El desvanecimiento del aleteo: la grave crisis en la población de mariposas

Las mariposas aparecieron en la misma era en la que los dinosaurios alcanzaron su apogeo. Junto a estos gigantes reptiles, estos pequeños insectos iniciaron sus primeros vuelos por el mundo. Aunque en aquel entonces no presentaban los colores vibrantes que hoy las caracterizan ni se alimentaban de la misma manera, han logrado sobrevivir a lo largo de millones de años. Esto refleja su evolución como especie y su notable capacidad de adaptación, informó la Gaceta de la UNAM.

Sin embargo, hoy en día, estas criaturas enfrentan el mayor reto de su historia: sobrevivir a la alarmante disminución de sus poblaciones. Aunque resulta difícil determinar la magnitud exacta del problema, en Estados Unidos y algunos países de Europa se han llevado a cabo estudios rigurosos que muestran una realidad preocupante.

Una investigación publicada este año en la revista Science reveló que, entre 2000 y 2020, la población total de mariposas en Estados Unidos disminuyó un 22%. De las 554 especies analizadas, un tercio mostró una reducción significativa, mientras que solo un 3% experimentó algún tipo de crecimiento poblacional.

En Europa la situación tampoco es alentadora, especialmente en los Países Bajos, Bélgica y Gran Bretaña.

El estudio “El declive de las mariposas en Europa: problemas, importancia y posibles soluciones” indicó que en el Reino Unido el 8% de las especies residentes se ha extinguido, y desde 1976 la población total de mariposas ha caído alrededor de un 50%.

En los Países Bajos, el 20% de las especies ha desaparecido, y desde 1990 la población total se ha reducido a la mitad.

El escenario es similar en Flandes (Bélgica), donde 20 especies se han extinguido y, entre 1992 y 2007, la población total disminuyó un 30%.

Aunado a ello, en 16 países europeos las mariposas de pradera han experimentado una disminución del 39% desde 1990.

Gabriela Jiménez Casas, experta del Instituto de Ecología de la UNAM, explicó que el declive de las mariposas a nivel mundial es causado por diversos factores interrelacionados: “La pérdida y degradación de su hábitat, el uso de pesticidas y productos químicos, y el cambio climático son los principales responsables. Además, la introducción de especies invasoras de plantas ha tenido un impacto negativo en sus ecosistemas”.

En concreto:

  • La expansión urbana, la agricultura intensiva y la deforestación destruyen los espacios naturales donde las mariposas se alimentan, reproducen y desarrollan.
  • Los pesticidas y productos químicos no solo eliminan sus fuentes de alimento, sino que también afectan su capacidad reproductiva.
  • Los cambios en las temperaturas y los patrones climáticos alteran las épocas de floración de las plantas que las mariposas necesitan para sobrevivir, dificultando su reproducción y alimentación.

Un llamado a la conciencia

Con más de 15 años de experiencia en el estudio de mariposas, Jiménez Casas señaló que investigar a estos insectos es particularmente complejo debido a su fragilidad y a la dificultad de marcarlos. Por ello, destacó los trabajos realizados en Europa y Estados Unidos, los cuales representan un fuerte llamado de atención sobre la situación de estos importantes polinizadores y bioindicadores de la salud ambiental.

La situación en México

Aunque la mariposa monarca aparece en primer plano, México alberga más de 1,800 especies de mariposas, según datos del Gobierno Nacional. Entre ellas se encuentran la papalote azul (Morpho helenor), la monjita mexicana (Adelpha bredowii), la xochiquetzal (Papilio multicaudata) y la victoria mexicana (Catasticta nimbice).

Dado que nuestro país alberga el 9% de las especies conocidas de mariposas en el mundo, Jiménez Casas enfatizó la necesidad de investigar si la disminución de sus poblaciones también está ocurriendo en México.

