Eva Ramón Gallegos, mexicana que logró erradicar al 100% el VPH

En 2019, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) logró demostrar, mediante estudios moleculares, que la terapia fotodinámica fue efectiva al erradicar al 100% el Virus del Papiloma Humano (VPH) en 29 mujeres de la Ciudad de México. Este avance se presentó como una posible solución para combatir el cáncer cervicouterino, una de las principales causas de muerte en mujeres mexicanas.

La terapia fotodinámica: Técnica no invasiva

Eva Ramón Gallegos, científica de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), fue la responsable del descubrimiento. La terapia fotodinámica, técnica no invasiva, no solo erradica el VPH, sino también elimina las lesiones premalignas de cáncer cervical en etapas tempranas. A lo largo de dos décadas, Ramón Gallegos ha investigado esta técnica, aplicándola en distintos tipos de neoplasias, incluyendo melanoma, cáncer de mama y cervicouterino.

Resultados del tratamiento en diversas localidades

El tratamiento fue realizado en diversas fases en diferentes regiones del país, incluyendo Oaxaca, Veracruz y Ciudad de México. En la primera fase, el tratamiento se aplicó a mujeres infectadas con VPH y lesiones premalignas, logrando resultados alentadores. Las mujeres tratadas en Ciudad de México recibieron una concentración mayor del fármaco, lo que permitió eliminar el VPH en el 100% de las pacientes sin lesiones, y con una tasa de éxito del 64.3% en mujeres con lesiones premalignas.

El proceso de la terapia: Cómo funciona

La terapia consiste en aplicar un fármaco llamado ácido delta aminolevulínico en el cuello uterino. Tras unas horas, el fármaco se transforma en una sustancia fluorescente que se acumula en las células dañadas. Utilizando un láser especializado, se eliminan las células afectadas, respetando las estructuras sanas. El tratamiento no causa efectos secundarios, lo que aumenta su viabilidad como opción para prevenir el cáncer cervicouterino.

Resultados específicos y efectividad del tratamiento

En las mujeres de Ciudad de México, que recibieron el doble de concentración de ácido delta aminolevulínico, se logró eliminar el VPH en el 100% de las pacientes sin lesiones. Para aquellas con lesiones premalignas, el tratamiento tuvo un éxito del 64.3%, mientras que las mujeres con lesiones sin VPH obtuvieron un éxito del 57.2%.

Colaboradores en la investigación

Este éxito fue posible gracias al trabajo conjunto de un equipo multidisciplinario, incluyendo a Elizabeth Maldonado Alvarado, María Teresa López Cárdenas, Alejandro Martínez Escobar, Araceli Espinosa Montesinos, entre otros. La colaboración con especialistas de Oaxaca y Veracruz también fue esencial para la implementación del tratamiento en diversas regiones.

Reconocimiento a Eva Ramón Gallegos

En 2022, Eva Ramón Gallegos recibió un reconocimiento del Colectivo 50+1, en el capítulo Oaxaca, por su contribución en el desarrollo de un tratamiento contra el VPH. Este reconocimiento fue entregado por el entonces gobernador Alejandro Murat, quien destacó la importancia de visibilizar los logros de las mujeres en la ciencia.

Formación de la científica Eva Ramón Gallegos

También cuenta con una maestría en Ciencias en Citopatología en el IPN, y más tarde cursó el doctorado en Ciencias Químico-Biológicas de la misma institución, con mención honorífica. Del mismo modo, realizó una estancia de investigación en el Departamento de Física de la Universidad Do Minho, en Braga, Portugal.

Desde el año 2001, se integró como profesora-investigadora en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN. Actualmente, es jefa del Laboratorio de Citopatología Ambiental, profesora colegiada en la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación y coordinadora de los programas de Maestría y Doctorado en Biomedicina y Biotecnología Molecular en dicha institución.

Forma parte del comité editorial del International Journal on Hands-on Science y funge como revisora de artículos en revistas internacionales de prestigio. Es también cofundadora y miembro del Consejo Técnico Académico de la Red Temática de Biofotónica, respaldada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT).

Sus trabajos han sido reconocidos con varios premios, entre los que destacan el Premio a la Mejor Tesis de Posgrado del IPN; primer lugar en el Certamen Mujeres Mexicanas Inventoras e Innovadoras. La medalla al mérito en Ciencias en Tecnología; Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos y el Premio a la Investigación.

