El caos del Infonavit

Por Ramón Alberto Garza / @ramonalberto

Es triste el bajo nivel de indignación generado por la intentona golpista del gobierno de la Cuarta Transformación para quedarse con el control absoluto del Infonavit.

Salvo 23 sindicatos de obreros, los patronos de México que aportan el 33 por ciento de los fondos no se han manifestado con la fuerza que exige la afrenta. Su apatía es insultante frente a la apropiación oficial de algo que no le pertenece al gobierno, sea de cualquier partido. Salvo Alejandro Malagón, presidente de la Concamin, todos guardan silencio. ¿Y el Consejo Coordinador Empresarial? Mudo.

Por eso significó un aire de esperanza el que se anunciara que el debate de la nueva Ley del Infonavit se aplazará hasta el arranque del año próximo. Hacer el análisis sobre las rodillas podría causar, al final del día, una revuelta social. La presidenta Claudia Sheinbaum debió calibrar las consecuencias y actuó en consecuencia.

Pero para que no sea un simple tema de la “opinocracia”, vayamos a los números fríos para saber si el gobierno de la Cuarta Transformación sería mejor controlando totalitariamente al Infonavit. Y la única manera es ver lo que sucedió con el organismo de la vivienda en los últimos seis años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Para abrir boca, los créditos otorgados entre 2018 y 2023 se desplomaron 21 por ciento. Y los dedicados exclusivamente a vivienda nueva cayeron todavía más, un 30 por ciento.

Los números son patéticos. En 2018, al arrancar el sexenio lopezobradorista, se construían 213 mil casas nuevas. En 2023, la cifra se desplomó a 148 mil. Los créditos para mejorar casas usadas se fueron de 156 mil a 142 mil. Sumando y promediando, las acciones de viviendas -nuevas y usadas- cerraron en el 2023 con 290 mil créditos, cuando la herencia que recibieron en 2018 fue de 369 mil. Nada de avance, sólo retroceso.

La crisis del no pago de los créditos se les salió de control a la Cuarta Transformación. Se elevó a 134 por ciento. Se recibieron en 2018 con 584 mil créditos y cerraron a marzo de 2024 con un no pago en un millón 367 mil créditos. El valor de esa morosidad se elevó de 252 mil millones de pesos a 744 mil millones, lo que pone en riesgo activos incobrables del Infonavit hasta 744 mil millones de pesos. Eso significó un aumento del 195 por ciento.

Ni qué decir de los rendimientos de las cuentas de los trabajadores, es decir, el dinero guardado devengando intereses mientras se utiliza. En el sexenio de Vicente Fox fue del 3.19 por ciento; en el de Felipe Calderón del 2.18 por ciento; con Enrique Peña Nieto volvió a subir al 2.77 por ciento; y con Andrés Manuel López Obrador se redujo ese rendimiento un 60 por ciento, para alcanzar apenas el 1.68 por ciento. La mitad de lo que en su tiempo logró Vicente Fox.

Y si quieren saber el por qué de estas cifras tan críticas, baste saber que el Infonavit dejó de construir vivienda para transformarse, en el último sexenio, en una financiera. A diciembre de 2018 tenía inversiones en Bancos por 166 mil 501 millones de pesos y como no se promovió la vivienda de interés social, esos fondos crecieron un 400 por ciento a diciembre de 2023, para alcanzar los 679 mil millones de pesos, una variación de 513 mil 690 millones de pesos que debieron invertirse en créditos para vivienda, no para acumularse como beneficios financieros.

Todo lo anterior sin considerar que, durante los seis años del lopezobradorismo, las relaciones en el Consejo del Infonavit entre gobierno, patrones y empleados se deterioraron significativamente. Por eso, la propuesta de dejar fuera de la jugada a trabajadores y a empresarios. Para que el gobierno pueda despacharse a sus anchas, sin preguntas de por medio sobre lo que se hace con tantos miles de millones de pesos.

Después de ver en toda su crudeza esta debacle de cifras, alguien estaría dispuesto a entregar este fondo que equivale a 38 mil millones de dólares -el 40 por ciento de la deuda de Pemex o casi dos veces la deuda total a proveedores de la misma paraestatal- a los mismos que generaron la catástrofe de la vivienda. Que alguien descifre dónde están los méritos para asestar semejante golpe.

Y para colmo, el gobierno de la Cuarta Transformación anuncia la creación de una constructora oficial de casas que gozaría de exención de impuestos y de trámites. ¿Por qué esos subsidios no se aplican por igual a los constructores privados? Competencia desigual.

Ojalá que estos días de paz sean propicios para reflexionar y responder con honestidad si lo que ha hecho el gobierno de la Cuarta Transformación con medicamentos, el sistema de salud, la militarización de las obras civiles, la estrategia de seguridad, el manejo de Pemex y de la CFE -entre muchos- son ejemplos que permitan darle luz verde al golpe sobre el Infonavit. Ya conocemos la respuesta. Los números de los últimos seis años lo dicen todo.

Columna publicada en Código Magenta el 18 de diciembre de 2024.

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