Cínicos

Tras una maratónica jornada, la 65ª. Legislatura del Congreso del Estado de Guanajuato ha sacado las castañas del fuego y ha entregado en sesión extraordinaria del Pleno, una serie de reformas de orden constitucional y legal, que allanan el camino para la transformación de la estructura de la administración del Gobierno del Estado que demanda la gobernadora electa, Libia Dennise García Muñoz Ledo, para comenzar su gestión el próximo 26 de septiembre e imprimir a ello el “Nuevo Comienzo” que propuso a los guanajuatenses para la vida pública del estado.

De paso, otorgaron a Juan Víctor Fonseca López, la titularidad de la Auditoría Superior del Estado de Guanajuato (ASEG), la cual ostentará por los próximos siete años, lo que le hará revisar lo ejercido por el gobierno saliente de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y lo que hará Libia Dennise el próximo sexenio, amén de auditar administraciones municipales y entes gubernamentales autónomos que serán fiscalizados por el Legislativo local. Los 27 votos que le dieron la mayoría calificada para ser el gran auditor estatal vinieron del PAN, del PRI, del Verde y de Movimiento Ciudadano, mientras que le votaron en contra los 8 legisladores de Morena y Yulma Rocha Aguilar, diputada sin partido, que tras ser priista, pasó al MC pero sin formar parte legalmente en el Congreso de dicha representación y dejando constancia este jueves que está más del lado de los guinda que los naranja, ella secundo a los morenistas y no a Desiree Ángel Rocha, la representante emecista.

La decisión de la mayoría panista en esta decisión sobre la ASEG también puso en relieve que tras los trascendidos de pasillo que expusieron la presunta alianza entre Luis Ernesto Ayala Torres y Juan Carlos Romero Hicks para dejar al coordinador de asesores de la bancada albiazul actual y exsecretario de Finanzas juancarlista, Luis Mario Aguilar y Maya, como auditor, estaba ese juego de fuerzas que se quiere hacer desde el reducto del exgobernador en la nominación de quien coordinará la bancada del PAN en la 66ª. Legislatura. Romero Hicks resulta a la vista de la clase política panista el derrotado en el asalto y se ratifica: Libia no lo tiene en su radar como pastor de la bancada albiazul.

Por el contrario, siendo Juan Víctor Fonseca López un aliado cierto y directo de Jorge Espadas, este ratifica que goza de mejor posición que Juan Carlos Romero Hicks, que de tener posibilidades reales para ser coordinador de la bancada panista futura no habría necesitado de videos para anunciar deseos. Combustible en la hoguera de las vanidades.

También es justo señalar que a pesar de los señalamientos hechos en esta disputa, Luis Ernesto Ayala Torres, ha cumplido con lo que se le ha pedido para anclar la estabilidad del gobierno futuro y salvaguardar al que se va. En la ruta, ha requerido del respaldo de sus aliados del PRI, siempre y del PVEM y el MC a veces. En ello ha quedado más que evidente que el PAN necesitará de sobremanera la política de las alianzas para transitar los próximos años y deberá no hacer oídos sordos al reclamo hecho por la diputada Ruth Tiscareño, dirigente del partido, que acusa descortesía entre los azules hacia los tricolores.

No en vano es el mensaje del coordinador Alejandro Arias, que ayer al defender la reforma administrativa para apuntalar a Libia Dennise en sus planes, citó que apoyaban los cambios como parte de lo ofrecido en la alianza electoral, pero que en el Grupo Parlamentario del PRI “estaremos vigilantes” de que las nuevas Secretarías que se crearán en la administración pública estatal “respondan a las demandas de los grupos sociales”, sobre todo aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, “porque sabemos y hemos escuchado sus carencias, sus demandas y las injusticias a las que han sido sometidos”. Los priistas tendrán tres diputados y repetirán tanto Arias como Tiscareño.

El pastor panista, Luis Ernesto Ayala, de paso, ha dado una sopa de su propio chocolate a los morenistas, quienes resultaron desde el cinismo, el irrespeto a sus compañeros y la incongruencia, una verdadera caricatura política en su participación de esta jornada.

Quien haya conocido a David Martínez Mendizábal, allá por los tiempos donde como académico acompañaba a su esposa y senadora, Malú Micher, en los primeros tiempos del perredismo cuando hablaban de democracia y criticaban al autoritarismo priista, podría darse cuenta de la descomposición de su actuar político y hasta de la ira que le acompaña ahora que, sintiendo que el triunfo nacional del morenismo es suyo, trata de imprimir en sus reclamos caprichosos al panismo dominante en Guanajuato, al que pretende darle clases de moralidad, como ese “¿Por qué tanta prisa?” contra la determinación de la mayoría de nombrar al auditor estatal, misma pregunta que podría aplicársele a él tras su reclamo de que en la sesión no se abordó la discusión de la reforma judicial que ya fue aprobada por la mayoría de los congresos locales donde Morena domina tras las penosas prácticas de imposición que hizo su partido que ha hecho, ahí sí, oficialía de partes a la Cámara de Diputados y al Senado. El presidente López Obrador la quiere tener publicada al 15 de septiembre. el capricho del poder. No otra cosa.

David Martínez y sus compañeros escupieron al cielo ayer con esos “golpes de pecho” cuales beatas del poder, hablando de valores democráticos cuando lo único que han hecho en Morena estos días es apurar una reforma judicial a modo de regalo a su presidente Andrés Manuel López Obrador, un político que ha impuesto prácticas del poder presidencial similares a las de Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría. En el sexenio, Morena impulsó varias reformas que centralizaron el poder en manos del Ejecutivo, ¿o acaso no lo sabe Martínez Mendizábal?

Vulgaridad mayor la del diputado guinda Ernesto Millán, que llamó “Mesa Divertida” a la Mesa Directiva, entre risas, caracterizado de payaso legislativo, ofendiendo a sus compañeros diputados, sin mayores elementos retóricos si lo que pretendía era ser “contestatario”. O la de la derrotada candidata a la gubernatura, Alma Alcaraz, que ofendió a la titular de la Unidad de Estudios de las Finanzas Públicas en Congreso del Estado de Guanajuato, Belén del Rocío Espinoza Aguirre, al criticar que aspirase a encabezar la ASEG y llamarla “auditora tapadera”, un acto de denigración no sólo a una trabajadora del Legislativo a su servicio, sino a una mujer que buscaba legítimamente un cargo público.

Sí, sin duda el PAN ha cometido excesos en el Congreso y la diputación estatal albiazul ha sido ariete del Ejecutivo, pero los que afirman “no ser iguales”, los morenistas, han salido peores en el Congreso de la Unión, pues en este sexenio que termina hasta le han otorgado la hora que desea al presidente de la República. En Oaxaca cayeron en la abyección lacaya de aprobar, en su Congreso Local, en plena madrugada y a horas, la reforma judicial validada en el Senado. Sería bueno que nos contestaran de forma racional los diputados morenistas de Guanajuato la misma preguntan que formularon ayer: “¿Por qué tanta prisa?”.

Son ellos los que nos han demostrado que no importan para su causa los principios democráticos y mucho menos el derecho parlamentario. Ahí están los hechos.

Por cierto, ayer causó risa entre el respetable el que la diputada, por momentos, promorenista y aparente líder emecista en Guanajuato, Yulma Rocha, se extrañara de que entre los partidos repartan posiciones en el Poder Judicial, haciéndose la inocente tras 25 años de participar en negociaciones diversas con el PAN… Así se despidió de su paso por el Legislativo estatal.

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