No pasa… nada

Por: Jesús Solano Lira / @SolanoJess

FALTÓ UNO

Fue un día agitado, tenso y lleno de contrastes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Hasta antes de la votación, en redes sociales daban por hecho que ya habían “doblado” al ministro Alberto Pérez Dayán.

La presión desde Palacio Nacional y desde el Senado de la República y la Cámara de Diputados fue intensa. Los ministros que votaron a favor del proyecto del togado Juan Luis González Alcántara Carrancá, aguantaron vara como los buenos.

Fueron cinco horas de sesión, con una hora de receso. Se requerían ocho votos a favor para declarar la parcial invalidez de la Reforma Judicial. Sólo se lograron siete.

Los votos a favor de la acción de inconstitucionalidad contra la reforma judicial, fueron de los ministros Norma Piña Hernández, Margarita Ríos Farjat, José María Pardo Rebolledo, José Luis González Alcántara, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek y Luis María Aguilar Morales.

El voto sorpresivo fue el del ministro Alberto Pérez Dayán, al que doblaron. Ese voto se sumó a las ministras abiertamente declaradas cuatroteras Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortíz.

Tras esa situación, el ministro ponente, González Alcántara Carrancá, consideró que ya no era necesario entrar al estudio de fondo del proyecto, que finalmente se desestimó. Decisión Salomónica diría mi abuelita.

En esa sesión histórica, en la que se jugaba el todo o nada, ya no hay impedimento para que la Reforma al Poder Judicial, permita la elección de jueces, magistrados y ministros. Años de preparación se jugarán en una tómbola.

Es más, desde el inicio de la sesión, la ministra Norma Piña expresó la importancia de la discusión, y externó que “no es exagerado afirmar que cualquiera que sea la decisión a la que arribemos, será retomada por los libros de historia de nuestro país”. Vaya ejemplo de fortaleza de la presidenta de la SCJN.

Finalmente, Morena y aliados lograron el cometido y cumplieron la tarea encomendada por Andrés Manuel López Obrador, hacer pedazos al Poder Judicial, con los riesgos que conllevan el poder supremo a una sola persona.

Afuera más de siete mil personas, entre trabajadores del Poder Judicial, estudiantes de derecho, legisladores y simpatizantes en contra de esa Reforma, se desencantaban con el ministro Pérez Dayán, al que calificaron de traidor.

Y vaya gesto de humildad del ministro Luis María Aguilar Morales, quien tras el terminó de la sesión salió a la calle a agradecer el apoyo de los miles de trabajadores del Poder Judicial.

Visiblemente emocionado, megáfono en mano reconoció que “no siempre se pueden las cosas”, para luego destacar: “A eso vengo, a agradecerles su apoyo, su atención, su solidaridad con el Poder Judicial de la Federación, todos somos Poder Judicial de la Federación”, subrayó el ministro Luis María Aguilar.

La lucha de los trabajadores del Poder Judicial fue tenaz, perseverante, estoica diría yo, pero nada que hacer contra la maquinaria del Estado, cuyos gobernantes y legisladores están embriagados de poder.

Para muchos es el fin de una joven democracia, y se abre nuevamente la puerta del partido en el poder hegemónico.

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