Por: Héctor Andrade Chacón / @hectorandrade70
El que acusa debe probar, es una máxima del sistema jurídico mexicano. Así las cosas, dado que Morena y su candidata a la gubernatura, Alma Alcaraz Hernández, no pudieron acreditar con pruebas mínimas, ya no digamos contundentes, sus denuncias de un triunfo ilegal de la hoy gobernadora electa, Libia Dennise García Muñoz Ledo, el Tribunal Electoral del Estado de Guanajuato desechó de plano, de forma unánime, además, sus quejas y confirmó la victoria de la representante de la coalición Fuerza y Corazón por Guanajuato
Ayer, el TEEG consideró sin validez la impugnación de Morena que solicitaba “la anulación de la elección por presunto uso indebido de recursos públicos, promoción personalizada, coacción del voto con programas sociales y violencia política contra su candidata, Alma Alcaraz Hernández”. La secretaria Coordinadora de la Segunda Ponencia, Cynthia Campos Lajovich, al leer el proyecto de resolución del Recurso de Revisión TEEG-REV-55/2024, señaló que los actos reclamados no fueron sustentados con pruebas eficaces.
Una buena parte de la queja se sustentaba en el supuesto de que la ventaja lograda por Libia Dennise ante Alma Alcaraz, cercana a los 300 mil votos, era consecuencia de que el Gobierno del Estado determinó entregar 300 mil “tarjetas rosas” de un programa de apoyo financiero a mujeres. Lo cual, sea dicho de paso, resulta una forma de insulto a las mujeres beneficiarias, a quienes los morenistas, parece, creen intelectualmente deficientes como para actuar en automático recibiendo apoyo y votando por Libia, siendo el “arma final” que le llevó a la victoria. Mujeres sin capacidad de discernir su voto. Con su queja, Alma Alcaraz quería anular la elección y, en consecuencia, sacar de la jugada a Libia en una hipotética elección.
Es curioso como Morena es una cosa en Guanajuato y otra en el orden federal, donde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estableció, sin anular la elección presidencial, que de forma efectiva el presidente y santo patrono morenista, Andrés Manuel López Obrador, intervino en la elección y favoreció al partido rojo marrón. Cosa que negó, por cierto, López Obrador, agrediendo verbalmente a los magistrados que dictaron la sentencia, acusándolos de corruptos.
Lo que no sabía el presidente es que Morena, en uno de sus recursos reconoció la verdad jurídica del intervencionismo presidencial, al señalar que: “Si bien es cierto que en algunos casos ya se concluyó que el Presidente de la República violó los principios de neutralidad, imparcialidad y equidad por las manifestaciones expuestas en diversas conferencias mañaneras, lo cierto es que no se advierte que la Sala Superior hubiese vinculado tales conductas con la elección presidencial, de modo que no existe un nexo causal entre las violaciones y la elección presidencial”.
De paso, Morena cita elecciones estatales en las que López Obrador fue “sentenciado por generar inequidad sin que se pudiera acreditar que esa intervención fue determinante para los resultados, principalmente porque en su mayoría, la diferencia entre el ganador morenista y el segundo lugar de la oposición ha sido muy amplia”. El doble discurso frente a lo que se dice en Guanajuato.
Alma Alcaraz anunció de inmediato que impugnará la sentencia del TEEG, porque considera que no hizo “un estudio exhaustivo de nuestros medios probatorios, por lo que se solicita en el medio de impugnación que presentaremos, se revoque esta sentencia, es decir impugnáremos esta resolución carente de racionalidad en la instancia federal”. Curioso uso de la palabra racionalidad desde un partido que no ha sido eficiente ni eficaz para derrotar al panismo guanajuatense, a pesar de tener todo a su favor.
Tomada de Paralelo X