Tener peyotes en casa sin permiso te podría generar una multa de hasta 3 millones de pesos

Luego de que elementos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Guardia Nacional aseguraran ocho ejemplares de peyote (Lophophora diffusa) en el Aeropuerto Internacional de Querétaro, las autoridades ambientales recordaron que hay sanciones administrativas y penales por el tráfico de peyote y otras cactáceas protegidas.

No se pueden tener estas cactáceas en casa, a menos que se tenga permisos específicos emitidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para su cultivo o conservación bajo fines científicos, educativos o culturales.

Por tanto, la posesión sin autorización es ilegal y podría derivar en multas de hasta 3 millones de pesos y procesos penales federales; además claro del aseguramiento de las plantas.

¿Por qué se prohíbe?

En México, algunos cactus están catalogados como especies en peligro de extinción debido a su explotación desmedida y al tráfico ilegal.

Entre ellos se encuentra el peyote (Lophophora williamsii), un cactus pequeño, pero de gran valor ecológico, cultural y espiritual.

Esta especie catalogada como amenazada tanto por la NOM-059-SEMARNAT-2010 como por el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

El peyote es un cactus endémico del semidesierto mexicano, conocido por su uso ancestral en rituales sagrados de comunidades indígenas, especialmente del pueblo wixárika.

Esta planta crece de forma muy lenta y ha sido víctima de la sobreexplotación, principalmente por el interés comercial y turístico, lo cual ha acelerado su desaparición en diversas zonas.

¿Cuál es la multa por tener el cactus peyote?

El peyote, sagrado para indígenas norteamericanos, se ve amenazado por renacimiento psicodélico | AP News

De acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre, la posesión ilegal de especies protegidas como el cactus peyote puede derivar en sanciones que van desde decomisos hasta multas que alcanzan los 3 millones de pesos, dependiendo de la gravedad de la infracción y el número de ejemplares involucrados.

Este tipo de casos no son aislados. En abril de 2025, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), con apoyo de la Guardia Nacional, decomisó ocho ejemplares de peyote en el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro, lo que evidencia la intensificación de los operativos para frenar su tráfico ilegal.

Las principales autoridades encargadas de hacer cumplir esta regulación son:

  • Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente)
  • Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales)
  • CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas)

¿Cómo tener legalmente un cactus peyote?

Si te interesa tener un cactus que esté bajo protección ambiental, hay formas legales de hacerlo:

  • Adquiere ejemplares en viveros certificados, los cuales deben contar con permisos de Semarnat para su reproducción y venta.
  • Solicita autorización directamente a Semarnat si el objetivo es la conservación, investigación o educación ambiental.
  • Evita comprar en mercados informales, ya que comúnmente estos ejemplares provienen del saqueo de su hábitat natural.
  • En caso de que ya se tenga un cactus peyote sin permiso, la Profepa puede orientar sobre cómo regularizar su situación.

Además, cualquier ciudadano puede denunciar el tráfico de especies a través del número 800-PROFEPA (800 776 33 72) o al correo denuncias@profepa.gob.mx.

Respecto a los peyotes incautados, fueron entregados a los inspectores federales; serán trasladados a un Predio o Instalación que Maneja Vida Silvestre (PIMVS) autorizado por la Semarnat, donde deberán tener cuidados hasta que la Fiscalía General de la República (FGR) determine lo conducente.

El consumo de peyote como un ritual sagrado

Desde tiempos prehispánicos, el territorio Wirikuta es considerado como sagrado para los huicholes y los rarámuris o tarahumaras. Estos grupos realizan todos los años una peregrinación en mayo por el desierto para llegar hasta el Cerro del Quemado. Según sus creencias, en este camino asomó el sol por primera vez en la historia, por lo que la tradición indica que una vez que se llega a las faldas de la montaña hay que comer peyote.

La comunidad indígena le ha dado a este cactus un simbolismo excepcional; para ellos es tan podemos como el dios Hikuri (el venado azul); por eso acostumbran extraer su pulpa y utilizarla como medicina para el cuerpo y el espíritu. El consumo de esta planta se realiza con el acompañamiento de un mara’akame o chamán, que también guía la peregrinación. Es importante recalcar que para ellos, esto es una ceremonia religiosa para la cual es necesario purificarse mediante ayunos, confesiones y baños rituales.

Al tratarse de un cactus de una gran importancia, los huicholes la colectan de una forma en la que aseguran su conservación. Los chamanes obtienen la carne del espécimen al cortarlo (con una piedra plana) justo al ras de la tierra y sin comprometer la raíz, lo que permite que pueda nacer otro botón.

El peyote está en peligro de extinción

El peyote, en riesgo | Mundua | Naiz

Para la ciencia el peyote es una planta alucinógena con diversas propiedades medicinales. Entre ellas destacan sus cualidades como analgésico, laxante y antídoto para el veneno de alacrán y víbora. Es por esto que su uso se ha popularizado como narcótico. La mala noticia es que, a diferencia de las prácticas hechas durante los rituales indígenas, su recolección para fines meramente recreativos se hace de forma indiscriminada y sin procurar su preservación, por lo que ya se encuentra en peligro de extinción.

Por otro lado, la conservación de esta especie se vuelve un verdadero reto, ya que tarda 15 años en crecer y al tener sustancias psicoactivas hay cuestiones legales a tomar en cuenta alrededor de su plantación. En especial porque no está permitida la reforestación o reintroducción de este tipo de cactus y los únicos que legalmente pueden portarlo son los miembros de las comunidades indigenas que lo consideran sagrado.

Es por lo anterior que su conservación recae sobre todo en estas comunidades. Sin embargo es necesario buscar la forma de impulsar su preservación, ya que, además de la importancia cultural que conlleva, se trata de un tipo de flora endémica que sólo se encuentra en el norte de nuestro país y el sur de Estados Unidos.

Fuentes: Informa Oriente, Excélsior, Travesías Digital. 

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