Mirar al norte

Por: Héctor Andrade Chacón / @hectorandrade70

La presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, debe estar en este momento evaluando lo que se le viene. Donald Trump ha ganado, por segunda vez, la presidencia de los Estados Unidos y lo ha hecho, esta vez, doblando la apuesta a la hora de ver a México, pues ya no es sólo la migración el problema, sino que ha añadido su exigencia de que se enfrente y en serio, al narcotráfico (nada de abrazos en lugar de balazos) y se renegocie el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, recordando que su primera presidencia acabó con el TLCAN y generó el T-MEC que cree es muy favorable para nuestro país.

En Palacio Nacional ya están haciendo acuse de los cambios que se vienen. De entrada, ya puso freno la mandataria a la reforma que desaparecía todos los organismos autónomos, pues ahora pide a los legisladores de Morena ajustes para sólo modificar lo necesario en entes como la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), a quienes deberá asignarse la condición de organismos con “independencia técnica” en su formulación, a fin de cumplir estrictamente con el tratado con nuestros socios comerciales. Una determinación que jamás se vio con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Se vienen años negros si Trump cumple su amenaza de intervenir militarmente en México contra los cárteles, pues muy seguramente habrá una respuesta de las fuerzas armadas, que difícilmente podría controlar la comandante en jefe de las fuerzas armadas del país. Dejar pasar sin respuesta al ejército estadounidense sería una real “traición de la patria”. Bajo este paradigma, lo más probable es que por el campo diplomático ya se tenga una ruta o se esté elaborando, para calmar las aguas y se ajuste de fondo el combate a los cárteles que son acusados de matar a cien mil estadounidenses cada año con drogas como el fentanilo.

Pero en todo este escenario, en Guanajuato debe saltar la pregunta: ¿Qué hará la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo ante la nueva realidad que llega en las relaciones con los Estados Unidos a partir del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca? No puede permanecer ajena a lo que sucede. Los problemas podrían venírsele encima si no se han generado diagnósticos y escenarios, dada la fuerte interacción del estado con la economía de la llamada Unión Americana y, sobre todo, con una buena cantidad de guanajuatenses que residen ilegalmente allende la frontera norte y han estado aportando millones de dólares a la economía estatal, lo que ha impedido una crisis social de grandes dimensiones, si nos atenemos a los datos de pobreza que existen en la entidad, la cual sería mucho mayor sin los dólares, en remesas, que ya son equiparables al presupuesto total del Gobierno del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

Donald Trump quiere de regreso a la industria automotriz, por eso Michigan (sede de los tres grandes: Ford, GMC y Stellantis, antes Chrysler), por ejemplo, le estaba dando hasta esta madrugada sus 15 votos. Qué decir de Texas donde está Tesla acomodándose. Una política que puede frenar las inversiones estadounidenses, y de otras partes del mundo, en Guanajuato dentro del sector automotriz.

O el gran riesgo de que sean deportados miles y miles de guanajuatenses, una promesa de Trump (echar de Estados Unidos a los ilegales) o que regresen por el miedo, sin que haya las bases económicas suficientes en Guanajuato para darles trabajo.

Se calcula que existen 10.7 millones de mexicanos residiendo en Estados Unidos, y se estima que 5.1 millones de ellos podrían estar de forma ilegal. En este marco, México ha recibido aproximadamente 63 mil millones de dólares en remesas durante los últimos 12 meses, contribuyendo al aumento del consumo y del PIB. Si Trump lleva a cabo una deportación masiva de inmigrantes ilegales, una parte significativa de las remesas dejaría de percibirse, amén de los repatriados, todo esto de acuerdo con datos de agencias de análisis económicos que apuntan a tener el tema en el radar, aunque se crea que no llegaría a realizarse esta deportación masiva, pero… habrá que ver.

¿Guanajuato y su gobernadora están preparados para un gobierno donde esta vez Donald Trump tendrá a su favor la Cámara de Representantes (diputados) y la de Senadores; y el respaldo de gobernadores de su partido que ganaron ayer sus elecciones gracias a sus propuestas antinmigración?

Lo platicado en su momento con Ken Salazar, el embajador del sombreo, podría ya no tener eco. Se irá en 2025.

Libia urge de geoestrategia. Esperemos que la tenga.

Tomado de Paralelo X.

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