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No pasa… nada

Por: Jesús Solano Lira / @SolanoJess

Un guerrero

Coherente, transformador y humilde es el legado que dejará el ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, quien de guerrillero llego a ser presidente de esa nación sudamericana, tras la instauración de la democracia, luego de años de dictadura militar.

Ha predicado con el ejemplo, ha vivido en la austeridad total y mantiene un liderazgo en América Latina, además de ser referente en su lucha incansable contra la pobreza, la marginación y el respeto a los derechos humanos.

Su legado trascendió fronteras. Durante su mandato dio muestras de su carisma y comprobó que el diálogo y la negociación son las mejores herramientas para avanzar y progresar.

Mujica nació el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, y creció entre las calles y los campos de la capital uruguaya.

De muy joven se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, la guerrilla que luchó contra la dictadura militar uruguaya en las décadas de los 60´s y 70´s1960, tras ser detenido paso 15 años en prisión totalmente en el aislamiento.

Tras el retorno de la democracia en 1985, Mujica fue liberado y se reinventó como político,al fundar el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio.

Desde esa trinchera, recorrió un largo camino hasta convertirse en presidente de Uruguay en 2010, marcando un antes y un después en la historia de su país, y siendo referente en América y el mundo.

En una de sus últimas entrevistas, reveló que el cáncer de esófago que sufre se le extendió al hígado, y que no se puede detener el avance de la enfermedad.

“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni una cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, declaró Mujica en una entrevista.

Y como todo buen guerrero de la democracia fue enfático al señalar: “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. El guerrero tiene derecho a su descanso”, vaya fortaleza del ex presidente uruguayo.

Fue un presidente progresista que logró la legalización de la marihuana, con lo que Uruguay se conviertió en el primer país en regularizar la producción y venta de la hierba, con el objetivo de combatir al narcotráfico y abordar su consumo desde una perspectiva de salud pública.

También durante su gobierno legalizó el matrimonio igualitario y el aborto, con lo reafirmó su compromiso con la inclusión y los derechos humanos.

Uno de sus más grandes logros, fue la reducción de la pobreza, a través de programas sociales fortalecidos y políticas redistributivas, con las que Uruguay mejoró la calidad de vida de los sectores más vulnerables, un verdadero ejemplo de combate a la pobreza.

Su coherencia como mandatario fue un ejemplo, porque a pesar de ser la máxima figura de Uruguay siempre vivió en su modesta casa a las afueras de Montevideo y condujo su viejo Volkswagen y donó el 90 por ciento de su salario a causas benéficas, sin duda todo un personaje que difícilmente alcanzará cualquier ex presidente o presidente que se diga de izquierda. Honor a quien honor merece.