Alberto Ángel “El Cuervo”, reconocido intérprete de regional mexicano, tenor, poeta y pintor veracruzano que conquistó a miles de personas con su talento durante más de cinco décadas de trayectoria. A través de las redes sociales se dio a conocer la noticia de su muerte.
Además de ser un estandarte de la música mexicana, también fue titular de la enseñanza de pintura en la dirección de cultura de la ESIME en el IPN; en dicha institución tuvo a su cargo el taller de canto y conjuntos corales.
“El canto para mí ha sido parte de la existencia desde que recuerdo, desde que tengo uso de razón. Mi madre me decía que cantaba canciones completas a medias palabras. La primer canción que me aprendí fue Pénjamo”, declaró en entrevista para Noches en Vela con Aranza.
Alberto Rafael Bustillos Alamilla nació el 01 de septiembre de 1950 n el municipio de Nanchital, Veracruz, entre la selva y junto al río Coatzacoalcos. Llegó de niño a la Ciudad de México para ingresar al Coro de Niños Cantores de México donde fue primera voz.
Primeros acercamientos con la música
A los cuatro años de edad, tuvo su primera en una presentación frente al público, se trató en la población Las Choapas a donde recién se había cambiado de residencia.
“Un trío, un sombrero de color rojo, mi chaleco vaquero con las fundas y pistolas a los lados; las patillas y el bigote pintados por el corcho quemado, así como la emoción a flor de piel, fueron testigos de mi debut”, señaló El Cuervo en una documento en el que redactó su biografía.
Otro viaje clave para su existencia fue a Minatitlán, en donde por primera vez aprendió de las técnicas vocales, pues se integró al Coro de Niños Cantorales de Minatitlán, cuyo maestro fue un sacerdote llamado Miguel López.
Tras agarrar experiencia en este grupo coral fue adquiriendo conocimiento sobre la música sacra, los villancicos, así como melodías de grandes autores mexicanos. Fue a los 13 años cuando comenzó a cambiarle la voz, lo cual no fue nada agradable para él.
“A riesgo de dañar mis cuerdas, tenía prohibido emitir sonido alguno en la forma cantada. Fueron tres años los que mi canto calló y mi llanto en solitario me pedía paciencia. Cantando tímidamente con mi guitarra, empecé a darme cuenta de la necesidad de recuperar la técnica del canto”, indicó.
Estudió la carrera de Químico Bacteriólogo Parasitólogo en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde además jugó para las Águilas Blancas.
Asimismo estudió en el Conservatorio Nacional de Música y la Escuela Superior de Música, en el Taller de Ópera de Bellas Artes y el Instituto de Estudios Superiores de la Música.
‘El Cuervo’ fue un grande de la música, pero también destacó como pintor y poeta, toda vez que estudió Artes Plásticas y cursó diplomados de Literatura. Incluso, se sabe que tuvo el privilegio de estudiar con Juan Rulfo y José Revueltas.
En 1971 comenzó su carrera artística. Ese mismo año obtuvo el primer lugar en el Festival Nacional e Internacional de la Música. Un año después ganó la eliminatoria mexicana de la primera edición del Festival OTI con el tema Yo no voy a la Guerra de Roberto Cantoral y concursó, pero lamentablemente fue descalificado porque ‘atentó contra los principios establecidos en el reglamento’.
Y es que en ese entonces no se podía concursar con temas que hablaran sobre conflicto bélicos.
Estudió en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y realizó decenas de exposiciones en Estados Unidos, Europa y México.
Como escritor dijo sentirse muy honrado de “haber aprendido con Juan Rulfo”, en ese sentido la celebración incluyó una exposición y la presentación de dos libros en la Feria Universitaria del Libro (FUL) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo que se realizó del 28 de agosto al 6 de septiembre en formato digital, (uno de cuentos Erotiqueces y un poemario Por la esquina del amor desolado II).
Afortunadamente, su talento sobresalió y construyó una exitosa carrera artística en México.
A lo largo de 33 años de carrera artística grabó 120 discos y fue galardonado, entre otros, con el Premio María Grever y el Silver Clump.
En abril de 2018 recibió la medalla ‘Embajador Turístico de la Ciudad de México’, entregada por el Congreso capitalino en homenaje a su trayectoria.
Fuentes: Milenio, Joaquín López-Dóriga, El Universal, Infobae,