“En México no contamos con estudios tan confiables como los realizados en Europa o Estados Unidos. Sería maravilloso contar con ellos. Aunque podríamos tomar algunos datos de esos estudios, las condiciones climáticas y geográficas de nuestro país son diferentes. Nuestro objeto de estudio más cercano es la mariposa monarca, y sabemos que su población ha disminuido considerablemente”, comentó.

Acciones para su conservación

Collin Edwards, ecologista y autor principal del estudio realizado en Estados Unidos, destacó que, aunque los resultados son preocupantes, las mariposas tienen la capacidad de recuperarse si se mejoran sus condiciones.

Por eso, es crucial la intervención de gobiernos y ciudadanos para implementar estrategias de conservación. Entre estas, Jiménez Casas menciona la restauración de hábitats, la plantación de especies nativas y la regulación de prácticas agrícolas. Pero advierte que se requiere un enfoque a largo plazo para ver resultados positivos.

Las mariposas son testigos silenciosos de la evolución de la vida en la Tierra, y hoy enfrentan una crisis sin precedentes. Su declive no solo representa una pérdida para la biodiversidad, sino también una señal de alerta sobre el estado de nuestro planeta.

La conservación de estos insectos exige esfuerzos coordinados y una conciencia global sobre la importancia de proteger sus hábitats y reducir nuestro impacto ambiental.

Hoy, su supervivencia depende de nuestra capacidad para coexistir con la naturaleza.

Vía UNAM.


Científicos alertan sobre un futuro sin mariposas en EE. UU.

 

17 de marzo.- Las mariposas representan uno de los grupos más diversos del reino animal, con aproximadamente 19,000 especies diferentes. Sin embargo, diversos estudios han documentado una drástica disminución de su población en distintas partes del mundo. En Estados Unidos y Europa, la velocidad con la que estos insectos han desaparecido resulta alarmante.

Las mariposas están desapareciendo en los Estados Unidos, de todo tipo y a una velocidad que los científicos califican de “alarmante”: entre 2000 y 2020, la abundancia total de las poblaciones de estos insectos se redujo un 22 por ciento.

Estas pérdidas generalizadas y “preocupantes” presagian amenazas ambientales más amplias y enfatizan la necesidad urgente de acciones de conservación, concluye una investigación que publica la revista Science y que recoge datos procedentes de 76.957 estudios de 2.478 ubicaciones únicas.

“Hay que actuar”, afirma Elise Zipkin, de la Universidad Estatal de Michigan y coautora del estudio. “Perder un 22 % de las mariposas en todo el territorio continental de EE. UU. en solo dos décadas es angustioso y muestra una clara necesidad de intervenciones de conservación a gran escala”.

Estudio científico revela pérdidas críticas de especies

El análisis, que integra 12,6 millones de observaciones de mariposas individuales de 554 especies, constata que las pérdidas fueron particularmente graves en el suroeste y que las poblaciones de mariposas disminuyeron una media de un 1,3 % anual en todo el país, excepto en el noroeste del Pacífico.

Pero incluso ese resultado alentador vino acompañado de una advertencia, explican los autores: el aparente aumento de un 10 % de la abundancia general en esa zona concreta se atribuyó en gran medida a la mariposa carey de California, que estaba disfrutando de un auge demográfico que no se esperaba que se mantuviera.

Según los hallazgos, la disminución generalizada se debió en gran medida a fuertes pérdidas de población en muchas especies individuales, con un 33 % de especies que mostraron reducciones significativas y solo un 3 % experimentó ganancias.

Más de 100 especies disminuyeron en más del 50 %, incluidas 22 que sufrieron pérdidas superiores al 90 %.

Impacto ecológico y económico de los polinizadores en peligro

Las mariposas desempeñan un importante papel en el ciclo de los nutrientes y son una fuente clave de alimento para otros organismos, como las aves. En los últimos 50 años, Norteamérica ha perdido casi 3.000 millones de aves, un declive a un ritmo casi idéntico al de las mariposas, recuerdan los autores.