Asimismo, fue merecedora de la Medalla al Mérito Hermila Galindo y la Medalla Juana Catalina Romero, gracias a su contribución a la igualdad de género. Forbes México le ha otorgado el reconocimiento como una de las 100 mujeres más poderosas de México y el galardón al mérito en el Foro Forbes Fixing Health 2019, destacándola como referente en investigación.

Impacto en la salud de las mujeres mexicanas

Este avance es crucial para la lucha contra el cáncer cervicouterino, que es la segunda causa de muerte en mujeres mexicanas. Con la eliminación del VPH en 100% de las pacientes, se abre una nueva puerta en la prevención de esta enfermedad, que ha afectado a miles de mujeres en México.

Pero, ¿Qué es el Virus de Papiloma Humano?

El Virus del Papiloma Humano (VPH, o HPV por sus siglas en inglés) es una familia de virus que puede afectar la piel, la zona de la boca, la zona genital o anal. Existen más de 200 tipos de virus, pero poco más de 40 afectan la zona genital y pueden dividirse en dos grandes grupos:

• Los VPH denominados «de bajo riesgo«, que generalmente se asocian a las lesiones benignas, como las verrugas y que no evolucionan a lesiones precancerosas o cáncer.
• Los VPH denominados «de alto riesgo» pueden llegar a provocar la alteración de las células generando lesiones precancerosas, que con el tiempo pueden evolucionar y convertirse en un cáncer.

El tipo de cáncer más común causado por los VPH de alto riesgo es el cáncer de cuello uterino. Los demás tipos de cánceres genitales relacionados con el VPH (de pene, de ano) son menos frecuentes. El VPH se ha vinculado también a algunos cánceres de la boca y la garganta.

¿Cómo se transmite?

El VPH genital se transmite de una persona a otra, mediante el contacto piel con piel en las relaciones sexuales. El virus no se contrae al usar inodoros, compartir cubiertos o en la piscina.

Es un virus de fácil transmisión y es muy común. Se estima que 4 de cada 5 personas (es decir, el 80%) van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas. Tanto mujeres como varones pueden contraer y transmitir el VPH.

¿Cuáles son los síntomas?

La mayoría de las veces la infección por VPH no presenta síntomas evidentes y el sistema inmunológico se encarga de curarla de manera espontánea. En general los VPH de bajo riesgo producen verrugas en los genitales o ano: protuberancias o abultamientos que pueden ser de diversos tamaños y que en casos graves suelen tener forma de «coliflor». Las verrugas se pueden tratar, aunque pueden volver a aparecer si el sistema inmunológico de la persona no ha eliminado totalmente el VPH. Los tipos de VPH que provocan verrugas no provocan cáncer. Los VPH de alto riesgo no suelen dar síntomas.

Tener VPH no significa que se vaya a desarrollar una lesión. Se estima que solamente el 5% de las infecciones por VPH no desaparecen solas y se vuelven persistentes. Sólo si la infección persiste por muchos años, (se calcula de 5 a 10 años), los VPH de alto riesgo oncogénico pueden causar lesiones en el cuello del útero que pueden evolucionar al cáncer.

¿Cómo se detecta?

La prueba de Papanicolaou (comúnmente llamado PAP) y la prueba del Virus del Papiloma Humano son dos tipos de revisiones médicas que permiten identificar alteraciones en el cuello del útero que dan cuenta de la posibilidad de que se desarrolle cáncer cervical. La prueba recomendada para estos controles te la indicará el equipo de salud según tu edad y disponibilidad.

El Papanicolau es un examen pélvico que permite detectar alteraciones en las células del cuello del útero antes de que se desarrolle el cáncer. Consiste en introducir un espéculo en la vagina para separar las paredes y, posteriormente, recoger una muestra de las células del cuello del útero con una espátula o cepillo. Esta muestra se envía al laboratorio para ser analizada y detectar alteraciones celulares anormales. Se recomienda a todas las personas con útero entre los 21 y los 64 años. La edad de inicio de los controles se puede adelantar o extender en algunas poblaciones particulares, como la de personas que viven con el VIH o personas inmunocomprometidas.

Fuentes: El Imparcial, Enséñame de Ciencia, Fundación Huésped, El Universal, Prizma Noticias. 

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