos sugieren que los denisovanos eran contemporáneos de los neandertales e incluso del Homo Sapiens (que surgió por primera vez hace unos 300.000 años). De hecho, la evidencia de ADN indica que tanto los neandertales como los denisovanos vivían en la cueva de Denisova, aunque probablemente no al mismo tiempo.
2. ¿Cómo fueron descubiertos los denisovanos?
Los denisovanos fueron el primer grupo de humanos que se descubrió basándose únicamente en su ADN.
Sin embargo, esto fue en gran parte por accidente.
En 2010, un genetista alemán, el profesor Johannes Krause (entonces estudiante de doctorado), estaba extrayendo ADN mitocondrial de lo que pensó que era un hueso de dedo de un neandertal encontrado en la cueva de Denisova.
Pero no era un neandertal. En cambio, Krause se había topado con un nuevo linaje: los denisovanos.
Este hallazgo dejó a los investigadores en una posición extraña y sin precedentes: tener secuenciado todo el genoma de un denisovano sin tener un solo fósil significativo, además de algunos pequeños fragmentos de hueso y dientes.
Luego, en 2019, se analizó la mitad derecha de una mandíbula encontrada durante la década de 1980 en la cueva kárstica de Baishiya, de la meseta tibetana. Si bien no se le pudo extraer el ADN, los análisis de proteínas indicaron que pertenecía a un denisovano.
Muchos sospechan que varios fósiles de homínidos del Este de Asia también son de denisovanos y se han clasificado erróneamente como otras especies. Pero sin análisis exitosos de ADN o proteínas, y pocos fósiles denisovanos con los que compararlos, simplemente no lo sabemos.
3. ¿Qué aspecto tenían los denisovanos?
Incluso con cientos de fósiles, todavía tenemos muchas preguntas sobre cómo eran los neandertales. Y es que es muy difícil imaginar cómo es una especie descubierta en 2010 sin siquiera tener un cráneo parcial a su nombre.
Pero aunque determinar cómo eran los denisovanos es increíblemente difícil, hay algunas pistas. Los pocos fósiles que existen sugieren que tenían dientes y una mandíbula grande, y posiblemente un neurocráneo aplanado y ancho.
Sorprendentemente, su apariencia se puede recrear en parte mediante una nueva técnica que utiliza la metilación del ADN. Es decir, en lugar de examinar el ADN en sí, se analiza la actividad del ADN y cómo se expresa.
Usando este método los científicos predicen que los denisovanos tenían una pelvis ancha, una caja torácica grande, una frente baja y un cráneo más ancho.
4. ¿Se aparearon alguna vez con los neandertales?
¡Sí! De hecho, un pequeño fragmento de hueso de 2,5 cm encontrado en la cueva de Denisova en 2012 dio pistas de aquello.
Al principio, no fue reconocido y estuvo escondido junto a miles de fragmentos de huesos de animales durante cuatro años. Sin embargo, después de ser identificado como un hueso de homínido por investigadores de la Universidad de Oxford, fue enviado al Instituto Max Planck para su posterior análisis.
¿El resultado? En 2018 se anunció que este hueso de 90.000 años pertenecía a Denny (como se la conocía cariñosamente), una niña de madre neandertal y padre denisovano.
¿Qué tan improbable es que con poco más de una docena de fragmentos fósiles denisovanos en existencia, uno pertenezca a un “híbrido” así? ¿Fue una casualidad o ese apareamiento sucedía todo el tiempo?
5. ¿Por qué murieron los denisovanos?
No estamos exactamente seguros de cómo se extinguieron los denisovanos. Ciertamente es posible que el Homo Sapiens haya superado a los denisovanos, pero, de nuevo, no hay pruebas de ello.
Ni siquiera estamos seguros de cuándo se extinguieron. Hay pruebas de ADN limitadas que incluso sugieren que pueden haber sobrevivido en Nueva Guinea o en las islas circundantes hasta hace 15.000 o 30.000 años.
Sin embargo, sabemos que el Homo Sapiens se apareó con los denisovanos en numerosas ocasiones, y que este mestizaje benefició a los humanos de hoy.
Por ejemplo, la variante del gen EPAS1 que los tibetanos y sherpas modernos heredaron de los denisovanos los hace adaptarse mejor a altitudes elevadas, protegiéndolos de la hipoxia (una condición en la que los tejidos del cuerpo se ven privados de oxígeno).
De manera similar, los científicos incluso han descubierto que algunas poblaciones modernas en Oceanía tienen un sistema inmunológico que está parcialmente codificado (y reforzado) por el ADN adquirido de los denisovanos.
Fuentes: Proceso, National Geographic, BBC.