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Tener esta biznaga en casa podría costarte una multa de hasta 360 mil pesos

Conocida como biznaga de dulce, tonel o burra, el acitrón es un cacto globoso sujeto a protección especial, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.

En México, la extracción y posesión de biznagas, cactáceas endémicas del territorio nacional, está estrictamente regulada por la ley.

Esto se debe a que su uso para la elaboración del tradicional acitrón ha llevado a esta planta a una situación crítica de conservación.

Debido a su lento crecimiento y la alta demanda en mercados y cocinas, la biznaga en peligro se ha convertido en el foco de nuevas políticas ambientales que contemplan sanciones económicas severas.

¿Cuáles son las multas por tener la biznaga en casa y vender su acitrón?

La obtención del acitrón ilegal proviene de la pulpa de la biznaga, una planta cuya maduración puede tardar más de 40 años.

Debido a esto, su recolección para consumo se considera una forma de extracción ilegal de especies, regulada por la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, así como por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Estas disposiciones señalan que cualquier persona que recolecte, posea, transporte o comercialice especies en peligro, sin la autorización correspondiente, puede enfrentar consecuencias legales.

En el caso de la biznaga, las multas pueden ir desde cantidades menores hasta sanciones superiores a los 360 mil pesos, dependiendo de la gravedad y recurrencia de la infracción.

En los casos más extremos, el delito se castiga con penas de prisión de hasta 9 años.

A pesar del marco legal, el tráfico de especies sigue ocurriendo en mercados locales donde, bajo prácticas informales o falta de fiscalización, aún se comercializa el acitrón.

¿Cuál es el impacto ecológico de la sobreexplotación de la biznaga?

Las biznagas no solo son valiosas por su relación con la gastronomía mexicana. Desempeñan funciones ecológicas clave en los ecosistemas áridos del país.

Su estructura permite la retención de agua, protege el suelo contra la erosión y proporciona alimento a insectos polinizadores y fauna nativa. Su eliminación, por tanto, afecta la estabilidad de las zonas donde crecen.

El problema se agrava por el hecho de que la biznaga no puede ser fácilmente replantada o regenerada.

Su crecimiento extremadamente lento la hace particularmente vulnerable, ya que una planta extraída puede tardar décadas en ser reemplazada. Esta condición la convierte en una de las especies más afectadas por la presión humana y el comercio no regulado.

El incremento en la demanda de acitrón, particularmente durante festividades donde es utilizado en platillos como la Rosca de Reyes, ha sido uno de los principales detonantes del declive poblacional de esta cactácea.

En respuesta, las autoridades han intensificado los operativos de inspección y han lanzado campañas de concientización para limitar su uso.

Organismos ambientales han pedido mayor vigilancia y acciones punitivas más efectivas, ya que, aunque existen leyes claras, el cumplimiento en muchas regiones es limitado.

¿Qué es el acitrón?

Durante siglos, el dulce llamado acitrón se ha elaborado con Echinocactus platyacantus: cacto verde oscuro de bandas rojizo purpúreo en edad juvenil, lana amarillenta abundante de la que emergen flores diurnas, cinco a 60 costillas gruesas y duras, espinas grandes y fruto seco, amarillento, largo y oblongo.

Suelen ser plantas únicas; solamente hiriéndolas pueden generar retoños. Reproducirlos a escala industrial es todavía misión imposible.

Cuando no se da la cosecha, la pobreza induce a los campesinos a la extracción clandestina de la biznaga, y si se extrae desde la raíz se pierden los semilleros para la regeneración de sus poblaciones, explica el biólogo Gabriel Solano.

El acitrón se podría encontrar en platillos tradicionales mexicanos como el pavo de Navidad, los chiles en nogada, la capirotada, los dulces cristalizados, la rosca de Reyes, así como en tamales dulces, picadillos, entre muchos otros productos de la gastronomía mexicana.

Fuente Excélsior, Gobierno de México.