La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, rechazó este lunes que Estados Unidos regrese la Estatua de la Libertad a Francia, después de que un parlamentario pidiera que se devuelva el regalo hecho a los estadounidenses en la década de 1880.
“Por supuesto que no”, dijo Leavitt al ser cuestionada sobre si el monumento sería devuelto.
“Mi consejo para ese político francés de bajo nivel no identificado sería recordarle que es sólo gracias a Estados Unidos de América que los franceses no están hablando alemán en este momento, por lo que deberían estar muy agradecidos con nuestro gran país”, añadió.
White House Press Secretary Karoline Leavitt: It’s only because of the United States of America that the French are not speaking German right now. They should be very grateful
pic.twitter.com/Rwq8IEOXMP— Republicans against Trump (@RpsAgainstTrump) March 17, 2025
Pero ¿qué paso?
El político francés de centroizquierda del Parlamento Europeo, Raphaël Glucksmann, criticó la situación actual de Estados Unidos al afirmar que el país ya no representa los valores que llevaron a Francia a ofrecer la estatua en 1884.
“Vamos a decir a los estadounidenses que han optado por ponerse del lado de los tiranos, a los estadounidenses que despidieron a investigadores por exigir libertad científica: ‘Devuélvannos la Estatua de la Libertad'”, declaró Glacksmann, añadiendo: “Os la regalamos, pero por lo visto la despreciáis. Así que estará bien aquí en casa”.
La Estatua de la Libertad, cuyo nombre original es ‘La Liberté éclairant le monde’ (‘La Libertad iluminando el mundo’), fue concebida por el político francés Edouard de Laboulaye y diseñada por el artista francés Auguste Bartholdi (1834-1904).
Se considera un símbolo de libertad, justicia y democracia, y fue entregado formalmente a EE.UU. en París el 4 de julio de 1880. Su inauguración oficial tuvo lugar en el puerto de Nueva York el 28 de octubre de 1886, con motivo del centenario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
El poema ‘The New Colossus’ (‘El Nuevo Coloso’) de Emma Lazarus está grabado en una placa de bronce en el interior del nivel inferior del pedestal. La segunda parte, la más citada, reza así: ‘Dadme a vuestros cansados, a vuestros pobres, vuestras masas apiñadas que anhelan respirar libres, los desdichados desechos de tus costas. Envíame a estos, los desamparados, la tempestad. Levanto mi lámpara junto a la puerta dorada’.
Teniendo en cuenta que la Administración Trump está tratando de llevar a cabo deportaciones masivas de personas que se encuentran en los EE.UU. sin documentación en regla y está barajando restricciones de viaje, esas últimas líneas del soneto (vistas como un símbolo de esperanza y oportunidad para una vida mejor en los EE.UU.) no suenan con tanta propiedad en estos días…
Glucksmann también ha criticado duramente los recortes de Donald Trump a la financiación federal de instituciones de investigación, recortes que podrían jugar a favor de Francia en caso de que el Gobierno atraiga a investigadores estadounidenses a trabajar en el país galo.
“La segunda cosa que vamos a decir a los estadounidenses es: ‘Si quieren despedir a sus mejores investigadores, si quieren despedir a todas las personas que, con su libertad y su sentido de la innovación, su gusto por la duda y la investigación, han hecho de su país la primera potencia mundial, entonces vamos a darles la bienvenida'”, dijo Glucksmann el 16 de marzo.
Al dirigirse a su partido, Glucksmann también criticó a los líderes de extrema derecha en Francia, acusándoles de ser un “club de fans” de Trump y de su multimillonario patrocinador Elon Musk.
La popularidad de Musk ha ido cayendo, al igual que el valor de mercado de Tesla. Las protestas contra el fabricante de vehículos eléctricos han reunido a manifestantes frente a concesionarios en Estados Unidos.
Trump declaró recientemente que las personas que protestan contra Tesla deberían ser etiquetadas como terroristas domésticos, mientras la Casa Blanca organizaba un evento mediático diseñado para respaldar a la empresa de coches eléctricos de Musk.
El presidente afirmó que quienes se manifiestan contra Musk o atacan las salas de exposición de Tesla están “perjudicando a una gran empresa estadounidense”, y que cualquiera que utilice la violencia contra el fabricante de coches eléctricos “pasará por el infierno”.
Fuentes: Latinus, Euro News