Estas últimas son polinizadores importantes y olvidados. La gente suele pensar primero en las abejas, pero las mariposas (y las moscas) son responsables de 120 millones de dólares de la producción de algodón en Texas, por ejemplo, detalla un comunicado de la Universidad Estatal de Michigan.

Urgente llamado a la conservación y políticas ambientales

Los científicos, liderados por Collin Edwards, consideran que su trabajo es un importante aviso para los responsables políticos del país, y que se necesitan urgentemente esfuerzos de conservación tanto a escala local como nacional para apoyar a mariposas y otros insectos.

“Nunca hemos tenido un panorama tan claro y convincente del declive de las mariposas como ahora”, dice Edwars.

Para Nick Haddad, otro de los firmantes del estudio, salvar a las mariposas no es un problema sin solución, sino que requiere voluntad.

Según él, gran parte del uso de insecticidas carece de estrategia y da lugar a un uso excesivo. Alrededor de un 20 % de las tierras de cultivo son poco productivas y la creación de políticas que devuelvan estas a la naturaleza podría ayudar a las mariposas a recuperarse.

En Europa hay cada vez menos mariposas

La situación no es exclusiva de Estados Unidos. Un artículo científico publicado en 2020 en la revista PNAS concluyó que en Reino Unido, el 8% de las especies residentes se han extinguido, y desde 1976, las poblaciones generales han disminuido aproximadamente un 50%. En los Países Bajos, el 20% de las especies han desaparecido, con una reducción generalizada del 50% desde 1990. En Bélgica, el 29% de las mariposas nativas ya no existen. Los datos más recientes del Instituto de Conservación de Mariposas de los Países Bajos advierten que las poblaciones de lepidópteros se han reducido hasta un 36% en todo el continente europeo.

La desaparición de las mariposas podría tener implicaciones de gran alcance en distintos ecosistemas y afectar diversas cadenas productivas que benefician a los seres humanos. Estos insectos son polinizadores clave, desempeñan un papel esencial en el ciclo de nutrientes y representan una fuente de alimento fundamental para otros organismos, como las aves. El estudio liderado por Edwards destaca que las mariposas y moscas contribuyen a una producción de algodón valuada en 120 millones de dólares en Texas. Asimismo, alerta que en las últimas cinco décadas, América del Norte ha perdido casi 3,000 millones de aves, una reducción comparable a la de las mariposas.

“El ser humano depende de las plantas, los microbios y los animales para el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que consumimos. Sin embargo, estamos perdiendo especies a un ritmo que rivaliza con los principales eventos de extinción masiva en nuestro planeta”, advierte Elise Zipkin, profesora de ecología cuantitativa de la Universidad Estatal de Michigan y coautora del artículo.

Las causas detrás de la disminución de las mariposas son similares a nivel global. Entre los principales factores destacan la pérdida y degradación de sus hábitats, la contaminación química y el cambio climático. Este último factor ha impulsado la migración de ciertos tipos de mariposas hacia el norte, pero también ha generado nuevos riesgos para las especies más vulnerables.

Un estudio reciente publicado en PLOS ONE reveló que los insecticidas representan una amenaza mayor para las mariposas que la pérdida de hábitat y el cambio climático, ya que afectan significativamente su abundancia y diversidad.

Nick Haddad, profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad Estatal de Michigan y coautor de la investigación, señala que “la aplicación profiláctica y casi universal de insecticidas perjudica a las mariposas y a otros insectos beneficiosos, sin que se haya demostrado un impacto positivo en el rendimiento de los cultivos”. Añade que el 20% de las tierras agrícolas presentan bajos rendimientos, lo que sugiere que el uso indiscriminado de estos químicos podría no ser tan efectivo como se piensa.

Ante esta situación, concluye que “lo que se aplica como ‘seguro’ está generando un gran daño a los agroecosistemas. La buena noticia es que el uso generalizado de insecticidas puede revertirse, lo que permitiría la recuperación de las mariposas y otros polinizadores”.

Fuentes: DW Español, Wired

Scroll to Top